“Todos deberían tener una caja de ahorro gratuita”

Brito propone la utilización obligatoria de la caja de ahorro para disminuir la informalidad en la economía. “Es cuestión de voluntad: el sistema financiero puede darlo gratis”, dice el banquero
 

 

Habla como presidente de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba) más que como titular del Banco Macro. Jorge Brito es claro en sus intenciones, no juega con frases que se pierden, inconclusas. Todo puede ser grabado, dice. Es, a la vez, cuidadoso con las palabras y se toma unos segundos para pensar cada respuesta. Este banquero que defiende el modelo económico, el dólar competitivo y cuya estrategia en el negocio se basa en tomar plata en Capital para prestarla en el interior del país, sabe que se acerca la hora de discutir algo tan sensible como una nueva ley que va a regular el negocio que lleva adelante. 

–¿Está de acuerdo con la reforma financiera local?

–Creo que siempre se puede tener una mejor ley que la que se tiene. En eso estoy de acuerdo. Ahora bien: hay que discutirla. Siempre se pueden hacer observaciones y mejoras.

–En Adeba propusieron cambios, incorporaciones como la “caja de ahorro obligatoria”

–Esta semana nos juntamos con el diputado Gerardo Milman, autor de uno de los proyectos. El otro proyecto es de Heller, pero con él no nos encontramos. Fue un buen encuentro donde le propusimos algo parecido a lo que hoy existe en España. Básicamente que los argentinos, todos, paguemos impuestos y servicios a través del banco. Esto permitirá abrir tantas sucursales como propone la ley y bajara la informalidad en la economía, el gran problema que tiene la Argentina. Es cuestión de voluntad: el sistema financiero puede darlo gratis. 

–¿Por qué proponen esto?

–Es el momento de hacerlo. Cuando se habla de que en la Argentina no hay crédito, de la baja bancarización que existe, de que hacen falta más sucursales en todo el país, se olvidan que venimos de una quiebra del sistema financiero en el año 2001 y que la bancarización es bajísima. Todos deberíamos utilizar el banco. En la década del 90 hubo crédito. En rigor, también lo hubo desde el año 2003 y hasta 2007. Ese año el Macro colocó bonos a 30 años.

–¿Qué pasó después?

–Apareció la discusión por las retenciones, la 125 y después empezó la fuga de depósitos. Para mí, lo peor fue la sequía del campo, lo que repercutió en la debilidad del superávit agravado por el proceso de incremento en el gasto público. Con la crisis subprime, el BCRA hizo política anticíclica. Esto hizo que los bancos locales no tuviéramos problemas. No estábamos apalancados. Habíamos sido conservadores. Los bancos necesitamos tener liquidez. Esto permite bajar tasas.

–Se dijo lo mismo del canje…

–Yo digo que el canje era condición necesaria pero no suficiente para bajar las tasas. Queda el Club de París y después, habrá que esperar.

–¿Financiar consumo o prestar a las pymes?

–Las dos cosas. Es un error atacar el crédito al consumo. Hay que pedirle a los bancos que presten más a la inversión. 

–Si en lugar de ser el titular del Macro fuera un analista… ¿ve condiciones para el crédito?

–Le preguntaría al banquero cómo está formada su cartera de depósitos, cuál es el costo que paga y la expectativa de valor del dinero. Después evaluaría si existe descalce.

– Mucha gente hace plazo fijo porque el dólar está quieto…

–El dólar no está quieto. El Central lleva adelante una política de devaluación administrada. Está perfecto. Nuestro plan económico tiene dos pilares, la exportación y el mercado interno. Y ese plan funciona con tipo de cambio competitivo. Y yo creo que nuestro tipo de cambio es competitivo.

 

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