Más de 500 estudiantes en un compromiso para el cuidado del suelo

 “Es necesario hacer mayores esfuerzos para mantener y recuperar el suelo agrícola”, fue la frase que compartieron y plasmaron en un documento más de 500 estudiantes reunidos la semana pasada (7 de julio) en el Colegio Pascual Gentilini, en San José, Misiones, para celebrar el Día del Suelo.

La jornada conmemorativa se inició muy temprano en instalaciones del Colegio Gentilini y tuvo como objetivo generar mayor conciencia sobre el uso y preservación del agua y el suelo. Los alumnos de las escuelas agrícolas de Apóstoles, Fachinal. Amadeo Bondpland, Santa María y San José escucharon atentos las enseñanzas de especialistas y técnicos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Los agrónomos Germán Acosta y Demetrio Ferreira hablaron sobre el recurso hídrico y el ingeniero  Alberto Sosa, sobre las Unidades Agroecológicas de Misiones.

 

 

El INYM estuvo representado por el ingeniero agrónomo Luís Prietto (Presidente, quien explicó a los presentes las líneas de acción del Instituto con respecto a este tema), los directores Ricardo Maciel (representante de la provincia de Misiones) y  Eduardo Tuzinkiewicz (representante de los Productores), los ingenieros agrónomos, Raúl Escalada y Matias Bazila (área técnica).

 

Un momento emotivo se vivió cuando los estudiantes de 7ª grado juraron el compromiso de aplicación y difusión de las tecnologías conservacionistas del suelo,  plantaron árboles nativos, y elaboraron y leyeron la Declaración Conservación de Suelos. Este documento fue respaldado por todas las instituciones presentes (Instituto San Agustín, EFA San Cristóbal, IEA Nº1, EFA Concepción de la Virgen María y Pascual Gentilini).

 

La Declaración

 

“Es necesario hacer mayores esfuerzos a fin de generar e incorporar la tecnología requerida para mantener y recuperar el nivel de materia orgánica en nuestros suelos agrícolas”, sostiene la Declaración en uno de sus párrafos. “La degradación física, comprende especialmente los procesos erosivos, en nuestro caso, la erosión hídrica, en todas sus etapas: destrucción de estructura por acción de lluvias torrenciales sobre suelo descubierto, erosión laminar, erosión en surcos y erosión en cárcavas”, agrega.

 

“Nuestro régimen de precipitaciones -continúa el documento-, la intensidad de las lluvias, hacen que éstas tengan alto grado de erosividad.  Las pendientes de nuestro paisaje, el uso excesivo de rastras de discos, el sobrepastoreo y el manejo de suelos descubiertos, hacen que el suelo sea susceptible de erosionarse, una degradación característica de esta región. Es así que contamos con extensas superficies cuya capacidad de uso y productividad, se han visto muy afectadas”.

 

Por eso “es imprescindible aplicar tecnologías adecuadas como: usar el suelo según su aptitud, manejar suelos cubiertos, practicar rotación de cultivos, realizar cultivos perennes como la yerba mate y el té, cultivos asociados, sistematizar el terreno para realizar nuevos cultivos, cultivar en curvas de nivel y construir terrazas, cuando las condiciones lo exijan, evitar el sobrepastoreo de praderas, y desarrollar sistemas sustentables de producción, en que se cumplan las normas antedichas, como se está materializando en la explotación foresto-ganadera”.

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