Misiones despidió con lágrimas a uno de sus mejores deportistas

Jóvenes en bicicleta, corriendo, caminando y cientos de vehículos acompañaron a León Seró hasta el cementerio privado de Posadas. Lágrimas, reconocimiento a su entrega al deporte y un pedido de que continúen colaborando en la búsqueda.

Un centenar de personas despidió con dolor los restos de Raúl Eugenio “León” Seró, el Profe admirado y querido por todos.

Un centenar de personas despidió con dolor los restos de Raúl Eugenio “León” Seró, el Profe admirado y querido por todos.

El deporte y la comunidad misionera lloró la pérdida del «profe Seró». Con dolor, desazón, congoja y lágrimas, una multitud le dio el último adiós.
Su sencillez, lucha por el deporte misionero y sus múltiples enseñanzas marcaron a cientos de misioneros que ayer no escondieron sus lágrimas para despedirlo. Perdió la vida haciendo algo que amaba, el río Paraná llevó a su mejor amigo, aquél que cruzó 46 veces su caudal, y no temió socorrer a aquellos que en medio de la tragedia clamaban por su ayuda, sin pensar en lo que le podía suceder a él.
Y fue ese fuerte caudal que lo arrastró junto a otros siete nadadores. «Pero el profe Seró seguirá nadando por todos lados, nos va a seguir guiando», dijo su hermano Michel durante su inhumación.
Apenas se conoció la noticia de que el cuerpo hallado en cercanías al lago de Yacyretá era de Raúl Eugenio «León» Seró, la comunidad y deportistas se congregaron en el Instituto del Deporte donde aguardaron la llegada del féretro, el cual fue trasladado hasta el lugar alrededor de las 3 de la madrugada, luego de ser sometido a una autopsia. En horas de la mañana se acercaron a despedir al «Profe» familiares, amigos, colegas, funcionarios, periodistas.
Pasadas las 10, el cortejo fúnebre se trasladó hasta el cementerio parque Tierra de Paz, acompañado de deportistas que corriendo o en bicicletas rindieron honor a León Seró con lo que él los enseñó. La caravana demoró más de una hora hasta arribar hasta la morada final del Profe, donde las lágrimas comenzaron a fluir en todos los presentes, incluso en varios periodistas que se encontraban trabajando en ese momento.
Y no era para menos, el Profe que nació en Francia y luego se radicó en Misiones dedicó su vida al deporte, además ayudó, acompañó y guió a todos aquellos que en él se desempeñaban. «Nunca pidió nada, si lo hizo era para darle a alguien que más lo necesitaba», dijo su hermano.
Pese a las demostraciones de dolor, su hermano pidió que se retiren «no destruidos, ni llorando, sino más fuertes y que esto nunca más vuelva a suceder».
Michel agradeció a todos porque «gracias a ustedes, el Profe está acá. El Profe nos dio fuerza y ustedes nos dan más fuerza y como tenemos que poner el pecho, en nombre del Profe colaboremos a full en la búsqueda para que otras dos familias puedan liberarse un poquito».
En la conmovedora despedida a León, su hermano pidió a los presentes que «por 30 segundos piensen en aquel aprendizaje, consejo, reto, porque el Enano era jodido, pero si él lo hizo es porque sabía que estábamos tomando una mala decisión». De esta manera solicitó que «todos nos comprometamos» tanto en la búsqueda como también para que no vuelva a suceder una tragedia similar.
Tras instar a no gastar dinero en participaciones publicadas en medios de comunicación sino en comprar algo para el deporte, dio por finalizada la ceremonia e invitó a los que quisieran a que se quedaran. Llamativamente, pese a los fuertes rayos del sol que azotaban el lugar fueron pocos los que se retiraron, muchos permanecieron acompañando al Profe.

Serás un grande
Segundos después una deportista despidió a León Seró con un breve pero emotivo discurso. Quebrada en llanto le dijo adiós al Profe.
«Vos que no le temías al agua, que con cada palabra reflejabas sabiduría». «Serás un grande, siempre tan atento, dispuesto a una cordial charla. Fuiste un padre, un hermano, un amigo, siempre serás el profe Seró».

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