Admiten que para los gays será más difícil adoptar

Tanto especialistas como los sectores que estuvieron involucrados en la discusión que derivó en la aprobación del proyecto del matrimonio homosexual en el Senado, ayer a la madrugada, admiten que en los primeros tiempos las parejas gays encontrarían no pocos obstáculos en los trámites de adopción. Los sectores más vinculados con la Iglesia Católica se animaron a sugerir que los jueces deberían preferir a los padres heterosexuales sobre los homosexuales.

(Informe elaborado por el diario La Nación)

La secretaria nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Marisa Graham, con vasta experiencia en el área de adopciones, dijo en ese sentido que «los jueces elegirán a quién entregan un niño; los cambios culturales llevan un tiempo, pero en algún momento se va a regularizar la situación».

 

Incluso, los propios homosexuales prevén que tendrán dificultades: «Seguramente, habrá menor o mayor receptividad a los pedidos de adopción, según zonas, ciudades y provincias. Quizás haya más adversidad en Salta y Catamarca, distritos que se opusieron al matrimonio gay y donde los jueces son reflejo de la sociedad a la que pertenecen», dijo Esteban Paulón, secretario general de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbyt).

 

«Lo ideal es que el niño tenga un padre y una madre -opinó el abogado Guillermo Borda, especialista en derecho de familia-. Creo que los jueces, razonablemente, van a privilegiar la entrega de un menor a quienes conviven en una familia heterosexual, por lo menos mientras no se sepan a ciencia cierta los efectos de la crianza en una pareja homosexual, por dos mamás o dos papás», indicó a LA NACION.

 

Por el contrario, la especialista en derecho de familia y directora de la maestría de posgrado sobre Políticas Sociales Infantojuveniles de la UBA, Nelly Minyersky, se mostró esperanzada.

 

«Confío en la población, la gente no va a salir corriendo a adoptar ni va a ir recogiendo chicos para adoptar. Me parece beneficioso, a los efectos del control social, que las parejas del mismo sexo ingresen bajo la ley en el proyecto de vida en común», sostuvo la abogada en diálogo con este diario.

 

En opinión de Paulón, en tanto, «el blanqueo de la orientación sexual de las parejas al casarse va a traer dificultades, mientras antes se adoptaba como soltero. Allí deberá estar la política pública para remover esa discriminación. No será de un día para otro», dijo.

 

Los sectores más vinculados con la Iglesia Católica se animaron a sugerir que los jueces deberían preferir a los padres heterosexuales sobre los homosexuales.

 

«Espero que no muchos jueces les den niños a parejas del mismo sexo. Van a argumentar que es discriminación, pero lo cierto es que hay 6000 matrimonios sólo en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires esperando adoptar y deberán tener prioridad. Los nuevos matrimonios deberán sumarse a continuación en esa lista. Aunque, en este país, ya no se puede saber qué va a decir un juez», consideró Eduardo Sambrizzi, de la Corporación de Abogados Católicos.

 

La senadora peronista Liliana Negre de Alonso (San Luis), presidenta de la Comisión de Legislación General de la Cámara alta, que ayer a la madrugada votó en contra del matrimonio gay, opinó que «si un juez tiene que optar entre dos parejas, una heterosexual y una homosexual en igualdad de condiciones, debería elegir la heterosexual por el bien superior del niño».

 

No obstante ello, la legisladora aclaró que «hay patologías que pueden existir tanto en heterosexuales como en homosexuales» y que inhibirían a unas y a otras parejas de adoptar.

 

Paulón aportó más datos a esta discusión que recién comienza: «Hoy -dijo- hay 15.000 chicos para ser adoptados y los trámites no salen; es un proceso muy largo, muy complicado, incluso para las parejas heterosexuales. Las condiciones para adoptar no mejoraron con esta ley ni se privilegia a nadie». Por eso, continuó, la federación va a impulsar una nueva la ley de adopción, aunque no adelantó cuál será la propuesta.

 

La secretaria Graham coincidió con que «se tiene que agilizar el sistema de adopciones» y también lo hizo la senadora Negre de Alonso.

Modificar la norma

 

«Se acordó debatir y modificar el régimen de adopción lo antes posible. Es necesario que se flexibilice el tema de la adopción para adaptarse a la nueva ley. Mientras tanto, sólo las parejas casadas o las personas solteras podrán seguir adoptando, no los concubinos», detalló Negre de Alonso a LA NACION.

 

El asesor tutelar de menores porteño y ex secretario de un juzgado de familia Gustavo Moreno puso paños fríos al contrapunto y pidió que se emplee una mirada diferente para analizar el complejo tema de las adopciones.

 

«Esta cuestión siempre está mirada desde los adoptantes y no desde los niños. El gran ausente en este debate es el niño. Tanto las parejas heterosexuales como las homosexuales quieren adoptar para reemplazar al hijo biológico que no pueden tener, para cumplir su fantasía. Por eso, eligen niños menores de tres años. Hay que replantearse muchas cosas, como que la mayoría de los chicos que se adoptan vienen de las provincias más pobres, donde se violan los derechos económico-sociales y las madres no los puede mantener», describió.

 

Por todo lo dicho, más allá de las diferencias de criterios a la hora de abordar el tema, en un punto parece coincidir la mayoría de los consultados: más allá de lo que dice la ley, será cada juez el que decida si entrega o no un chico a una pareja declaradamente homosexual -hoy, uno de los miembros, hombre o mujer, puede adoptar como soltero sin explayarse sobre sucondición sexual-, en lugar de dárselo a otra heterosexual que lo solicite. Y en que, como todo cambio cultural, probablemente pase un tiempo hasta que haya igualdad de condiciones entre unos y otros.

NO HABRA UNA CADENA DE REFORMAS

 

Especialistas y legisladores coincidieron en que, tras la incorporación de la boda gay en el Código Civil, no habrá que reformar otras leyes para hacer respetar el nuevo concepto. «El texto aprobado establece que ninguna norma del ordenamiento jurídico argentino podrá ser interpretada limitando el goce de derechos y obligaciones, tanto al matrimonio homosexual como al heterosexual. Esto exime de modificar otras normas», dijo Eduardo Sirkin, especialista en derecho civil. La diputada Vilma Ibarra confirmó que no se prevén reformas, pero sí dictar una ley que regule la fertilización asistida para toda pareja.

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