Anuncian la construcción del ducto que abastecerá al GNEA

El anuncio lo formuló ayer el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido. Argentina y Bolivia trabajan ahora en una adenda al contrato de abastecimiento. Enarsa busca alternativas para complementar el suministro del país vecino. El Gasoducto del Nea (GNEA) ocupará un lugar central en las agendas de los gobiernos de Argentina y Bolivia durante los primeros meses del año. Ambas naciones trabajan en una modificación del contrato que regula el comercio de gas entre ellas por los próximos 20 años y avanzan en la realización de las primeras obras del mega proyecto. Con ese objetivo, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, anunció ayer que se construirá el «Gasoducto de la Integración», a través del cual deberá ingresar al país el combustible que abastecerá al GNEA.
El primer paso será establecer un sistema de garantías recíprocas que permita traer más gas desde la nación vecina hasta el sistema de TGN, la transportadora de gas que abastece la zona norte del país. Una vez cumplido ese punto, se abrirá la licitación para construir el Gasoducto de la Integración, que tendrá una extensión de 70 kilómetros y permitirá un importante incremento en el volumen de gas que llega desde Bolivia.
Técnicos del Ministerio de Planificación y sus pares bolivianos están trabajando ahora en una modificación al contrato firmado en 2006 que regula la compra de gas boliviano por parte de Argentina por los próximos 20 años. El objetivo es que la presidenta Cristina Fernández firme el acuerdo junto a Evo Morales el próximo 22 de enero, cuando el presidente boliviano estrene su nuevo mandato.
Se busca agregar una adenda al mencionado contrato que aporte garantías a ambos países en caso de registrarse incumplimientos. Ocurre que Bolivia no alcanzó a cumplir con el abastecimiento comprometido para los últimos dos años y desde el país vecino se quejan por demoras en los pagos por parte de Argentina.
Lo que no se modificará es la forma de definir el precio del gas comprado a Bolivia, que se calcula en base a una canasta de productos energéticos y actualmente ronda los 6 dólares por millón de BTU, lo que triplica el precio del mercado local.
En las últimas semanas, se incrementaron las reuniones entre equipos técnicos de ambos países. Autoridades de uno y otro lado de la frontera están de acuerdo en dos puntos: la Argentina debería sufrir multas en caso de atraso en los pagos y Bolivia tendría que aplicar descuentos a los valores de venta del fluido si no alcanza a enviar los volúmenes pactados.
En el contrato firmado en 2006, ambos gobiernos establecieron un plan para que Bolivia enviara 7 millones de metros cúbicos diarios. Sin embargo, nunca alcanzó esos niveles, sino que se ubicó en torno de los 5 millones, con pisos de 2 millones.
«En el nuevo convenio se prevé un cronograma que permita adecuar los volúmenes de gas enviados a la Argentina de acuerdo a la producción de Bolivia, para alcanzar de manera progresiva los 27,7 millones de metros cúbicos por día en los próximos años», señaló el ministro de Planificación.
El convenio, además, estableció que en 2011 debía estar construido un nuevo gasoducto con capacidad para transportar entre 16 y 27 millones de metros cúbicos por día, un proyecto que aún no comenzó.
Más allá de los convenios que se logren firmar entre los dos países, existen dudas respecto a la capacidad del país del altiplano para cumplir con el abastecimiento requerido para el GNEA. Por caso, la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, entidad que reúne a las petroleras privadas de ese país informó que la producción de gas del país cayó el año pasado casi 13 por ciento.
Previendo que el suministro boliviano no alcance para cubrir la totalidad de la demanda del GNEA, en la estatal argentina Enarsa ya trabajan en el proyecto de un nuevo gasoducto para abastecer a las provincias del noreste que tomaría su abastecimiento de yacimientos ubicados en el Noroeste del país.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas