Josefa, más de un siglo de vida y con ganas de disfrutar cada momento

Historia viva. Josefa tiene más de cien años y vive junto a una de sus hijas.

Historia viva. Josefa tiene más de cien años y vive junto a una de sus hijas.

Según su documento, nació en 1902, pero sus familiares aseguran que incluso pudo haber sido antes, en Brasil, y que vino a la Argentina crecida y para casarse. La anciana vive feliz en una chacra de Campo Ramón, junto a una hija. 

Josefa de Olivera es su nombre, y según su memoria, nació en 1910, y hoy tiene 102 años. Pero en su documento figura que nació en 1902, por lo que tendría 110 años. Una diferencia que no modifica en nada la historia de vida de Josefa, que vive en Campo Ramón, sección X. Para llegar a su humilde casa, hay que transitar 12 kilómetros de tierra colorada.

 

Madre de 9 hijos (Delmiro, Rosalino, Arturo, Ramona, Eloina, Otilio, Acasio, Alfredo -los últimos tres ya fallecieron- y Olmira, quién con 65 años siempre vivió con su madre). Desde el año 1947 Josefa y la pequeña Olmira, en aquel momento, viven en el mismo lugar. Una casa de tablones de madera, con un techo de chapa, custodiada por trece perros que comparten el terreno con algunas gallinas que deambulan por el lugar.

 

Los años de vida se manifiestan en Josefa claramente al ver las arrugas en sus manos, su rostro y lamentablemente en la ceguera que hoy padece.

 

La abuela cuenta “yo vivo sola con mi hija en esta casa, y Dios que nos cuida y vive también con nosotras”.

 

En la charla mantenida con la anciana, ella prefirió hablar en portugués “aunque sé castellano, pero por costumbre digo”.

– ¿Recuerda en su documento qué fecha dice que usted nació?

En 1910. Tengo 102 años. Porque nací en 1910 y hoy estamos en 2012, son 102 años.

En la charla irrumpe su bisnieta Lorena, contando que según relata Olmira, quien no quiso hablar para las cámaras, Josefa nació el 3 de diciembre de 1902, pero que por los años que tiene, se confunde y dice que fue en 1910.

 

-¿Qué hace usted durante el día?

Yo ahora no puedo caminar más sola, por eso me paso el día sentada o acostada.

 

– ¿Cómo es la vida aquí?

Es muy buena, yo por suerte cobro un salario (Josefa recibe una jubilación de 1.750 pesos), no me falta qué comer, no me falta qué cazar, tenemos ropa para vestirnos. Hace unos meses estaba un poco enferma, pero gracias a Dios, desde aquel día no me pasó nada más. Los doctores son buenos, me atendieron cuando me lastimé la pierna. Todavía se puede vivir. Es tranquila la vida, pero es como en todos lados, hay gente buena y gente mala. Pero gracias a Dios hay mucha tranquilidad.

– ¿Qué recuerda de cuando era chica?

 

Yo me crié sin mamá y sin papá, cuando tenía 5 años, cuando mi padre falleció y 8 cuando murió mi madre. Éramos doce hermanos, seis varones y seis nenas, y quien todavía existe en el mundo soy yo, gracias a Dios. Yo vivo ahora muy bien, tranquila, no le molesto a nadie.

 

– ¿Dónde nació usted?

En Concepción de la Sierra, queda lejos de acá. En aquella época no había pueblo, no había aviones, ni autos ni nada. Más allá de tener 102 años, recuerdo todo de cuando era chica, me crié con una hermana que estaba casada.

 

– ¿Y usted, se casó?

Sí, cuando tenía 19 años.   Tuvimos 9 hijos con mi marido. Mis hijos no vienen a visitarme, yo solamente vivo con mi hija Olmira y Dios, que vive con nosotras.

– ¿Cuántos años más piensa vivir?

Y, los años que Dios quiera, hasta que llegue el día y la hora. Yo soy muy feliz, teniendo salud es lo más importante. Uno nunca sabe cuándo nos va a llegar el momento de partir, por eso hay que disfrutar todo momento.

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