El juez investiga una posible conexión de la ruta de la efedrina en la Triple Frontera

Faggionato Márquez cree que Mario Segovia, acusado de ser el mayor proveedor de esa sustancia a los carteles mexicanos, podría haber hecho negocios en esa zona. En el marco de la investigación por tráfico ilegal de efedrina a México, el juez Federico Faggionato Márquez está investigando una posible conexión de Mario Segovia en la Triple Frontera. El juez tiene en la mira los viajes que Segovia realizaba a esa zona, y está acusado de proveer más de ocho toneladas de efedrina a narcotraficantes mexicanos en los últimos dos años.

El magistrado también trata de determinar si ese presunto delito está vinculado a la instalación realizada por Segovia de dos fábricas de productos electrónicos, una en Argentina y otra en Alemania. «Segovia tiene muchos viajes a la Triple Frontera para entrevistarse con personas de nacionalidad china», sostuvo Faggionato Márquez en declaraciones a radio El Mundo.

Según explicó, «la información primaria dice que (Segovia) estaría en el negocio de los CD o los DVD porque estaba instalando una planta cerca de Rosario y otra similar en Alemania. Existen sospechas porque cuando lo detuvieron llevaba consigo en un pen drive que contenía información sensible sobre precursores químicos y efedrina», agregó.

«Hemos encontrado la ruta de la exportación y lo que se vio en materia económica es sólo una punta de la investigación de la ruta y el lavado de dinero del narcotráfico», añadió Faggionato Márquez. El magistrado además calificó a Segovia como «un personaje clave» en la investigación y señaló que era una de las personas que había comprado mayor cantidad de efedrina.

Para la Justicia rosarina como también para la Policía, Segovia era un don nadie hasta que su nombre explotó en los medios. La jueza federal Laura Cosidoy, encargada desde hace años de señalar con nombre y apellido a narcotraficantes locales, admite no contar con ningún dato de quien fuera sindicado como el mayor proveedor de efedrina argentino.

Hoy en día cuatro jueces (ninguno rosarino) lo investigan: dos por tráfico de efedrina, uno por las franquicias diplomáticas de sus autos y otro por tráfico de sustancias tóxicas y vínculos con grupos terroristas de la Triple Frontera.

Autopistas

«Más que ruta, parecen autopistas, hay mucho dinero del narcotráfico». «Y yo cuando pueda dar los nombres de cuáles son esos emplazamientos del nivel de narcotráfico, más de uno va a quedar asombrado», afirmó el juez.

Faggionato Márquez, ratificó que investiga los viajes que realizaba a la triple frontera Mario Segovia, uno de los imputados, detenido acusado de haber traficado más de 8 toneladas de efedrina, y si ese delito está vinculado a la instalación de dos fábricas de discos de audio y video, una en Rosario y otra en Alemania.

Segovia, el último detenido en la causa que investiga la ruta de la efedrina cuando estaba a punto de viajar en avión a Misiones, «tiene muchos viajes a la triple frontera para entrevistarse con personas de nacionalidad china», afirmó el magistrado.

Para el juez, Segovia es un «personaje clave» del expediente y sostuvo que «era una de las personas que había comprado mayor cantidad de efedrina».

«Hemos encontrado la ruta de la exportación y lo que se vio en materia económica es sólo una punta de la investigación de la ruta y el lavado de dinero del narcotráfico», dijo.

Además de la causa de la efedrina, Segovia es investigado por el juez en lo Penal Económico Ezequiel Berón de Astrada por contrabando de sustancias usadas en armas químicas y por presuntas operaciones con terroristas en la triple frontera.

En relación a Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damian Ferrón, el juez dijo «ellos estaban en el negocio de la efedrina. No quiero faltar el respeto de quien no se pueden defender ni a los familiares que son víctimas, pero ellos estaban en el negocio de los medicamentos legal o ilegalmente».

Faggionato aseguró que en esta causa «nuestro primer relevamiento» sobre el manejo de dinero «ya pasó los 50 millones de dólares como inversiones en efectivo, y seguimos para adelante en la ruta del lavado».

La investigación ya suma 7800 fojas, con 200 cajas de documentación y repasó: «hay 26 detenidos, de los cuales 23 están procesados, y otros 25 prófugos y todavía falta».

«Hay otras dos pistas sobre las que están trabajando» y sobre las que aún no pudo accionar por «la capacidad operativa del juzgado», dijo.

El magistrado investiga una línea del Laboratorio de Ingeniero Maschwitz en la que se apunta a Luis Tarsia y los mexicanos que fueron detenidos el 18 de julio pasado, cuando se allanó esa planta clandestina, la provisión de efedrina al laboratorio de Maschwitz donde están procesados los hermanos Salomón y Mancuso, farmacéuticos.

También se investiga la conexión de Jesús Martínez Espinosa con la seudoefreidna en Buenos Aires. Otra línea sobre argentinos, mexicanos y un italiano prófugo, que fue aportada por Martínez Espinosa al declarar y responsabilizar «a otra persona que también esta prófuga en la causa».

Por otro lado está la línea que apunta a Segovia, que está probado que usaba una identidad usurpada, la de un condenado llamado Héctor German Benítez, para poder comerciar efedrina en el país. Segovia «estaría en el negocio de CD y DVD pero existen algunas sospechas porque, según las pruebas que hay en causa, la documentación secuestrada contenía información sensible que llevaba consigo en un «PEN-drive» sobre precursores químicos y efedrina», dijo.

En la entrevista, Faggionato se refirió a dos puntas sobre las que aún no se avanzó: una línea nacional de efedrina propia sobre la que no puedo dar detalles «porque no hemos tomado ninguna medida», señaló; y «dos líneas más en donde otras personas también hicieron una usurpación de identidad y se inscribieron en el Sedronar para exportar efedrina».

Faggionato confesó que esta causa le «cambió la cabeza», en el sentido de ver cómo corrompe la «narcocriminalidad y el lavado de dinero», al apuntar a sectores de poder que no identificó.

«Cambia la cabeza el hecho de darte cuenta como hay plumas pagas, voces encontradas y gente malintencionada que de una manera directa o indirecta trabaja a favor del narcotráfico. Gente que tiene poder. No solo me refiero al espectro político, poder económico, en los medios, de lo que sea. Uno ahí se da cuenta que uno es mucho más débil de lo que la gente cree», dijo el magistrado.

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