Se abstuvieron de declarar los dos acusados de trata

En la primera jornada del juicio oral y público Mario Arriola y Estela M. optaron por el silencio. El padre de las jóvenes de 16, 14 y once años recordó lo ocurrido.

Una historia dolorosa de tres jóvenes, de 16, 14 y once años, que fueron engañadas por su propia madre, llevadas a Buenos Aires con promesas de un trabajo digno. Allí pasaron sus peores días al ser obligadas  a ejercer la prostitución. Lograron salir y denunciar los hechos, ahora su historia es parte del segundo juicio oral y público por el delito de trata de personas en Misiones.

Ayer se sentaron en el banquillo de los acusados, Mario Arriola, de 59 años, y Estela M., de 37,  quienes optaron por mantener el silencio y  no declararon en la primera jornada del debate, la cual presentó una sala vacía, sin presencia de público.

Estela M., de 37 años, de nacionalidad paraguaya, analfabeta, está procesada en la causa como autora del delito de trata de personas, en la calidad de ofrecimiento, agravado por el vínculo, por actuar en forma organizada entre tres o más personas e involucradas a tres menores de edad, una de ellas de 13 años.

La imputada es la madre de las tres chicas y es quien autorizó el traslado de las jóvenes hacia la provincia de Buenos Aires en el mes de agosto, llevando en primer momento a la mayor de ellas de 16 años.La mujer viajó en julio de 2008 a la ciudad de Buenos Aires, días después llamó a su hija para que vaya a trabajar como niñera en esa provincia. La joven aceptó la propuesta de su madre y al llegar al lugar fue trasladada por los imputados a una whiskería.

Como la joven no aceptaba dedicarse a la prostitución y lloraba todo el día, Estela M. entregó a la menor en manos de Mario Arrriola para que la lleve a Carlos Paz, donde éste habría abusado sexualmente de ella, para luego restituirla al prostíbulo.Es por ello que Mario Francisco Arriola está procesado como autor del delito de trata de persona en calidad de captación, traslado y alojamiento, agravado por actuar entre tres o más personas e involucrar a una menor de 13 años.

El hombre es oriundo de Buenos Aires, manifestó ser comerciante y que sus ingresos se deben a que es propietario de un bar y casa de juegos clandestinos.Luego de que Arriola se abstenga a declarar, se incorporó por lectura las declaraciones realizadas durante la etapa de instrucción, en los que negó rotundamente haber tenido relaciones sexuales con la joven de 16 años. También explicó que Estela M. y sus hijas trabajaron en el bar de su propiedad. La madre de las chicas realizaba las tareas hogareñas y las chicas limpiaban y atendían el local.Arriola aclaró en esa declaración que la pequeña Fanny viajó con él a la ciudad de Carlos Paz, Córdoba, con el fin de realizar turismo en la misma. Asimismo, dijo que la menor vivió con él en su domicilio y durmieron en la misma cama, pero que ella dormía vestida. Negó que la haya maltratado y que la obligó a mantener relaciones sexuales.Cabe destacar que Mario Arriola cuenta con antecedentes en su haber, estando detenido por intento de homicidio y portación de arma de guerra (1997-1998), siendo absuelto de la misma.


Testigos

El primer testimonio que se escuchó en el debate fue de Marcelina Antúnez, coordinadora del programa Luz de Infancia para la Prevención y Erradicación de la Explotación Sexual, Comercial Infantil y Trata de Personas, a quien concurrió la joven junto a su padre para contarle el calvario que vivió en Buenos Aires.“Ella me contó lo que a ella le apenaba muchísimo, estaba presa de pánico, tenía mucho miedo”, recordó la mujer, quien manifestó que se acercó a su oficina luego de que la madre llevara a sus hermanitas a Buenos Aires, lo que despertó el “temor de que les suceda lo mismo que a ella”. Antúnez recordó que la joven le confesó que Estela M. la obligaba a ejercer la prostitución, “si no trabajás vas a pasar hambre, le decía a su hija”. “Era gente muy humilde”, describió la docente jubilada, pero agregó que le “cuesta creer que una mamá actúe de esa manera, cuando debe cuidar y proteger a sus hijos”.La mujer recordó que al momento que llevaron a la joven de 16 años a Buenos Aires, ésta se encontraba estudiando y trabajando de niñera en la casa de una docente en Puerto Iguazú.

 

El dolor del padre

 

Con indignación y pudor, el padre de las niñas recordó lo ocurrido en agosto y septiembre del 2008, cuando su ex esposa se fue a Buenos Aires y luego llevó a sus hijas. Eugenio manifestó que luego de que su hija de 16 años llegó a Buenos Aires, al lugar donde tendría que trabajar como niñera, “vio mucho movimiento y le preguntó a su mamá porqué le hizo eso, porqué le mintió. Ella no podía hacer nada porque la tenían allá adentro, encerrada. Ella quería volver, le pidió plata para el pasaje, y la madre le dijo que si quería dinero tenía que prostituirse”. El hombre recordó que luego su hija regresó a Puerto Iguazú y no le contó lo ocurrido “por miedo”. Pero días después, cuando volvió a Misiones su madre y Arriola, la joven se fue de la casa a vivir con el novio. Arriola se presentó como “el patrón de Estela” y se quedó varios días en Iguazú, para luego partir con las nenas de 14 y once años.Eugenio explicó que Mario Arriola, el imputado, regresó luego a Iguazú manifestando que tenía intenciones de abrir una cafetería en esa localidad. Luego le pidió que enviara dinero mediante un giro porque había perdido su documento. El hombre manifestó que luego de lo ocurrido, sus hijas le culpan a su hermana mayor por el calvario que tuvieron que vivir.

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