Postergan presentación de músicos misioneros en Cosquín

Con cincuenta años de existencia, como Festival Nacional del Folclore, coincidentemente con el Bicentenario de la Argentina, el Federalismo cultural parece ser solamente una intención de buenos deseos, porque el centralismo porteño sigue gozando de buena salud aunque el gobierno nacional sostenga lo contrario.
El desaliento parecía reinar en el camarín número nueve «Hugo Díaz» de la plaza Prospero Molina de la ciudad de Cosquin, donde los músicos misioneros esperaban, en vano, su turno para actuar frente a las más de diez mil personas que esperaban escucharlos, pero que por errores de la organización del Festival postergaron su actuación para mañana miércoles 27 de enero.

En los pasillos se escuchaban quejas de los artistas como que, «No existe un Federalismo real» que, siempre priorizan los intereses comerciales de dos o tres personas, a favor de los grandes sellos discográficos, en contra de los artistas del interior del país

En esta edición cincuentenaria (el Festival Nacional del Folclore en Cosquin) costó siete millones de pesos, y el gobierno nacional, entregó dos millones y el resto se repartieron entre el gobierno de Córdoba y, el resto lo puso la comisión organizadora, a través del cobro de las entradas al publico que cada noche asiste a los espectáculos que se presenta, que según cálculos no oficiales, recauda más de cien mil pesos por noche.

Las quejas que se oyen en las peñas, en los bares y en los pasillos detrás del escenario mayor apuntan a un cierto «favoritismo» del que son merecedores los artistas extranjeros, como es el caso de Gal Costa, quien no respetó el tiempo sobre el escenario o del grupo flamenco «Al Sur del Sur» proveniente de la ciudad española de Cádiz, que se presentó en la cuarta noche del festival.

DISCULPAS OFICIALES

La comisión organizadora, en conferencia de prensa, pidió a los artistas y al público en general una disculpa por no poder cumplir en tiempo y en forma el programa publicitado en los medios. Es que a raíz de estos retrasos, muchos de ellos no pudieron presentarse, y decidieron retirarse no sin antes dejar oír aireadamente sus protestas por lo que entienden es una falta de respeto por el artista y su tiempo. Pero la comisión solo se escucha a si misma. Y el programa oficial sufrió modificaciones que el público se entera cuando se sienta a disfrutar por lo que pagó y no recibe. Porque a los artistas como Teresa Parodi, León Gieco, Luis Salinas, Los nocheros o Los Carabajal, no se los hace esperar. Y si bien el gobierno nacional entregó una importante suma de dinero para que se priorice a los músicos que, con mucho sacrificio se llegan hasta Cosquin a presentar su arte, los organizadores siguen sin darle el espacio que se merecen. Como muestra basta reflexionar que en seis noches del Festival el único Chamamé que se oyó fue el de Los Alonsitos, que para muchos no representan los más autentico del Chamamé del Litoral. Pero si Carlos Luiz Borges tuvo más que tiempo suficiente para hablar y mostrar su Chamamé del sur del Brasil que tiene sus cultores, en su país y muy pocos en la Argentina. Es decir con la excusa del la integración cultural internacional, los que vuelven a quedar postergados son los artistas del interior del país.

MISIONES POSTERGADA

Joselo Schuap es un viejo conocido de Cosquin, y ya que es la quinta vez que se presenta en la plaza Prospero Molina. Y resignado ya no protesta. En esta edición vuelve a estar acompañado por Ramón Ayala, a quien invito luego de recibir la noticia de su representante, que había sido elegido para presentar sus canciones en el Yupanqui.

El turno de ambos era ayer lunes pero todo comenzó a salir mal cuando, sin aviso, comenzaron a correrlo más para la madrugada a ambos. Finalmente la espera terminó previo le comunicaron (después de esperar por espacio de cinco horas) que recién podría presentarse mañana miércoles 27 después de la medianoche.

«Creo que el principal problema con el que se enfrenta el artista del interior del país, es la falta de respeto que recibe, cuando llega aquí.» Humilde en sus palabras y de gestos resignado, el músico sostiene que estas postergaciones le cuestan dinero ya que el llega a Cosquin solo. «Para estar aquí he recibido la ayuda de amigos empresarios misioneros y de algunos de Córdoba que me costean los gastos, yo no recibo ayuda del gobierno, cuando veo que otros músicos vienen con dinero que les dan los gobiernos de sus provincias. No es mi caso» aclaró con una sonrisa. En el caso de Ramón (Ayala) quien recibió ayuda económica de la empresa de electricidad de Misiones – EMSA- para sus gastos y el de sus bailarines, Schuap respondió que «está bien que así sea, por su trayectoria y su inmenso aporte cultural que le ha hecho a Misiones Ramón, pero no termino de entender porque siempre nos postergan de esta manera. Es decir no nos niegan, pero nos retrasan» sostuvo apesadumbrado, este artista cuyas canciones tienen una gran aceptación en el público joven y en los grupos ambientalistas. En cuanto a la ayuda oficial que no llega para los artistas de Misiones, la subsecretaria de Turismo de la provincia estuvo presente con el «Embajador cultural», donde promotoras cordobesas presentan las propuestas turísticas que ofrece Misiones al resto del país. Schuap en tanto se presentó varias noches, en el stand de el Chaco y de Formosa donde, a modo de artista callejero, acompañado por sus músicos Maka Sequeira y Miguel Bombagen, un acordeonista de la ciudad de Yapeyú (Corrientes) deleitaron a los transeúntes que se detenían a escuchar Chamamé, y se sorprendían gratamente por la presencia de este joven músico en el Festival Nacional del Folclore.

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