Máquina de vapor en versión ecológica

Apunta a evitar la quema de residuos de la tala aplicándolos a la generación de energía eléctrica. Tecnologías de última generación permiten reducir las emisiones contaminantes. La primera experiencia funcionará en Tierra del Fuego y ya hay municipios interesados en Misiones, Chaco y Córdoba.

La quema sin control de desechos forestales, la consecuente contaminación que esa acción produce y la necesidad de abastecer de energía a sitios aislados dieron como resultado un proyecto que busca recuperar el protagonismo de los motores a vapor. En un trabajo que lleva adelante el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) se avanza en el diseño y puesta en marcha de una unidad que convierta los residuos madereros en energía eléctrica y mecánica. “Es una propuesta ambiental y sustentable para la reutilización de residuos biomásicos”, definen desde el organismo público. La primera experiencia funcionará en Tierra del Fuego y ya hay municipios interesados en Misiones, Chaco y Córdoba.

La utilización en el siglo XXI de esta vieja tecnología nace por “dos necesidades concretas”, indicó a Página/12 Mario Ogara, director técnico de INTI-Energía. Por un lado, se busca reutilizar los desperdicios biomásicos de la actividad forestal, como el aserrín y la viruta. De esta forma, plantean desde el instituto, “se pueden reducir las emisiones nocivas que surgen de la quema in situ de desechos y evitar posibles incendios forestales”. La otra cuestión es la “necesidad de disponer de energía útil, de bajo costo y de fácil mantenimiento”, en sitios donde la red nacional de energía no llega, señaló Ogara.

 

Cómo y cuánto

 

El circuito de producción de energía de la máquina a vapor consiste en una primera etapa de combustión del residuo biomásico, en la que se libera calor, que luego es absorbido por un fluido intermedio –mezcla de agua y de vapor de agua–. Este fluido transfiere la energía térmica obtenida como calor de la combustión hasta una máquina que la transforma en energía mecánica. Entonces, el vapor de agua se expande y empuja un pistón. Y por medio del mecanismo biela-manivela se produce el giro continuo del eje motor, que al mover un generador origina energía eléctrica.

Ogara explicó que la máquina prototipo que diseñaron “requiere de 2,5 kilos de combustible leñoso por kilovatio/hora”. Y especificó que la unidad es de “unos 100 kW”, es decir que “produce energía de pequeña potencia, comparable a la de un automóvil”.

La capacidad de generación de esta máquina a vapor servirá para abastecer “un pequeño taller, un aserradero mediano o también puede trabajar como energía de base para pequeñas poblaciones”, graficó el directivo del INTI.

 

La cuestión ambiental

 

“La gente asocia a la leña con un combustible malo desde el punto de vista del ambiente. Pero hay que entender que cuando se quema mal todo combustible contamina”, manifestó el director de INTI-Energía. Al respecto, el ingeniero Shaun Mac Mahon, miembro de los departamentos de Energía y Mecánica del Instituto, expuso que en el plano ecológico la máquina diseñada posee “una de las formas más limpias de generar electricidad”, ya que a los viejos diseños de los motores a vapor se les aplica tecnología de última generación que reduce al mínimo la emisión de gases contaminantes. El especialista remarcó que se avanzó en la propuesta luego de practicar “muchos análisis sobre el aspecto ecológico”. Al realizar una combustión completa “no hay material particulado ni tampoco hollín en los humos” que emite el generador energético, precisó Ogara. Y aclaró que “por supuesto va a haber contaminantes, pero siempre por debajo de los niveles permitidos por las leyes”.

 

De punta a punta

 

La primera prueba del motor a vapor, diseñado por el INTI con la participación de cuatro estudiantes de la Facultad de Ingeniería (UBA), se efectuará en Tolhuin, Tierra del Fuego, zona donde se enclava un polo maderero. Los técnicos esperan que la iniciativa empiece a funcionar aproximadamente dentro de un año, cuando finalicen la construcción del prototipo. “Acá hay varios aserraderos que queman sus desechos de forma abierta y así contaminan”, apuntó Mac Mahon desde la provincia austral, en diálogo con este diario. La intención es que allí se genere energía limpia para pequeñas unidades productivas y que se termine con la actual práctica de quema. El ingeniero estimó que si el proyecto “funciona bien en el fin del mundo, va a funcionar bien en cualquier lado”. En ese sentido, según contó Ogara, ya hay interesados en Presidencia de la Plaza (Chaco), en el Valle de Calamuchita (Córdoba) y en municipios con actividad forestal en Misiones.

Informe: Leonardo Rossi, Página 12.

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas