«Una pared con Román y un centro a Palermo»

Esos son los sueños inmediatos del apostoleño, quien ayer se puso por primera vez la camiseta de Boca. «Me queda bien, je». se presentó ante Basile y realizó los primeros entrenamientos junto a sus nuevos compañeros…

Estas vacaciones en Apóstoles no fueron lo que eran. Esta vez, la tranquilidad del pueblo se vio alterada por la noticia de su pase a Boca. Matías Giménez acaparó toda la atención en la mayoría de los 35.000 habitantes de esa partecita de Misiones. «Salía a la calle y todos se me acercaban para preguntarme si iba a jugar en Boca. Una cosa de locos, je», cuenta, todavía asombrado. Ya en San Fernando, donde vive, también empezó a sentir la repercusión de la gente. A tal punto apareció su nombre en el Mundo Boca que debió cambiar su celular, que no paraba de sonar. Ayer, este volante por izquierda que es hincha de Boca de chiquito cumplió su sueño al entrenar por primera vez con el plantel de Basile. «Ya estoy ansioso, esperando las horas para sumarme al grupo y viajar a Tandil», comentaba previo a la práctica mientras su hijo León, de dos meses, no paraba de llorar. Y mientras se ponía por primera vez la camiseta de Boca. «Me queda bien, je», dice.

-¿Por qué crees que, además de Boca, te quisieron varios equipos?

-Es una gran satisfacción, les agradezco a todos los que se fijaron en mí. No sé. Será porque en Tigre hice las cosas bien. Aunque sé que mi nivel cayó un poco en los últimos meses.

-¿Será también porque hay escasez de volantes con tus características?

-Puede ser. Es verdad eso. Fijate que en Boca se fue Dátolo y costó reemplazarlo. Gaitán e Insúa, que son dos grandes jugadores, jugaron por ahí pero ellos son más ofensivos.

-Caruso te hizo carrilero. ¿Te salvó la carrera?

-Y sí. No sé dónde estaría ahora, ja, ja… Yo era wing izquierdo y cuando él llegó a Tigre me agarró y me dijo: «Pará de correr que te vas a tragar los alambrados». Lo que pasa es que yo era muy alocado con la pelota y siempre llegaba hasta el fondo. Y él me convirtió en carrilero.

-¿Recordás tu primer partido en esa posición?

-Si. Fue contra Argentino de Quilmes, en la B Metropolitana. Encima, Caruso paró un 3-4-1-2 y yo tenía que correr por toda la banda. En una jugada llegué al fondo y cuando me di vuelta me quería morir… ¡No había nadie por la raya! Pero bueno, Caruso me dijo que con el tiempo me iba a adaptar, que iba a sumarle sacrificio y creo que lo fui logrando.

-¿Qué sentís que podes aportarle a Boca?

-Mi recorrido por la izquierda, tratar de ayudar a recuperar la pelota y de llegar al área rival para lastimar.

-Boca ya te quiso a principios del 2009. Bianchi y Cía. te siguieron y dicen que fuiste clave en el Tigre del 2008 y que asististe bien a Morel…

-Ese fue un año buenísimo para mí. Me salieron las cosas como yo quería y tuve a Cagna, que me ayudó mucho: con él aprendí a pararme en la cancha y gané más confianza. Después, aproveché la buena racha que tuvo Tincho (Morel). Me siento útil cuando puedo dar un pase-gol.

-El año pasado, Palermo se quejó de la falta de asistencias. ¿Te ilusionas con tirarle centros?

-Sí, claro. Yo sueño con tirar paredes con Román y con darle pases a Martín. Espero poder ayudarlo a convertir. Jugar con ellos va a ser algo increíble. En realidad, con todos. Boca tiene un gran plantel.

-Mirá que la exigencia es grande porque Boca viene de una mala campaña y debe pelear el título…

-Sí, lo sé. No le salieron las cosas el último año. Creo que no han ligado. A veces pasa. Con Tigre fuimos subcampeones y el último torneo salimos últimos. Yo espero aportar mi granito de arena para pelear el campeonato. Tengo la ilusión de salir campeón con esta camiseta.

-¿Sabés qué debés hacer para ganarte al hincha?

-Yo tengo que tratar de hacer mi juego. Aprender y mejorar todos los días. Y después, hacer lo que sé. No me creo el mejor, yo voy para sumar y ojalá los hinchas vean mi sacrificio, mis ganas. Al hincha de Boca les gusta que sus jugadores jueguen bien y que también metan. Pero primero, debo ganarme la confianza del técnico.

-¿Algún recuerdo de los partidos contra Boca?

-Me acuerdo de cuando perdimos 6-2 en la Bombonera. Ese día jugué de lateral y por mi punta jugó Palacio. Me pegó un peludo bárbaro… Le decía: «Pará un poquito, no gambetees más». No lo podía agarrar ni con una soga, ja.

-¿Presiona tener que demostrar por qué te querían Bianchi y Basile?

-La presión siempre está, pero hay que dejarla a un costado y tratar de vivir todo con mucha calma. Intentar disfrutar, ¿no? Más presión tenía cuando llegué a Tigre y no tenía dónde dormir. Ir a Boca es un desafío muy grande, pero yo quiero triunfar y confío mucho en mis condiciones.

-De tus conocidos, ¿quién va a ser tu hincha N° 1?

-Uh, hay varios que son fanáticos, familiares y amigos. Pero la hincha número uno va a ser mi hija Malena, de cuatro años. El otro día escuchó por la televisión que ya se había hecho el pase y me dijo: «Papi, ¿me comprás la camiseta de Boca?».

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