Los hinchas de Crucero del Norte se ilusionan con el equipo

El equipo marcha como líder de la zona 8, está invicto, recibió un solo gol en contra (fue en el debut ante Mandiyú), ganó el clásico. Con todos estos números el cuadro de Pedro Dechat sigue su sueño en busca del ascenso.

Alienta sin cesar. La hinchada del “Colectivero”, se hace presente tanto de local como en condición de visitante.

Alienta sin cesar. La hinchada del “Colectivero”, se hace presente tanto de local como en condición de visitante.

Tardan en acomodarse pero siempre están. El calor, la larga sobremesa, algún partido por TV o simplemente la costumbre de los aficionados misioneros de llegar siempre sobre la hora o tarde a los partidos, hizo que el Andrés Guacurarí de Garupá se presentara con poco público al comienzo. Pero, lentamente, el grueso se fue acomodando en la platea Otto Pigerl, aprovechando la comodidad y la panorámica. Y desde ese lugar vivieron de una manera muy particular el partido.

Para la mayoría, la presencia de Olivera y Ávalos en ataque fue toda una sorpresa, tan acostumbrados a la dupla Bareiro-Gutiérrez, comenzaron a exigir más a los ligeritos. Pero enseguida llegó un poco de calma con el soberbio cabezazo de Mosevich que se clavó en el ángulo del arco de Mandiyú. Pero el vértigo continuaba, el equipo era protagonista, buscaba por las bandas con Marczuk por derecha y Dardo por izquierda y le faltaba el toque final. Lo tuvo Ávalos con un remate cruzado, mientras Olivera se lamentaba por una fuerte contractura que lo terminó sacando de la cancha.

Los que pedían a Gutiérrez en el entretiempo, se dieron el gusto cuando Cristian ingresó en el segundo tiempo y a pesar de haber marcado el segundo tanto, dilapidó tres mano a mano y se quedó con las ganas en un cuarto cuando le cobraron un foul que no fue.

La gente pedía a Cúder y Dechat lo mandó en lugar de Cabrera. Y cuando Franco tuvo que dejarle su lugar a Pedro Brítez, debido a un corte en la cara, la salida del Polaco (ex Guaraní) despertó un cerrado aplauso de la platea, quien reconoció el esfuerzo de Héctor, luchando, trabando y demostrando que siente la camiseta y se entrega como un buen profesional que es.

Si la gente exige, es porque Crucero tiene variantes. Algunos se perdieron la puesta a punto de Suligoy el sábado, cuando le convirtió dos golazos a Brown (uno de vaselina) para la clasificación del equipo a semifinales. El chaqueño viene pidiendo pista después de su larga recuperación tras la operación de los aductores. Y con la lesión de Olivera, él y Bareiro otra vez tienen chance de regresar al equipo.

En la mitad de la cancha, Gamarra mostró gotas de su jerarquía, transformándose en el patrón de la mitad de la cancha, administrando con criterio y probando con un remate desde la mitad de la cancha que pasó cerca.

Y del fondo las palabras están de más. Faltan cualidades para explicar lo que significan en este presente del equipo, Gaona, Matto y Rodríguez, tres implacables de la solidez defensiva y eso también el público lo reconoce.

Como todo típico hincha argentino, el fanático de Crucero exige mucho, aún cuando el equipo está ganando. Lo demuestra con el acompañamiento en cada partido y esta posibilidad que le da el fixture de observarlo muy seguido en casa. Ya hay una identificación de la gente con el plantel que orienta Pedro Dechat pero atención, paciencia, recién van siete partidos y queda mucho camino por recorrer. El verdadero objetivo es llegar a una final para pelear por el ascenso y entonces el apoyo será más necesario que nunca.

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