Odisea de un niño presuntamente abusado en Puerto Esperanza

Familiares de un niño de siete años piden ayuda por el presunto abuso sexual y maltratos que sufriría el menor que hoy en día, después de diez meses, no puede disfrutar de su niñez. Aquí la historia completa contada por ellos.

Siempre que debemos mencionar un caso de abuso sexual lo primero que se nos viene a la mente es repugnancia, más aún tratándose de un niño de 6 años que además de todo habría padecido el aberrante hecho con el consentimiento de su propia madre. En un informe exclusivo, familiares de la víctima, contaron a Misiones On Line los pormenores del caso casi llevándolo a una odisea que parece no tener fin, irrumpiendo en la felicidad y niñez de un pequeño que no puede superar la situación y que parece no recibir la ayuda de nadie, según consideran sus familiares paternos. Por su parte el juez a cargo de la causa, Ricardo Gerometta prefirió no hacer comentarios respecto al caso a la hora de ser consultado por este medio.

A raíz de la separación de una pareja, dos niños de 6 y 3 años  (actualmente de 7 y 4) quedaron bajo la custodia de la madre, y se fijó un régimen de visita para el padre y cuota alimentaria.

Parte de la familia paterna denunció en la comisaría de Puerto Esperanza y la de la Mujer de Puerto Libertad que los niños eran terriblemente golpeados, torturados física y psicológicamente por la progenitora y familiares cercanos a ella (abuelos y hermanos maternos). 

Dado que las denuncias no prosperaron, ya que el defensor no dictó ninguna medida, se presentó una demanda ante el juez Ricardo Gerometta en julio de 2010, pidiendo medidas de protección para los niños, ya que, la violencia recibida por estos sería “espantosa”. Según los familiares del padre, la demanda fue desestimada argumentando el juez que los castigos recibidos por estos niños no eran más que medidas correctivas de la madre.

Pero el pasado 10 de septiembre de 2010 el menor de 6 años confesó que era abusado sexualmente y que la madre lo había torturado de diversas maneras para que no contara nada. Ese día el niño habría sido abusado sexualmente por otro de 14 años, estando presentes la madre y dos menores más de 15 y 17 años respectivamente; el pequeño fue espantosamente golpeado y torturado con quemaduras de cigarrillos y según contó el padre de la vícitma, la misma madre lo atajaba mientras le sacaban fotografías y ponían la música fuerte para que no se escucharan los gritos. Ese mismo día  la abuela pasó a retirar al niño, quien no aguantó más y contó todo lo que le pasaba.

El niño fue llevado al hospital de Puerto Esperanza donde se constataron las lesiones antes nombradas.

El día 11 de septiembre familiares llevaron al niño a la comisaría de la mujer de Puerto Iguazú, que trasladó al menor al Hospital Samic donde un médico forense certificó las lesiones producto de una violación y aparentes torturas sufridas en diferentes partes del cuerpo.

El día 13 de septiembre de 2010, el juez dictó la resolución 1038/10 que acreditaba la tenencia provisoria a favor del padre dada la gravedad de los hechos y el día 15, otra ordenando régimen de visitas para la madre en una plaza pública. Otra vez, según el padre, la madre “secuestró a los niños con la ayuda de su padre, quien manejaba un taxi”.

El día 17 del mismo mes, el juez dictó otra resolución para restituir los niños al padre.

También en el mes de septiembre, se habría producido otro intento de secuestro de parte de la madre y gente de su entorno en la escuela donde asisten los menores y fueron los familiares paternos y maestros quienes impidieron que el niño sea llevado por la fuerza.

En todo este tiempo, sin embargo, no se dictó ninguna medida de protección para el niño, según recalcó un tío de la víctima.

El día 29 de octubre de 2010 se realizó una denuncia penal en Fiscalía Nº3 de Puerto Iguazú a cargo del juez Gerometta para que se investigara la responsabilidad de la madre, ya que la causa del Juzgado Correccional no había prosperado.

