Matrimonio homosexual: Cristina expresó su preocupación «por el discurso y el tono» del debate

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner manifestó ayer su «preocupación» por «el tono que ha adquirido el discurso en torno a la discusión por la ley del matrimonio igualitario, donde se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está».

«Estoy un poco sorprendida por el tenor, el tono y el contenido que ha tomado el discurso. La verdad es que es muy preocupante escuchar expresiones como Guerra de Dios, proyectos del demonio, que realmente te remiten a tiempos de la inquisición, a tiempos medievales, y sobre todo si son provenientes de aquellos que deben instar a la paz, a la diversidad y al diálogo, por lo menos eso es lo que dijeron siempre en los documentos», dijo Cristina.

 

En diálogo con los periodistas argentinos que cubren su visita oficial a China, la presidenta manifestó que «este discurso tan agresivo, tan descalificador, invocando razones de derecho natural, es preocupante. Me gustaría hacer un ejercicio entre todos, porque esta es una cuestión que excede a un partido político o a un gobierno, creo que es algo que le compete a la sociedad».

 

«Debemos remontarnos no a hace mucho tiempo, sino al siglo pasado, en el principal país del mundo teniendo en cuenta su liderazgo y su producto bruto, se consideraba que las personas de piel negra, eran inferiores, no podían tener los mismos derechos que los blancos y hoy un presidente de los Estados Unidos, es negro», aseveró.

 

Indicó que «si nos remontamos a la antigüedad, a los discursos de Platón, que tenía una mente preclara, pero sostenía y fomentaba la esclavitud, vemos que esta discusión, cuando sea vista dentro de unos años, va a ser vista como una discusión casi anacrónica».

 

En ese sentido, la jefa de Estado añadió que «en definitiva lo que la ley de matrimonio igualitario hace, no es obligar a la gente a que se casen con personas del mismo sexo, simplemente toma cuenta de una realidad que es preexistente», apuntó.

 

Cristina explicó que «cuando se sanciona el código civil de Veléz Sarsfield el único matrimonio posible era el matrimonio por iglesia, porque tomó esa cuestión del derecho canónico, que tampoco es de la iglesia, sino de los romanos, que además eran paganos».

 

Detalló que «cuando comienza a venir la inmigración, con todo tipo de religiones, la única forma de casarse era mediante el matrimonio por iglesia y se propone una reforma en la cual se crea el matrimonio civil y esa reforma provocó críticas y revueltas increíbles, cosas insólitas, casi iguales a las que se escuchan ahora», señaló la mandataria.

 

Apuntó que «lo que está receptando la normativa vigente es algo que la sociedad ya tiene y creo que es justo reconocerle ese derecho a las minorías y creo que una distorsión terrible de la democracia sería que las mayorías ejerciendo ese poder, le negaran a las minorías derechos adquiridos».

 

«Pero lo que más me preocupa -dijo- es el tono que ocupa las discusiones, todos estamos dispuestos a debatir, a disentir, pero hacerlo en un marco de racionalidad, sin estigmatizar al otro porque piensa diferente y sobre sin violar la Constitución, porque el despacho que sacó el Senado viola la Constitución porque vino una media sanción de Diputados y lo que tienen que hacer los senadores es como cámara revisora, si no está de acuerdo es transformar eso y volverla a la cámara de origen».

 

Agregó que «yo no quiero que me recuerden del lado de los que piensan que los negros eran diferentes, que los judíos eran horribles y debían ser una raza inferior, y eso me parece que no son cuestiones políticas partidarias».

 

«También me parece muy mal la utilización de los chicos en los colegios para embanderarlos en estas discusiones. Además estuve leyendo el despacho y nunca vi una cosa igual, se plantea la cuestión de conciencia, que implica que un empleado público te puede dejar de atender porque sos gay o lesbiana», remarcó Cristina.

 

Finalmente comentó que «hay otro artículo que niega la posibilidad de inseminación in Vitro o artificial a personas que ya tienen hoy esa posibilidad, o sea que les quita un derecho que ya tienen», pidió que «el debate debe volver a su cauce normal, sin cruzados, acá no hay ninguna guerra, ni de Dios ni del demonio y sostuvo que avanzar con esta cuestión «sería un retroceso muy grave para una sociedad democrática».

 

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