Con cuatros goles de Cavenaghi River volvió a la punta del torneo

Con cuatro tantos del Torito (un penal, otro al ángulo, uno de taco y una definición exquisita) el Millonario goleó por 4-1 a Gimnasia en Jujuy y se trepó a lo más alto, por lo menos hasta que mañana juegue Instituto. Lunati tuvo un arbitraje polémico.

 

River recuperó algo más que la punta aquí en Jujuy: volvió a encontrarse con esa tranquilidad y esa confianza que habían quedado erosionadas con la pérdida del invicto ante Aldosivi. Lo hizo con autoridad, con audacia, con una de esas victorias que dan que hablar y con una actuación brillante de Cavenaghi, el autor de los cuatro goles. El revulsivo que buscó Matías Almeyda con los cinco cambios le dio gran resultado y Gimnasia lo pagó con su quinta caída consecutiva.


Intenso. Caliente. Así se jugó el primer tiempo. Evidentemente, los jugadores de River tomaron nota de la frase de Almeyda, tras la derrota ante Aldosivi. No tuvo nada de frío este equipo. Vino aquí, a este 23 de agosto desbordado de pasión y de gente, a imponer condiciones con afán de protagonismo. Y durante la mayor parte de esos primeros cuarenta y cinco minutos, jugó en el campo jujeño.


Entonces, resultó justo que haya terminado arriba en el marcador, más allá del insólito penal que cobró Pablo Lunati. Porque tuvo el control de la pelota y generó mucho en el área de su rival. En ese ítem, Ezequiel Cirigliano demostró por qué es un jugador clave. Recién llegado de los Panamericanos, aportó presencia, quite y anticipo. También fue importante Carlos Sánchez, proyectándose desde la banda derecha. Pero fundamental resultó Alejandro Domínguez, quien se pareció mucho más a aquel talentoso que encantó con su fútbol en el inicio del campeonato que a ese Chori desabrido de los últimos partidos. Integro físicamente, veloz, inteligente para la descarga, autor intelectual de ese penal que sólo existió para Lunati. Fue mérito suyo apurar a Leonardo Ferreyra y a Diego Chitzoff para quedar mano a mano con Crivelli. Lo que no imaginó el 10 fue que la espectacular atajada del número 1 local iba a ser sancionada con un tiro desde los doce pasos. Y si cobró infracción del arquero, ¿por qué no lo echó si era último recurso? Fernando Cavenaghi, un especialista, lo canjeó por gol.


Fue un castigo para Gimnasia, que salió a esperar demasiado cerca de su arco a River y recién se despertó en desventaja, cuando inquietó con Jorge Luna. Y aunque Chichizola tuvo algunas dudas, casi no sufrió por el buen trabajo de Ramiro Funes Mori, que jugó con la sabiduría de un veterano.


River debió haber ganado por algún gol más el primer tiempo. Si no lo hizo, fue porque el asistente estuvo correcto en anularle otro gol a Cavenaghi y porque Crivelli estuvo impecable. Sin embargo, se caía de maduro el segundo. Y llegó en el arranque del complemento, cuando el Chori asistió a Cavenaghi y el goleador la clavó en un ángulo. La búsqueda no se detuvo. Pero, de nuevo, surgió Crivelli a puro reflejo. Pero el goleador estaba afilado. Y, luego de una contra letal y un festival de paredes con Sánchez, marcó el tercero de taco.


Todo siguió siendo a pedir de River. Y aunque Gimnasia descontó con un gol de Minici que tuvo cierta complicidad de Chichizola, Cavenaghi le puso el broche a su noche de oro con el cuarto gol. Para que la fiesta sea completa.

 

Texto Clarin / Video Ole

 

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