Persiste el malestar en San Antonio por restricciones aduaneras de Brasil

Los comerciantes y pobladores insisten en que se dejen sin efecto las medidas. Dicen que afectan seriamente al comercio. Hoy habría definiciones respecto al tráfico de harinas y aceites. No se descarta que intervenga la Provincia. San Antonio (Especial)- A pesar de la vigencia de un precario acuerdo con las autoridades federales de Brasil, asentadas en la localidad de Santo Antonio, persiste el malestar entre los pobladores y comerciantes argentinos por las restricciones aduaneras del vecino país.

El conflicto, que derivó en el corte de la frontera seca por parte de manifestantes argentinos, se suscitó el pasado 21 de este mes cuando las autoridades brasileñas resolvieron impedir el ingreso de mercaderías, de todo tipo de productos, envasados o no, animales y vegetales.

Asimismo, en la lista las autoridades del Estado de Paraná incluyeron harinas, aceites, lácteos, todos estos contemplados en el tráfico vecinal fronterizo, cuyos alcances fueron suspendidos en forma unilateral por los controles brasileños.

Sin embargo, luego de una serie de desencuentros protagonizados por autoridades municipales, fuerzas de seguridad, comerciantes y pobladores de una y otra población fronteriza de los dos países, se estableció un régimen de excepción por siete días, que volverá a ser discutido hoy.

En principio, del lado brasileño se autorizó la introducción de una determinada cantidad de productos de origen argentino, excepto las harinas y los aceites, que recién hoy serán analizados por una suerte de comisión bilateral.

Ese acuerdo inicial no satisfizo los planteos de comerciantes y pobladores del municipio misionero de San Antonio, aunque destacaron la instancia de diálogo que abrieron las partes, a la espera del encuentro de hoy, que consideran «decisivo».

De acuerdo con trascendidos, en virtud de la incidencia de las medidas aduaneras del vecino país, allegados a las tratativas anticiparon que «ante la falta de un acuerdo definitivo vamos a reclamar la intervención de autoridades provinciales».

Los sectores disconformes, en el lado argentino, advirtieron que «las consecuencias de una medida de estas características (como la adoptada por Brasil), hiere profundamente las relaciones comerciales, amistosas y hasta familiares» en la región.

Puntualizaron que, «en un breve lapso, se traducirá en quiebra de los comercios establecidos del lado argentino, a pesar de que varios de éstos se instalaron con capitales provenientes del vecino país», en un punto donde las dos ciudades están separadas sólo por río San Antonio, en tramos con poco más de diez metros de orilla a orilla.

Situación particular

La situación geográfica de Misiones, enclavada entre Brasil y Paraguay, tiene en la localidad de San Antonio la expresión más acabada de la vida en la frontera, ya que confluyen en ese punto los condimentos políticos, sociales, económicos y hasta familiares, por su cercanía con Santo Antonio.

El puente que se levanta sobre el hilo de agua del río San Antonio, comunica a uno y otro país, y además permite el acceso directo a las zonas urbanas de una y otra orilla, por lo cual el transito vehicular y peatonal es intenso.

Al igual que en otros sectores fronterizos, también aquí las asimetrías marcan el paso de la vida económicas de las comunidades, aunque éstas favorecen a los argentinos desde hace aproximadamente cuatro años, con sobresaltos.

El sacudón más reciente en la región, fue la devaluación del 30 por ciento impuesta por las autoridades brasileñas a su moneda, el real, que amenaza con impactar duramente en el comercio entre uno y otro municipio. Tal vez ahí se pueda hallar alguna explicación al conflicto de estos días.

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