“Racing es como Nadal”

Foto: Diario Olé

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Acasuso y De Olivera, amigos desde los tres años, comparten la pasión por la Acadé y la comparan con el 1 del tenis: “Actitud y va siempre para adelante”.

 El patio de aquella casa, para ellos el más lindo del mundo pese a estar en construcción y con escombros , se transformaba cada tarde en el Madison Square Garden de Nueva York. Jorge De Olivera y José Acasuso salían corriendo del colegio, almorzaban y pasaban horas tirando al aro en la casa de Dida. El básquet era su vida. En Posadas, lejos de la capital, sólo soñaban con imitar las proezas de Michael Jordan y llegar algún día a ser estrellas NBA. Vaya paradoja, el fútbol y el tenis eran un complemento, un hobbie más, que jamás imaginaron capaz de llevarlos al estrellato. “Todavía me acuerdo que Chucho me regaló una remera de Starks (John, jugador histórico de los Knicks) y la usaba siempre. Eramos enfermos del básquet”, le dice a Olé el arquero de Racing. “Mi tío me llevó a Disney y traje un montón de cosas. Banderines, musculosas. A Misiones no llegaba nada de eso”, agrega el tenista.

 

La historia de estos dos lungos comienza en 1985. Se conocieron con guardapolvos rosa, cuando tenían tres años, y el destino jamás los separó pese a los continuos viajes de José. “Hasta preescolar fuimos a un colegio de monjas y después nos pasamos a uno de curas. Eramos terribles. Me acuerdo que Chucho llevaba la mochila vacía, se sentaba atrás y se dormía en clase hasta las nueve de la mañana”, revela De Olivera. Y Acasuso lo reconoce, se ríe y enseguida retruca: “A vos una vez casi te suspenden. Le ofreciste plata a un profesor de matemática para que te aprobara, ja”. Las travesuras de estos compinches quedaron en el recuerdo cuando llegaron a primer año del secundario. A los 13 años, y por legado familiar (el padre también fue arquero), Dida partió a Buenos Aires para sumarse a las Inferiores de Vélez. Entonces, Chucho se quedó sólo dos años más en la tierra colorada y luego también viajó a la gran ciudad para dedicarse de lleno al tenis y poder ir al Cilindro para ver a Racing, el club de sus amores. “Mi papá y sus tíos eran fanáticos, y me pasaron la pasión. Ellos venían siempre, y eso que mi viejo ya tiene 62 años. Viene de larga data”, cuenta Chucho, deslumbrado por ver a su amigo en el arco de la querida Academia: “Me acuerdo de que estaba en el Australia Open cuando me contó que se iba a prueba a Racing. Fue gracioso, no caía. Me acuerdo que también había ido a su debut en Chicago y también lo fui a ver en el Cilindro”.

 

-¿Chucho, en el tenis cómo anda Dida? -Hace mucho que no lo veo jugar. La última vez fue en la casa de un amigo. Habrá mejorado porque tiene una buena raqueta que le regalé y saca ventajas.

 

De Olivera: -Es muy vieja, Chucho. Estan flojas las cuerdas. El tema es que yo mejoraría si no tuviera un amigo medio rata que no larga nada. Tengo la misma hace cinco años, así no puedo evolucionar.

 

Acasuso: -Le voy a dar alguna clases a Jorge.

 

D: -Ojo, igual acordate que te llamaba para que me aconsejaras. Un día tuve que jugar con un amigo, te dije que me explicaras cómo sacar fuerte y me dijiste algo de la empuñadura continental. Fueron clases telefónicas, ja.

 

-Dida, ¿sos un jugador con técnica tipo Federer o…? D: (interrumpe). -¡No! -¿Sos como Rafa Nadal? -No, tampoco. Lo mío es la potencia en el drive.

 

A: -Sos un Andy Roddick…

 

D: -Tampoco porque no tengo el saque, ja. Soy como Fernando González.

 

-¿Y vos Chucho, cómo jugás al fútbol? A: -Como un buen tenista, ja. Me defiendo…

 

D: -Es como Gio. Alto, la pisa. Juega de cinco, le gusta en el medio. Pisarla. Lo de Gio lo dije pero por ahora eh, lesionado, ja.

 

-¿Más parecido a Yacob o a la técnico de Toranzo? A: -Soy más de juego, pero tampoco tan lujoso como el Pato. Pero si hay que correr, me pongo a correr.

 

-¿Si Racing fuese un tenista quién sería? -Es como Rafa Nadal o alguno de la armada española. Mucha actitud, van siempre para adelante pese al resultado. Más allá de todo buscan y no dejan de buscar.

 

-¿Y por qué no siguieron con el básquet si era lo que más le gustaba? A: -A mí lo que me jugaba en contra era que soy muy calentón. En el básquet o fútbol uno se mandaba un moco y yo me enojaba mucho. Entonces preferí mandarme un moco yo y comérmela yo, conmigo mismo, no depender de otro. Y al final pensé que tenía más condiciones para el tenis.

 

D: -Pero también éramos chicos, Chucho.

 

A: -Mi entrenador de básquet fue a mi casa y le dijo a mi viejo que me dedicara al básquet. Pero…

 

-¿De qué jugaban? D: -Yo era pivote.

 

A: -Mi puesto era el de base o de ayuda. Era habilidoso. Pero yo jugaba en el equipo del club de tenis y Dida en uno chiquito de básquet.

 

D: -Sólo coincidimos en un intercolegial y en la Selección de Posadas.

 

-¿Cómo ves a Racing, Chucho? ¿Te da ilusión? A : -Sé poco de fútbol, pero creo que Russo encontró el equipo. Son fundamentales Pillud y Licht porque les dan juego y aire a los de arriba. Hoy Racing es un equipo por sobre las individualidades. Tengo motivos para ilusionarme.

 

-¿Sos de enojarte, de insultar al ver a Racing? A: -Soy de putear para adentro. No grito en la cancha porque yo veo a la gente que insulta a los jugadores a mi lado y me enoja. Soy deportista y siento lo que ellos sienten en la cancha. Ahora van bien, pero en la Promocion… Es difícil entrar a jugar. Yo pasé por eso de la presión, los nervios. El primero que quiere ganar es el jugador. Cuando un hincha putea me dan ganas de decirle “flaco, vos no te podés ni parar en la cancha porque te meás encima”.

 

-¿Y le decís a Dida atajaste bien o mal? A: -El tiene más de 40 partidos en Primera y creo que la única vez que atajó mal de verdad fue contra Vélez. Pero es mi amigo, así que lo banco en todas… (Fuente: Ole.com.ar)

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