El dolor de unos, la indiferencia de otros

Tras la tragedia que vistió de luto a Misiones muchas voces salieron al cruce del accionar tanto de los uniformados a cargo de las medidas de seguridad para la tradicional competencia como también de las condiciones climáticas que condicionaban la actividad deportiva. Así se multiplicaron las críticas a la Prefectura local como también se destacó el rápido accionar de sus pares paraguayos y la inmediata reacción de los posadeños propietarios de lanchas y embarcaciones.
Las imágenes del horror y la desidia sin dudas quedarán selladas a fuego en la memoria de quienes cerca del mediodía del último sábado fueron testigos del fatídico episodio. Gritos de desesperación, angustia generalizada ante el desconocimiento y las peores noticias embargaban a los familiares y amigos que se acercaron a la costanera atentos a participar de lo que debería haber sido una verdadera fiesta del deporte.
Expertos nadadores no habían podido sortear la trampa mortal que se generó en las aguas que rodeaban a las barcazas y que con la fuerza de una verdadera «aspiradora humana» no discriminó y supo sumergir hasta las embarcaciones que iban en ayuda de los nadadores.
Las horas pasaban y la desesperación era mayor con el paso del tiempo porque se sabía eran momentos claves antes del crepúsculo que implacable devoraba las esperanzas de hallar a sobrevivientes. Así se empezaron a conocer los testimonios más desgarradores, como la de quienes vieron el heroico accionar del «Lobo» Saide quien pudo rescatar a su hija, y en las últimas horas de Mauro Bacigalupi, (desaparecido) que no dudó en tirarse al agua para ayudar a quienes luchaban por su vida. La primera reacción fue la de los particulares que de inmediato salieron a buscar sus embarcaciones y se lanzaron a una travesía inesperada quizá poniendo en riesgo su propia vida. Sin más que la suma de buenas voluntades y el coraje que caracteriza a tantos anónimos héroes de este último sábado, hubo otra realidad que marcó un contraste triste y vergonzoso que también pudo verse mientras se vivían horas de angustia: la indiferencia social.
Entre los que se acercaban hasta el puerto para ponerse a disposición de los familiares de las víctimas y los desaparecidos también hubo curiosos que enmascarados en el morbo tejían las más insólitas hipótesis sobre lo que probablemente estaba ocurriendo.
Ya con la llegada de la noche, mientras cientos de familiares y amigos de los desaparecidos transitaban la vigilia más dolorosa apuntalando la esperanza de poder hallar sobrevivientes, otros tantos llegaban a la costanera munidos de conservadoras, botellas y comida para disfrutar del fresco a la vera del Paraná. Increíble para muchos, normal para tantos otros, pero lo cierto es que mientras en otros países cuando pasan sucesos similares a estos de inmediato se encienden velas y se arman espontáneos altares, acá gana la indiferencia. La sensación que queda en el aire es que en realidad, a nadie le importa un grupo de jóvenes deportistas y hombres que dedicaron su vida a este tipo de actividades recreativas. Tradicionales familias de la sociedad posadeña atravesando las horas más duras y del otro lado, la frivolidad más indignante.
La búsqueda sigue, las versiones se multiplican y las esperanzas de los familiares son los pilares que mantienen en pie a tantas familias angustiadas. La verdad sobre las responsabilidades compartidas, los aciertos y los errores se verán cuando la pesquisa cese y ese será el momento de cambiar no sólo a nivel institucional sino en el colectivo social, porque si a la tragedia se le suma la indiferencia, la ilusión de un país mejor se hace cada vez más lejana.

El recuerdo de los palistas
El 4 de enero último se cumplieron tres años de la desaparición física de los palistas Luciano Barbieri y Fabián Romero, quienes en un intento de disfrutar del verano se habían embarcado en lo que sería su última travesía por el Paraná, desde Rincón Ombú. Indudablemente lo ocurrido el pasado sábado con los nadadores trajo a la memoria de muchos ese lamentable episodio que también movilizó la ayuda de particulares y allegados.
A Luciano Barbieri lo hallaron tiempo después un grupo de estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Nordeste casi de modo casual y sus restos fueron entregados a la familia quien luego de las actuaciones correspondientes le dieron cristiana sepultura. Lamentablemente la familia Romero no corrió con la misma suerte porque hasta la fecha aún no se ha encontrado rastro del muchacho. Ambos eran amigos y compartían la misma pasión, el río. Hoy el dolor se hace eco en la memoria de todos lo que de alguna manera estuvieron relacionados con la búsqueda, con la misma fuerza que impulsa a quienes desde el sábado último entregan sus horas para tratar de encontrar a los desaparecidos.

Irresponsabilidad en el apuro
El horror de lo ocurrido en el Paraná tuvo un plus negativo que fue la
irresponsabilidad de quienes queriendo tener las primicias del hecho anticiparon la muerte de un joven que sigue luchando por su vida en el Hospital Madariaga, Santiago Coll y anunciaron la aparición de dos personas que aún continúan desaparecidos, Mauro Bacigalupi y León Seró.
No es la primera vez que esto ocurre, y es un hecho que no debe pasar por alto: en el oficio del periodismo debe primar la rigurosidad de los datos, la precisión y más en circunstancias como las que sucedieron en las que familiares, conocidos y allegados buscaban en los medios de difusión las novedades sobre la tragedia.
Es un llamado de atención a los trabajadores de prensa que colaboraron con la desinformación y con el aumento de la angustia de las familias que a la distancia esperaban noticias de sus seres queridos.
No obstante, cabe aclarar que por suerte fueron más los que respetando el dolor de los afectados trataron de colaborar con ellos, desde su lugar que es el de comunicar a la población acerca de los hechos y en la medida de lo posible ayudar desde el medio en la difusión de los datos que puedan facilitar la tarea de búsqueda y fomentar la colaboración de la gente.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas