Gallinas doble propósito, una variedad prometedora para el pequeño productor

Se trata de una nueva variedad de aves genéticamente mejorada por profesionales de la Estación Cerro Azul del INTA, ideal  para la producción de huevos y de carne. Requiere mínima inversión y se obtiene atractivos resultados.

En el abanico de actividades productivas que se pueden desarrollar en la Provincia hay una que está siendo vista con muy buenos ojos por los colonos misioneros: la cría de gallinas. Si bien se trata de una actividad histórica de las familias rurales, la aplicación de tecnología la convirtió en un proyecto más que atractivo.

 La Estación Experimental Cerro Azul del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha logrado una nueva variedad mejorada genéticamente apuntando a un doble propósito, la producción de huevos y de carne. Por ello es que trabajan con la raza Rhode Island Colorado y la Rhode Island Blanca, que son ponedoras y además poseen buen peso como para ser faenadas.

«Se pueden hacer las dos cosas. En primer lugar la producción de huevos; y cuando termina el ciclo, cuando las gallinas dejan de poner, tienen un buen peso como para la faena, lo que le permite tener al colono dos productos», explicó Gabriel Gómez, técnico del Inta. «Además, los descendientes de estas gallinas comienzan a producir entre los 5 y 6 meses de vida y tienen un ciclo bastante largo de postura», completó.

Uno de los objetivos que persigue el proyecto es brindarle al productor el aprovechamiento de los avances tecnológicos, pero utilizando los mismos recursos con los que cuenta en su chacra para aumentar la producción de huevos y carne, manejando planteles más pequeños, y obteniendo resultados productivos en un tiempo menor.

 Así, el colono comprendió que la cantidad de huevos que producía con las especies tradicionales hoy se ven multiplicadas, y que ello le permite además del abastecimiento familiar, la comercialización del excedente, como así también generar ingresos a través de la venta de los animales, una vez que cumplan su ciclo de ponederas.

 

Animales de fácil manejo

 Según explicó el técnico, estos animales mejorados producen pollitos autosexuantes, «es decir, que los machitos absorben el color de pluma de la madre y las hembritas los del padre. Entonces vamos a tener las ponederas coloradas y los machitos blancos».

 Esto permite conocer la sexualidad de los pollitos desde que tienen días de vida, muy fácilmente. Solamente atendiendo a los colores del plumaje podrán separar a las futuras ponedoras y a los futuros padres reproductores.

 Cuando un productor adquiere por primera vez gallinas de estas especies, desde el Inta se les brinda un asesoramiento y las recomendaciones pertinentes que le garanticen el éxito de la crianza.

 Por eso, el emprendedor sabe que el tipo de alimentación que se le dé al pollito bebé es fundamental, pues es un factor que tendrá gran incidencia cuando estos animalitos se conviertan en ponedoras.

 «Si el productor realiza un buen manejo y sigue las recomendaciones preventivas que le damos, el rendimiento será muy bueno ya que el 95 por ciento de estas gallinas entran en postura», señaló Gómez, demostrando que los que se dedican a esta actividad complementaria, tienen la rentabilidad prácticamente asegurada. «Hay quienes piden entre 10 y 15 para el consumo, y también quienes llevan 30, que ya es para la venta de huevos y carne», contó.

 Lo cierto es que actualmente esta tecnología está siendo utilizada por más de 300 productores sólo en Leandro N. Alem, y va sumando interesados en varias localidades más.

 

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