«Estoy desesperado por encontrar a esa gente»

Oscar Bossi, un amante de la pesca y colaborador de la competencia de Aguas Abiertas durante muchos años, ayer revivió el momento de la tragedia. El hombre continuó la búsqueda durante ocho días en el río, recién ayer se quedó en tierra.

Oscar Bossi recordó lo que ocurrió el pasado 16 de enero en el Paraná.

Oscar Bossi recordó lo que ocurrió el pasado 16 de enero en el Paraná.

El dolor, la desesperación y las imágenes que se marcaron a fuego en la memoria de Oscar Bossi desde el pasado 16 de enero en el río Paraná, fue las que revivió ayer. Es admirable que pese a todo lo vivido el hombre continúa en la búsqueda de los desaparecidos, estuvo ocho días navegando, ayer se quedó en el club porque no se sentía bien, pero hoy a primera hora volverá a embarcarse.
Bossi es pescador y «hace como doce años» que colabora en todos los cruces de Aguas Abiertas, este año no fue la excepción. En horas de la mañana se trasladó al río sin pensar que sería testigo de la tragedia que enlutó a la provincia.

¿Cómo estaba el río y el clima en el momento de la largada?
En principio lo que habría que recalcar, porque escuché que muchos dicen que no se debía largar la competencia, pero en ese momento los vientos no estaban soplando muy fuerte, el río no estaba planchado pero no había muchas olas. A diez minutos de la largada empezó a soplar una brisa fuerte y comenzó el problema, primero con los piragüeros, se empezaron a dar vuelta no menos de cinco piraguas antes de llegar a las chatas donde ocurrió el accidente.

¿Fueron avisados de la presencia de las barcazas?
Creo que les sorprendió a todos, los piragüeros le estaban guiando a sus nadadores pero también estaban preocupados por manejar sus piraguas para hacer equilibrio, porque muchas se dieron vuelta. A todos nos sorprendió esa barcaza, ni piragüero, ni nadadores, ni nosotros que veníamos ahí nos dimos cuenta.
Las barcazas estaban en costa paraguaya pero a unos 800 metros de la costa, estaban bastante alejadas.
Hace muchos años que acompaño como colaborador y jamás nos imaginamos de que el circuito iba a pasar tan cerca. Es más, no creo que haya pasado tan cerca, el agua, como está el río hoy, y el viento llevó a los nadadores para ese sector. Nadie se imaginó.

¿Hubo un cambio de trayecto por parte de nadadores?
Estaba el pelotón de punta que venían muy en costa argentina, y el otro grupo que eligieron el otro trayecto. Pero acá se conjugó muchas cosas, la corriente del agua, el viento y la preocupación de los piragüeros de tratar de no caer al agua. Y también hay que tener en cuenta que el nadador no le escucha al piragüero por la forma de nadar, porque ellos le gritaban a los nadadores, pero después ya no podían hacer nada porque por más que querían el agua les llevaba.
También complicó las cosas de la manera que estaban estacionadas las barcazas, porque si estuvieran en línea muchos hubieran salido. Es más muchos de los que creían que habían superado las barcazas, hacían el desvío pero se encontraban con otra barcaza que estaba de la mitad para atrás estacionada y ésta fue la que hizo la corriente de embudo que le llevaba. A mí también me sorprendió, cuando me avisan ‘cuidado a 15 metros tenes la barcaza’, yo desvío y veo que está entrando gente al embudo, entonces salgo y tiramos la circular y sacamos a tres personas, al profesor Sole Masé y a un chico y una chica.

¿Cómo continuó el rescate?
La segunda vez, le tiramos el circular y cuando voy saliendo, eran diez o doce personas que estaban gritando y pidiendo auxilio, se prenden pero no iba a ningún lado la lancha hasta que revienta la soga y todas esas personas desaparecen, les chupa a todos.
Ahí ya no teníamos cómo ayudarles, porque la única manera era tirarle una soga, porque era imposible entrar. Salimos por los costados, encontramos al santafesino que estaba agarrado por un prefecturiano en una moto de agua, lo levantamos, el profesor Gustavo Breitembruch le empezó a hacer la respiración, porque estaba mal el hombre, y largó mucha agua. Cuando íbamos a volver al puerto, vimos a otra persona con un pedazo de piragua y lo levantamos. Después bajamos la gente y volvimos y ahí era sólo piraguas dadas vuelta, personas no había, ninguna. Ahí ya estaba Prefectura, la Marina paraguaya, pero en un primer momento éramos solo nosotros, porque ellos estaban en una línea y cuando le llamábamos parece que no nos entendíamos.

¿Qué ocurrió con las piraguas?
Al momento, entraban como flecha las piraguas, era incontrolable y la velocidad con que entraban, cómo entraban y llegaban a la barcaza se escuchaba el ruido, se trituraban todas las piraguas, se rompían. Ahí mucha gente se habrá lastimado porque los nadadores trataban de salir de ahí, porque era un vértice en el que estaban todos juntos, y las mismas piragüas les lastimaban.
La nenita, el hijo del profesor santafesino, me dejó mal porque pedía auxilio, señor me ahogó y en la segunda vuelta esta nenita iba saliendo, tenía la mitad del torso afuera ya le estabamos sacando a esa gente, cuando se suelta la soga no queda ninguno, pero esa nenita salió, pero la cara de esa nenita no me puedo olvidar más. Continuamos ocho días en el agua, hoy me tome un descanso porque ayer no me sentía bien y prefería descansar un día.

¿Qué siente después de lo vivido?
Estoy desesperado por encontrar a esa gente. El rio esta muy peligroso, te asusta porque no ves costa, sólo río, río y cielo . Aprendimos que hay que tomar todas las medidas de seguridad, porque a veces nos jode que Prefectura nos exija, pero es necesario.

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