Afip cercó a una importante cadena de heladerías por una evasión de unos 200 millones de pesos

Se realizaron 18 allanamientos en distintas provincias y se detuvieron a 3 responsables de la firma. Las investigaciones preliminares dan cuenta que el 50% de las ventas se realizaban “en negro”. La firma factura $ 150 millones y sus productos se comercializan a través de 1080 sucursales en todo el país.

A partir de una investigación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sobre la firma GRIDO, una importante empresa dedicada a la fabricación y comercialización de helados, se llevaron a cabo 18 allanamientos ordenados por la Justicia Federal donde se secuestró documentación que probaría las maniobras de una posible asociación ilícita que logró evadir más de $ 200 millones. Los procedimientos culminaron con la detención de tres responsables de la firma.

 

Los allanamientos ordenados por el Juzgado Federal N° 1, a cargo del Dr. Ricardo Bustos Fierro se realizaron en domicilios radicados en Córdoba, San Juan, Mendoza, Salta y Jujuy. A partir de las distintas actuaciones, el Dr. Enrique Senestrari, a cargo de la Fiscalía Federal N°1 de la Ciudad de Córdoba, efectuó los requerimientos de instrucción a fin de detener a tres directivos de la firma.

 

GRIDO es una importante empresa dedicada a la fabricación y comercialización de helados. Cuenta con unas 10 empresas asociadas y 1080 sucursales en todo el país.

 

Las maniobras desarrolladas en el seno de la firma tendían a evitar fraudulentamente el pago de impuestos nacionales mediante la comercialización marginal de helados a gran escala a través de un sistema ideado, implementado, ejecutado y controlado por los directivos llamado “operaciones W”, en el que estarían implicados contadores y abogados cercanos a la empresa.

 

El fraude consistía en introducir la marca en nuevos mercados, instalando las primeras heladerías a nombre de personas físicas de confianza de los directivos o de sociedades integradas por los mismos junto a terceros leales a ellos. Luego transferían el fondo de comercio (bienes de cambio, bienes de uso, instalaciones y un valor llave de negocio), fijaban el valor real en un boleto de compraventa y facturaban sólo el 10% del precio, como valor llave, que está exento de IVA a fin de evadir el impuesto.

 

Para llevar a cabo esta maniobra de evasión, fue necesaria la connivencia de los centenares de franquiciados que participaron alentados por el descuento del 10% que realizaba la empresa por las “compras W”.

 

Esta operatoria permitió que esa mercadería “comprada en negro mediante el sistema W” sea luego vendida, también, marginalmente al consumidor final. Esto representa un menor costo impositivo y, en consecuencia, una mayor rentabilidad para los franquiciados quienes se beneficiaron económicamente dejando de pagar sus obligaciones tributarias.

 

El monto de facturación anual de la empresa es de unos 150 millones de pesos y se estima que las ventas en negro fueron de alrededor del 50% del total.

 

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