El fotógrafo de las estrellas confesó que su meta, es fotografiar a las grandes estrellas de Hollywood. “Mi nuevo estudio está habilitado para hacer cine, y sé que más artistas de Hollywood vendrán a Miami, así que es un sueño que espero cumplir”, indicó.
Frente al lente de Kike San Martín han desfilado consagradas estrellas de la farándula hispana como Ricardo Montaner y José Luis Rodríguez, “El Puma”, y las nuevas revelaciones, como el bachatero urbano Prince Royce y el actor cubano William Levy. Por eso ha sido bautizado “el fotógrafo de las estrellas”, pero aunque lleva dos décadas fotografiando a los famosos, San Martín asegura que él no escogió desempeñarse en el mundo del espectáculo. “Yo no elegí la farándula, mas bien la farándula me escogió a mí”, señaló a Efe durante una entrevista realizada en Miami, donde tiene sus estudios fotográficos, uno de ellos habilitado para hacer cine.
Natural de Posadas, Misiones, San Martín confesó que no se identifica con el mundo del espectáculo y mucho menos con su glamour. “Soy un provinciano, un tipo simple. Yo no soy farandulero; no consumo lo que produzco”, reveló el artista de 42 años, quien asegura que el camino para convertirse en uno de los fotógrafos más solicitados por las propias estrellas no fue fácil.
“Empecé fotografiando para las páginas sociales y después fui paparazzo en Miami”, recordó.
Esa etapa de acechar a las estrellas a cualquier hora para agarrarlas “in fraganti” fue una época difícil, plagada de sacrificios y que ahora vierte en un libro que prepara.
El cantautor venezolano Ricardo Montaner fue el primer famoso que lo llamó para que le tomara fotos para la portada de un álbum. A partir de ese momento, su reputación comenzó a crecer entre las estrellas, quizás porque San Martín busca más que crear una imagen atractiva o sensacional.
“Yo busco capturar un pedacito de la historia de esa persona; quién es en ese momento. Mi meta es captar su esencia, más allá de la imagen pública o el glamour. La foto es algo que perdura y deseo que la persona quede plasmada en el tiempo”, aseveró San Martín, quien antes de llegar al estudio fotográfico, hace un trabajo de investigación del sujeto de sus fotos.
“Yo investigo qué le gusta, qué cree, cómo piensa, y luego, en el estudio, trato de crear un ambiente que le permita olvidarse de la cámara. Yo no trato de dirigirlo, sino de inspirarlo”, dijo este artista del lente que, al mismo tiempo, enfatizó que la inspiración no está peleada con la técnica; para sacar una buena foto, una debe apoyarse en la otra.
“Una cosa es tomar una foto y otra es ser fotógrafo. Hay que conocer la técnica y saber manejar la cámara, la iluminación, etc. Eso es tan importante como la historia que vas a contar”, afirmó.
Hablando de historias por contar, desde hace algunos años San Martín trabaja en un libro sobre su vida como paparazzo en el que promete contar todo lo que aprendió en ese mundo, que considera que ha sido juzgado injustamente.
“Ser paparazzo es un arma de doble filo. A los paparazzi los culpan de asediar a las estrellas, pero es el público el que compra esas fotos; por eso existe un mercado para ellas. Quiero responder las preguntas que hacen sobre el tema, para al fin cerrar ese capítulo de mi vida”, afirmó.
Casado y con dos hijos de diez y cinco años de edad, San Martín tiene hermosas fotos en su álbum familiar. “El único que no aparece en ellas soy yo”, dijo con su buen humor habitual. En cuanto a las estrellas que le quedan por fotografiar, hay una con la que sueña: la colombiana Shakira. Pero su meta, es fotografiar a las grandes estrellas de Hollywood. “Mi nuevo estudio está habilitado para hacer cine, y sé que más artistas de Hollywood vendrán a Miami, así que es un sueño que espero cumplir”, finalizó.
