Productores de yerba rechazan resolución contra el trabajo esclavo

Consideraron que la medida significaría la extinción de los minifundios en la provincia. La Nación exigirá que en los campamentos haya agua caliente, electricidad, heladera y celulares. Desde el sector primario advirtieron que subirán los costos de cosecha y no podrán ser cubiertos con los precios actuales de la hoja verde

Tras la detección en los últimos meses de numerosos campamentos de trabajadores rurales que ofrecían malas condiciones de vida para los operarios, el ministerio de Trabajo de la Nación anticipó que emitirá una resolución que establecerá una serie de requisitos mínimos que deberán cumplir esos asentamientos. Varios de los casos de lo que dio en llamarse “trabajo esclavo”, se detectaron en yerbales de Misiones. Desde el sector primario de esa actividad plantearon su disconformidad con la norma anunciada por Trabajo. Se consideraron víctimas de una “persecución” y consideraron que, de continuarse en esa senda, será el fin de los pequeños productores. Argumentan que los precios de la hoja verde son muy bajos como para ofrecer condiciones dignas a los tareferos. Consideran que la baja rentabilidad del sector justifica los altos grados de informalidad laboral.

El propio ministro de Trabajo Carlos Tomada adelantó que en los próximos días saldría publicada en el Boletín Oficial una resolución de la Comisión Nacional del Trabajo Agrario referida a las condiciones de vida en los campamentos que, entre otros puntos, establece que el alojamiento para los trabajadores rurales deberá cumplir requisitos mínimos en cuanto a las medidas que deberán tener las habitaciones, ventilación, aislamiento térmico y aberturas al exterior.

También se establece que deberá haber duchas con agua caliente y fría, inodoro y lavabo. También deberá haber energía eléctrica disponible las 24 horas y se deberán cumplir determinadas instalaciones de cocina, como agua potable y heladera. Los trabajadores deberán contar con la posibilidad de comunicarse por teléfono y deberá haber transporte disponible.

Ni bien fue difundida la noticia, varias organizaciones de productores pusieron el grito en el cielo, ya que los requisitos estipulados en la resolución plantean un cambio rotundo respecto a las condiciones en las que se desarrolla la cosecha de yerba en la región y concretar ese cambio implicaría una fuerte suba en los costos de mano de obra para la zafra.

Juan Carlos Dmitrowicz, uno de los representantes de la producción en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) consideró que la medida condena a la extinción al pequeño yerbatero.

El dirigente argumentó que con los precios de la hoja verde “planchados” sólo los grandes molinos integrados podrían afrontar costos de esa naturaleza.

Desde la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones (Apam) se manifestaron en similar sentido y consideraron además que el sector está siendo víctima de una “persecución” por parte de los organismos de control. Uno de sus dirigentes más representativos, Carlos Ortt, consideró que para cumplir con esas condiciones, el precio del kilo de hoja verde debería ser superior a los tres pesos (actualmente es de 78 centavos).

Desde esa entidad aseguraron que si se pretende hacer cumplir la resolución adelantada por Tomada, no se levantaría la cosecha en la próxima campaña.

Tanto Dmitrowicz, como Ortt consideraron que mientras la materia prima siga vendiéndose a precio vil, será imposible mejorar las condiciones de trabajo de los tareferos.

 

 

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