Mentir en el currículum: un «error» frecuente que cierra muchas puertas

Consultoras aseguran que es una práctica habitual que se da en los profesionales de mayor experiencia y formación; si se descubre el dato falso, se pone en juego la reputación del aspirante

Encontrar trabajo, todo un desafío. Comprás el diario con expectativa, marcás los avisos que más te convencen y allá vas, rumbo a la aventura de la calle. Tomás la precaución de chequear las búsquedas laborales por Internet. Tampoco descuidás contactar a consultoras de Recursos Humanos para ampliar la búsqueda y también las ponés en agenda. A todas les envías el currículum y a cada entrevista, vas con una copia en un sobre color madera, un folio o una carpetita con toda la onda.

Pero, ¿todos los datos que enumerás son reales o están inflados? Tal vez no sea mala fe, sólo la necesidad de querer impresionar. Pero se paga muy caro.

No sos el primero ni serás el último. Sucede con altos ejecutivos de empresas y hasta funcionarios del Estado como es el caso de Daniel Reposo, actual titular de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) y candidato del Gobierno para encabezar la Procuración General de la Nación.

El abogado corrigió un dato falso de su CV: era falsa la información sobre una disertación junto al secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, de la que sólo había participado como oyente. Al error de tipeo, como argumentó Reposo, le siguió otro similar, esta vez sobre una charla en ECON 2010, de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

Mentir o agrandar los datos en el CV es casi una cuestión folclórica. Pero, ¿qué pasa cuando la información es contrastada con la real? ¿Cómo queda la imagen de la persona que se expone a ese riesgo? ¿Su reputación está en juego?

«Si la mentira es descubierta, se pone en duda a nivel profesional y también social y familiar», dice Santiago Pachano, gerente de Marketing de ZonaJobs. «Pierde credibilidad, confianza y respeto. Y una oportunidad de empleo. Si a una persona que ya está trabajando se le descubre que mintió en su CV, puede ocasionar su desvinculación de la empresa y futuras dificultades para conseguir un próximo empleo».

Contundente: si mentís, corrés riesgo de que nadie te vuelva a contratar. En el ámbito de las consultoras, el boca en boca funciona como una vía de comunicación entre las distintas empresas. Y descubrir el dato falso es sencillo. «Parte de nuestro trabajo es validar todos los datos del CV. El peor error de una consultora es presentar información de un candidato que no es real. El CV debe ser transparente», sintetiza Damian Di Masso, de Michael Page Internacional .

Cuando aparece la información trucha, se suceden las consecuencias. «Si encontramos una mentira, hay que manifestársela a nuestro cliente. Y luego la información se comparte con todos los colegas. El profesional puede conseguir trabajo en otras compañías, pero siempre tendrá una mancha», aporta Di Masso.

 

EL ENGAÑO, UN PROBLEMA GENERACIONAL

Los profesionales consultados coinciden en que el engaño aparece con habitualidad, pero en ciertos segmentos de la población laboral. «Cuanto más experiencia tiene la persona, más formación, es más frecuente, sobre todo en personas mayores de 35 años», dice Iván Puigdemasa, socio fundador de Quercus Consultores .Esta conducta inapropiada pierde frecuencia a medida que baja la edad del postulante. «La Generación Y, los jóvenes, tienen otra forma de relacionarse, pero no mienten ni exageran», subraya.

Así se puede pensar que los profesionales, o no, que promedian los 30 años estarían siendo marginados de los círculos laborales. Pero no es correcta la teoría. Según Puigdemasa la experiencia adquirida hasta esa edad, incluso hasta los 40, es más valorada que en otros tiempos. Tampoco es producto de la competencia o la escasa oferta. «Lo veo como una pérdida de educación y de valores; una ambición que muchas veces no lleva a nada porque la persona no está capacitada para llegar al empleo que aspira», diferencia.

En este punto tiene una opinión similar Alejandra Chappaz, de la consultora Diagnóstico y Acción. «Se trata de una cuestión de ética, más allá de ponerse en juego la reputación del profesional. El sujeto pone en juego su confiabilidad, honestidad y sus valores como persona. Es fundamental entender que el CV es un espejo de nosotros mismos, habla por nosotros. Deberíamos entenderlo como una declaración jurada que resume nuestra historia», advierte.

Si hay tantos puntos en contra, ¿por qué la gente se arriesga a manchar su imagen y arriesgar el futuro laboral? «Se juegan factores económicos por la necesidad de encontrarse en situación de empleo; y psicológicos y sociales por la codicia de lograr un puesto. El deseo de alcanzar el éxito, el narcisismo y la necesidad de aprobación social constituyen el punto de partida para caer en la mentira», opina Chappaz.

Otra visión aporta Di Masso para quien el miedo al fracaso se convierte en la razón principal. «De esa forma quieren decirte: ‘Tengo miedo a que me digan que roté por muchas compañías’ o ‘¿porqué me fui de tal compañía?’. En la Argentina pesa mucho la rotación de las empresas y eso hay que desmitificarlo».

La sugerencia es, entonces, presentar un CV con datos reales, sin exagerar la información. Hoy existen demasiadas herramientas para llegar a la verdad y dejar en evidencia el postulante. Pachano aconseja: «En la era de la web 2.0 y del auge de las redes sociales, verificar los datos es muy fácil y se puede contradecir en los distintos perfiles. Por eso es recomendable mantener la misma información».

 

(lanacion.com)

 

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