El río se llevó a uno de sus mejores amigos

Siempre presente. Seró murió en la que iba a ser su 47 cruce del Paraná.

La sociedad misionera llora la pérdida de uno de sus más reconocidos deportistas, amante de la natación y de otras disciplinas, quien murió tras rescatar a varias personas en la tragedia ocurrida el pasado sábado en el río Paraná.
Con casi 60 años, Eugenio León Seró iba por su cruce número 47 y estaba a punto de ser distinguido por ello. Nadie había hecho tantas veces el cruce del Paraná y su experiencia era admirada por jóvenes y colegas. Pero no pudo completar la última vez.
León Seró era profesor de Educación Física y entrenador de canotaje, trabajo en el Liceo Storni desde sus inicios y fue entrenador en Luz y Fuerza de basquet y fútbol, además de director de Deportes de la Provincia cuando volvió la democracia.
También fue preparador físico de Guaraní y de la seleccion nacional de canotaje.
Asimismo había aportado sus conocimientos para el diseño del Centro Provincial de Alto Rendimiento Deportivo, que se proyecta construir con el objetivo de crear programas para integrar a la gente de los barrios de la zona a la práctica deportiva.
Paradójicamente, en la presentación de la competencia de Aguas Abiertas, el propio León había advertido de lo distinto que estaba su amigo el Paraná.
«Esta vez será particular ya que por los múltiples cambios que sufrió el río pasará a ser un lago. Lo importante a destacar es que de pronto todas las personas que estábamos acostumbrados a nadar en el río, vamos a tener que disfrutar de un lago y que con prudencia habrá que comenzar a capacitarse acerca de las nuevas condiciones que tendrá del agua en Posadas» dijo.
A lo que agregó que «hay que acostumbrarse a que las características del río cambian y pasará a ser sin ninguna duda un lago, y acá hay poca experiencia en eso por lo que habrá que recurrir a expertos de otros lugares».
Pese a advertir que el río no era el mismo, fue uno de los primeros en llegar al lugar de la largada. Pero esta vez, su amigo se lo llevó para siempre.