Los uruguayos de No Te Va Gustar incendiaron el club de la Av. Corrientes con dos horas de rock matizado con candombe, reggae y ska.
No se trata de un juego de palabras. Hace 166 años se produjo la Batalla de la Vuelta de Obligado, una lucha librada contra la armada anglo-francesa que actuaba en “defensa” de la por entonces Banda Oriental. Ayer un nuevo ejército de uruguayos invadió nuestra tierra, y en su arremetida cargaron con los oídos y corazones de la multitud.
El día se perfilaba complicado para cualquier evento que no sea comer facturas y tomar mate mirando la TV en la comodidad del hogar. La lluvia atolondrada complicó las cosas y puso en serio riesgo la realización del show. Por suerte la voluntad divina paró el diluvio mientras que la parte humana hizo lo suyo para que la electricidad maldita no deje a Posadas huérfana de rock.
Primero fue el turno de Gervasio Malagrida y su aceitada banda (Gino Stellmanchuk en batería, Jaime Pereira en bajo, Jorge Zappelli y Lisandro Vega en guitarras y Leandro Yahni en teclados), que con su in-fusión de rock, pop y música del litoral, despertó los aullidos de la sorprendente cantidad de féminas presentes. La propuesta de Gervasio & Co. Fue corta y contundente. Los problemas eléctricos de todo el día se convirtieron en apuros nocturnos, por lo que debieron acortar furiosamente su set. Medio Sabina por momentos, el cantador de historias dejó en claro que el trabajo constante y una cuidada producción, además de buenos discos, posibilitan buenos shows.
Lo de No Te Va Gustar es un caso raro. Lejos de tener una propuesta “sexy”, los uruguayos despiertan furor en las hormonas femeninas, y la notoria superioridad de boquitas pintadas por sobre los bigotes y patillas dio cuenta de ello. Con casi 20 años sobre las tablas, NTVG está en condiciones de presentar una catarata de hits, cada uno de ellos coreado hasta el afonismo por las más de 1200 gargantas presentes.
Con himnos del tipo que antaño hicieron grandes a Los Piojos, Caballeros de la Quema y lo que alguna vez fue La Bersuit, pero redibujados en clave de candombe, un poco de ska y mucho de reggae, los orientales dejaron plantada la bandera del “rock uruguayo”, pero que como la música no usa pasaporte, podríamos denominar “rock rioplatense”.
Bienvenida Posadas
Shows de este calibre son los que demuestra que Posadas, poco a poco, está logrando insertarse en el circuito rockero nacional. No en vano está el ejemplo de NTVG, que al tocar en Misiones completaron el damero de conciertos en nuestro territorio nacional. Una producción digna de las grandes ligas ayuda, y mucho, a que los posadeños dejemos de sentirnos kelpers en la escena del rock nacional.
Marcelo Luketti
