Ponen en marcha un plan para recobrar la calma cambiaria

El Gobierno busca bajar la cotización del dólar paralelo y desliza progresivamente al alza la del oficial.

El Gobierno puso en práctica ayer el plan con el que procura recuperar el control de los precios en la plaza cambiaria tras la crisis de confianza desatada por la puesta en marcha intempestiva, por parte de la Administración Federal de Impuestos (AFIP), de nuevas disposiciones destinadas a desalentar las compras de dólares por parte del público.

 

El intento por lograr un shock de confianza pasa por dotar a los bancos de todos los dólares que necesiten para atender la ola de retiros de depósitos que se activó con la implementación de los nuevos controles y que luego se dinamizó por un hervidero de rumores que le hicieron perder al sistema financiero, en 11 días, la mitad de los dólares captados del público a lo largo de todo 2011.

 

La idea es asegurar una disponibilidad de billetestal que termine con lo que el Gobierno considera «una psicosis inducida» y reduzca así el incentivo que venía ganando el mercado paralelo, en procura de evitar las implicancias que sobre distintos sectores de la economía tendría un desdoblamiento cambiario de hecho. La estrategia se completa con la intención de inducir un leve pero progresivo deslizamiento del tipo de cambio (¿remedo de la tablita de Martínez de Hoz de los 70?) tendiente a asegurar que la brecha abierta entre el dólar oficial y el paralelo vuelva a ubicarse en un rango del 3 al 5 por ciento (había llegado al 17% el viernes pasado).

 

La estrategia, pactada con los bancos a mediados de la semana pasada, pareció rendir algunos frutos ayer cuando la cotización del paralelo cayó de $ 5 a 4,82 (-3,7%), mientras los precios pactados en el mercado oficial continuaron deslizándose al alza, como lo vienen haciendo desde comienzos de mes para dejar el dólar en las pizarras de las casas de cambio del microcentro porteño a un promedio de $ 4,29 para el tipo vendedor.

 

De este modo se confirma que el denominado «plan freezer», que consistió en mantener el precio del billete congelado en los dos meses previos a las elecciones (aunque al costo de obligar al Banco Central a ventas cada vez más onerosas) quedó en el pasado: de hecho el precio mayorista del dólar subió en lo que va de noviembre de $ 4,2360 a 4,2750, con lo que pasó de estar inmovilizado a correrse a razón de 3 o 4 milésimas de peso por día. La apuesta oficial es que el billete en el mercado paralelo termine la semana en torno de $ 4,50 y que el oficial apenas supere los $ 4,30. «Será el fin de las expectativas devaluacionistas», pronosticó a LA NACION un alto funcionario gubernamental.

En busca de la calma perdida

 

El plan tranquilizador comenzó a quedar asegurado en la noche del viernes, cuando el Banco Central (BCRA) decidió reducir el encaje obligatorio que les imponía a los depósitos en dólares bajo administración de los bancos, en los hechos, a menos de la mitad. Hasta ese día, las entidades estaban obligadas a mantener inmovilizados en el BCRA el 20% de sus depósitos en esa divisa más todas aquellas colocaciones de sus clientes que no hubieran sido prestadas a exportadores para prefinanciar esas ventas. Pero desde ayer sólo deben mantener allí el 20%, mientras que el resto del dinero quedó disponible para tratar de hacer frente a los retiros.

 

Para que el efecto del anuncio no se diluya, las partes acordaron además un operativo logístico destinado a asegurar la disponibilidad de billetes en sucursales: el BCRA se haría cargo de asegurar el envío de la cantidad de dólares que los bancos demanden a sus tesoros centrales y éstos a repartirlos entre los distintos puntos de atención al publico que venían sufriendo la mayor presión de retiros.

 

Según confiaron en dos entidades, ayer el diagrama funcionó bien. «Si mantenemos aceitado el mecanismo, en algunos días más todo se calmará», dijeron en un banco extranjero.

 

El viernes se supo que ahorristas retiraron de los bancos depósitos por unos 650 millones de dólares en la primera semana de noviembre. Pero en los días siguientes la cifra se habría duplicado.

 

El contrasentido es que las medidas destinadas a desalentar las compras de dólares para, por esa vía, preservar las reservas ya causaron un descenso de US$ 1208 millones en esa tenencia (en otros US$ 204 millones bajaron ayer).

 

Dado que el 54% de los depósitos en dólares en bancos se computaban como parte de las reservas, se podría decir que por cada dos dólares que los ahorristas sacan de los bancos las reservas pierden un dólar. (Fuente: La Nación)

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas