Sistema de gestión con los contratistas

«Alto Paraná gestiona junto a contratistas, con lo cual están involucrados en nuestro propio sistema de gestión. No podemos decir que estamos certificados sino incorporamos a los contratistas»; afirmó Raúl Gllende.

Al respecto, dijo que «los contratistas están dentro de los indicadores de gestión de seguridad. En los últimos dos años hemos reducido el 50 por ciento de la accidentología de toda la empresa que incluye a todos los contratistas y vamos por el otro 50 por ciento en el término de dos años. Eso implica gestión, generar estructuras que muchas veces los contratistas no tienen previsto como un responsable de seguridad y medio ambiente dentro de cada una de las empresas», expuso el directivo.

Afirmó que «con respecto a la gestión ambiental forestal hay un control muy estricto con respecto al manejo de agroquímicos. Esto es vital para la empresa. Los agroquímicos que se utilizan en las forestaciones son de banda verde».

«La dosificación del agroquímico sigue todo un protocolo de seguridad ambiental. Es decir se realiza una aplicación manual y puntual y no aérea. La aplicación se hace como máximo cuatro veces en todo el ciclo productivo del lote».

Es decir, es cuatro veces en 18 años, comparado con la soja u otro cultivo que es una vez al año.

Sostuvo que «el empleado que la aplica está capacitado, tiene todos los elementos de protección personal para no estar en contacto con el producto. Les solicitamos a los proveedores de estos productos variaciones en el envase, por ejemplo en el caso de las bolsas, de tal manera que en muchos de los casos ya vienen productos sólidos y vienen en bolsas hidrosolubles, lo que significa que se tira la bolsa en el preparado y no se tiene residuo y con eso se genera una disminución en la cantidad de residuos derivados de la aplicación. Por otro lado, los bidones que se generan, son devueltos por los contratistas y se descontaminan a través del triple lavado, usándose el agua de lavado en las aplicaciones y se sacan fuera de la provincia para su destrucción final. De esta manera se tiene un control estricto de todo el circuito», detalló.

En cuanto a los cursos de agua dijo que «están ubicados en cercanías de plantaciones de Alto Paraná como así también el río Paraná. Pero tanto en Esperanza como en Piray y zonas aledañas están monitoreados», indicó.

En el área forestal cuando se hace la aplicación y en los controles operativos de las plantas de tratamientos de efluentes no solo se controla la salida sino también se controla el cuerpo receptor. «Es decir el estado del río antes y después de los efluentes».

Bajo control

«Todo está controlado. Si hay viento no se aplican herbicidas. La pileta donde se hace la mezcla para llenar las mochilas tienen que estar ubicadas a una distancia prudencial de cualquier cuerpo de agua, cosa que si hay un derrame por un accidente no llegue al curso de agua»; afirmó el directivo .

Dijo que «si hay pronóstico de lluvia no se aplica y, a su vez se hacen monitoreos en los ríos para determinar que no hay impacto entre el producto aplicado en el lote donde se aplicó y los ríos que estén cerca en la zona. Hay todo un protocolo estricto de tal manera de que ese potencial impacto no se produzca».

«Ese protocolo fue una maduración de la empresa y sirvió para cumplir con las expectativas de la ISO 14.000 y FSC».

Hacia el FSC

«FSC además exige que la fuente de madera sea sustentable. Hoy lo que tiene Alto Paraná en ese camino hacia la certificación FSC es haber cumplido el primer paso, logrando que su madera esté bajo el estándar de fuente controlada. Es decir que no es una madera controversial».

El Directivo sostuvo que «hoy la empresa está dando un paso más a nivel corporativo. Los sistemas de gestión han sido implementados en cada una de las unidades de negocios y estos implican el `qué´, pero hay ciertas diferencias en el `cómo´ entre las diferentes unidades de negocios. La empresa está tratando de generar un sistema de gestión superador de la ISO 14.000 y de las OSHAS 18.000 que establezca un `como´ común».

Biomasa, ahorro de carbono

Con respecto a las dudas en la opinión pública si la biomasa contamina Gllende dijo que «la biomasa son los restos de chips que si hoy se dejan tirados al aire libre generan foco de incendio, metano y eso contribuye al desequilibrio del efecto invernadero. Utilizando esa biomasa como combustible alternativo en las calderas lo que se hace es ahorrar carbono».

«Hoy Arauco en Chile está vendiendo bonos de carbono por sus últimas plantas que está utilizando biomasa como producto para generación de energía eléctrica».

Subsistir en los mercados

En otro orden Gllende afirmó que «el haber certificado nos permite subsistir en los mercados. A medida que pasa el tiempo el consumidor se vuelve más responsable. Tarde o temprano una persona elije porque a igualdad de costos elije el tema ambiental como diferenciador. En algunos casos todavía no está desarrollada la compra responsable, sin embargo, la tendencia mundial es la de ir a un consumo responsable. Por eso el tema de la certificación forestal que hoy comienza como algo voluntario, es a la vez visionario, porque tarde o temprano, el consumidor sólo va a comprar un mueble o un producto que esté certificado».

«El mismo Estado Nacional está comprando productos de papel cuyo blanqueo no involucre el uso de cloro elemental. Todo eso es iniciativa de consumo responsable que fomentan también a las empresas que no estén del todo convencidas con estos temas, a decir lo hago porque sino quedo fuera del mercado».

Por último dijo que «el Ministerio de Ecología de la Provincia hace inspecciones y tiene la potestad de tomar las muestras en el momento que lo deseen, al igual que ver los registros propios».

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