Preocupa en Paraguay la trata de personas

La trata de personas es un delito en crecimiento que preocupa a las autoridades de Paraguay, un país considerado especialmente de «captación» de mujeres enviadas a otros países para su explotación sexual. Por RUBEN CESPEDES ASUNCION, 23 (ANSA) – La trata de personas es un delito en crecimiento que preocupa a las autoridades de Paraguay, un país considerado especialmente de «captación» de mujeres enviadas a otros países para su explotación sexual.
Los reclutadores visitan los lugares más pobres del interior para convencer a mujeres con la promesa de trabajo, consiguiendo hasta el consentimiento de los padres, dijo a ANSA el oficial inspector Flaminio Quinteros, a cargo de la oficina de Trata de Personas de la Policía Nacional.
Gran parte de las personas son enviadas al exterior, aunque otras son utilizadas también localmente, según el jefe policial.
«La mayoría de las mujeres van engañadas», afirmó, y reveló que generalmente son llevadas a la Argentina y de allí redireccionadas a Bolivia, Uruguay o Chile, mientras otras son llevadas directamente a países de Europa.
«Son impresionantes las conexiones que tienen quienes se dedican a este negocio», agregó.
Precisamente, el diario Vanguardia de Ciudad del Este (Triple Frontera con Brasil y Argentina), en su edición del 11 de enero publicó el resultado de una investigación realizada sobre la trata de personas en esa zona.
«Centenas de jóvenes todos los años son reclutadas en la zona metropolitana del Alto Paraná (cuya capital es Ciudad del Este), para ser explotadas en prostíbulos de países sudamericanos y europeos», dijo el artículo.
Vanguardia citó declaraciones de mujeres reclutadas, quienes tras conseguir retornar al Paraguay, anónimamente revelaron detalles del engaño a que fueron sometidas y el calvario que pasaron.
Una de ellas afirmó que fue llevada con la promesa de cuidar ancianos en Italia, con una paga de 900 euros mensuales, pero que tras llegar y ser sometida a malos tratos, se le indicó que era una inmigrante ilegal, que no podía trabajar y tenía que pagar los costos del viaje. Para ello, junto a otras mujeres, fue obligada a trabajar en la prostitución.
Otra joven mujer reveló al diario esteño que fueron llevadas primero a Buenos Aires donde fueron también obligadas a prostituirse, y luego reasignadas a burdeles de Bolivia y Chile, confirmando así otra conexión a que aludió el oficial Quinteros.
La investigación también reveló que muchas de las mujeres son utilizadas como «mulas» para el transporte de drogas por cárteles de narcotraficantes.
Agregó que algunas agencias de viaje de Ciudad del Este forman parte del esquema delictivo al arreglar el traslado de las mujeres, y precisó que todo esto ocurre «en las narices de los organismos de seguridad y de control público».
El oficial Quinteros dijo que la punición en la materia se basa en lo que prescribe el Código Penal, pero que está en estudio en el Congreso una legislación especial que contempla específicamente la trata de personas.
Agregó que el gobierno de Estados Unidos apoya la lucha en esta materia, y que la jefa de la Oficina de Trata de Personas, subcomisaria Marina Franco, trabaja en proyectos de cooperación con ese país.
«Nuestra intención en el futuro es trabajar en un trabajo de prevención, que incluya los colegios, para concientizar sobre el peligro de la explotación de las personas», indicó Quinteros.

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