Spitfire: nos vamos poniendo Techno

El dueto techno-house activó las neuronas en otra noche de La Aventura.



Decir que unos sonidos están entre el house y techno es al mundo de los discotequeros como decir que una banda suena “entre el soul y el heavy” para los rockeros. Un abismo sonoro que sólo puede ser rellenado con autoridad si se sabe de qué se trata. Derrumbando las paredes entre el ser DJ y ser músico, Luis Nieva y Miguel Silver una vez más dieron muestra de que “tocar música” electrónica es posible y que es mucho más que pasar vinilos o “pinchar discos”. Con un arsenal electrónico bajo sus alas, este combo que homenajea con su nombre a un avión caza de la Segunda Guerra Mundial, Spitfire entregó un set que manipuló tanto las perillas de sus consolas como los sentidos, llenando la noche de suaves cadencias del house hasta las tormentosas aguas de un techno puro, por momentos casi animal.

 

Pilares del movimiento electrónico argentino, ambos pilotos fueron parte de la mítica Urban Groove, que con sus impactantes sets a cinco bandejas fueron culpables de que a no todos los noctámbulos argentinos les gusten Los Piojos ni la Bersuit. Corrían los 90s y las discotecas porteñas comenzaron a entender que un poco de groove, un par de máquinas y unos vinilos con pistas aptas para samplear podrían convertirse en un ritmo apto para que los que adoran divertirse después de las tres de la mañana, con las gafas prestas y una sonrisa  en el cerebro.

 

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