Un payador explicó lo que es «la Ley del Jinete»

El payador Cirito Méndez respecto a la muerte del jinete en Jesús María expresó que «estamos muy afectados, y en la jerga nuestra decimos es la ley del jinete, del campo y sabemos que en 45 años de festival nacional donde ocurrió el accidente es el primero, y en este momento nos lleva a entristecernos al máximo.»

El payador estuvo anoche en el recibimiento que se le hizo al jinete fallecido en Jesús María, en la zona del Arco, en el límite con Corrientes.

Asimismo expresó en Radio LT17 que «un domador debe nacer con una habilidad, condición que pensamos es de Dios, nos brinda esa virtud y el coraje tan grande en el momento de montar al reservado como se lo llama al animal, que se destaca en ese deporte, hay que nacer como yo digo siempre en el escenario como nace un cantor, un músico, un artesano con esa profesión adentro para actuar en este deporte que es la jineteada».

Y explicó que dentro de un campo de jineteada «hay un capataz de campo el que da la orden de partida y da ciertos puntos del reglamento del deporte, y lo lleva a la práctica en el campo, es el que uno ve a caballo cerca de los palenques y de los jinetes, el que levanta la mano dando la orden de salida, cuando el caballo está atado y el jinete montado y termina de acomodarse, el capataz de campo levanta la mano y a la vez suena la campana y comienza a funcionar el reloj y en ese mismo instante el palenquero larga al caballo, que son décimas de segundos entre levantar la mano y hacer correr el atador del caballo, al parecer en ese momentos es donde el caballo tira patas para arriba y ahí es donde ocurre donde el accidente».

Por otra parte afirmó «desde mi punto de vista humilde veo que fue un accidente, no hay que buscar culpable solamente el destino, y a pesar de ser un deporte riesgoso no tenemos tantos accidentes fatales ni tantas fracturas en los campos de jineteada».

Méndez contó que «nuestras tradiciones en estos últimos años es como nos han dado un poco más de importancia, todos los días me acuesto y me levanto con mi bombacha, mis alpargatas y mi sombrero pero llego en un momento donde me ha dado tristeza, que se han sonreído de mí por las pilchas, pero hoy ya no, uno es saludado, las pilchas son respetadas lo veo de esa manera».

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