También en ese mes, familiares paternos del niño abusado denunciaron que la madre del chico y su familia vendieron en forma ilegal la casa que el padre le dejó a los niños, a un gendarme de la zona. En este tiempo, según el relato de los familiares, y como el juez no dictó ningún tratamiento ni medida acudieron al gabinete psicológico de la línea 102, donde el niño contó cosas terribles.

El día 16 de diciembre, se denunció el hecho ante la Procuración General de la provincia, ante la insistencia del juzgado de familia de Puerto Iguazú, que ordenó régimen de visitas para la madre, sin tener en cuenta el grave estado psicológico de los niños por lo que familiares paternos del niño pidieron un informe a la línea 102 “Ayuda al niño” de la provincia de Misiones.

 Informe del 102

El servicio de ayuda al niño, luego de varias entrevistas con el menor, envió un informe estableciendo que el pequeño era víctima de un conflicto emocional compatible con el maltrato psicológico y posible abuso sexual, desde donde también sugirieron un tratamiento por tiempo indeterminado tanto para él como su entorno familiar, para así intentar superar el trauma que irrumpe con el comportamiento normal de un niño de su edad.

 

El comienzo del aberrante hecho

El abuelo paterno de la víctima, de 62 años narró que el problema familiar comenzó a principios de febrero de 2010 cuando su hijo se separó de la madre de sus hijos. A pesar de que los regímenes de visitas eran difíciles de llevar, como suele suceder, ambas partes lo cumplían como podían. Pero el 10 de septiembre todo cambió.Según contó el abuelo “su abuela paterna (por su esposa) los retiró a los chicos cerca de las 18 de la casa de la madre y el pequeño de seis años le dijo que había sido violado por un vecino de entre 13 y 14 años, estando la madre presente, y dos menores de 15 y de 17 años”.

Según habría dicho el niño, el hecho ocurrió en el dormitorio y él gritaba, pero pusieron la música fuerte para que no lo escucharan. “La madre lo golpeó y le quemó con cigarrillo para que no contara lo que pasó a los abuelos paternos. Esto fue denunciado en la Comisaría local de Puerto Esperanza y el médico forense Luis Cavagnaro, de Iguazú, constató las lesiones físicas y genitales”. Estos datos fueron corroborados por la Comisaría de Puerto Esperanza, quienes tomaron la denuncia del mayor y luego enviaron la causa al Juzgado correccional y de menores de Eldorado. Además el abuelo del pequeño narró que desde que todo comenzó no pueden vivir tranquilos. “No sabemos qué hay detrás de todo esto”, concluyó.

 

Piedieron ayuda en Posadas

 

Fabián Audin, secretario General de Acceso a la Justicia y Derechos Humanos dependiente de la Procuración General de Justicia de la provincia dijo en diálogo con Misiones On Line, que familiares del chico acudieron a esa dependencia para pedir ayuda. “Nosotros pusimos a su disposición elementos dando prioridad al menor brindándole asistencia psicológica, médica y lo que hicimos fue pedir informes que se están llevando en el ámbito familiar y penal de la justicia que tiene esa causa y hasta el momento no recibimos información respecto a si se han tomado medidas”, agregó.Dicha dependencia judicial fue creada recientemente en Posadas con el fin de abrir una puerta a la ciudadanía que requiera información o reclamos que crean oportunos sobre cuestiones judicializadas o no en la provincia de Misiones.

Cámara Gesell después de 6 meses

El pasado 4 de Marzo de este año, seis meses después del hecho, se realizó la Cámara Gesell al niño ante la presión de familiares paternos. El padre del chico confió que durante todo este tiempo el niño concurrió a la escuela y que la madre, con el apoyo de sus familiares, el pasado 29 de julio hizo que la policía de Puerto Esperanza se presentara en el domicilio de los abuelos paternos donde se encuentran actualmente los menores, a intentar llevarlos por la fuerza pública, algo no recomendado para la salud psíquica de estos niños que según sus abuelos entraron en ataque de pánico, por lo que la policía no se los pudo llevar.

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