La jornada estaba destinada a contribuir a la integración de las personas con discapacidad visual. La iniciativa se enmarca dentro del plan «Posadas Accesible» que promueve adecuar la ciudad para favorecer la circulación de las personas ciegas.
Para ayudar a un no vidente ofrézcale siempre el brazo opuesto al que lleva el bastón
En el Centro de Rehabilitación del Ciego «Santa Rosa de Lima», los alumnos del Instituto Gutenberg realizaron un acto de simulación para experimentar por un rato cómo es la vida de un no vidente. Se pusieron antiparras y recorrieron las instalaciones a pie y en bicicleta.
La institución destinada a la rehabilitación de personas no videntes, ubicada en calle Sarmiento 1.847 casi Félix de Azara, organizó una serie de actividades en el marco de la recordación del Día Mundial del Bastón Blanco.
En la oportunidad, estuvieron presentes el rector del Centro de Rehabilitación, Luis César Viarengo, la secretaria de Calidad de Vida, Lilian Tartaglino, representantes del Consejo de Discapacidad de la Municipalidad, el Instituto Taller No Vidente, alumnos de la carrera de Educación Especial de la Universidad Nacional de Misiones y representantes del área de Discapacidad del IPS.
En ese contexto, el rector de la institución anfitriona, Luis César Viarengo sostuvo que «por condiciones climáticas no pudimos realizar las actividades que teníamos programadas en la plaza San Martín, porque no queremos exponer a nadie, entonces los profesores adecuaron a este lugar».
Explicó que el objetivo de la actividad era practicar la manera de circular seguros.
» En el Centro trabajamos con la problemática de la visión, pero también trabajamos con todos los ciudadanos, para tener un lugar accesible.»
Por su parte, la coordinadora de Rehabilitación Básica María Laura Denti manifestó que «como parte de las actividades, los alumnos del Instituto Gutemberg repartieron folletos en la zona de la Calle Paseo para concientizar, y sobre todo recordar a los comerciantes, de que deben mantener una franja libre de obstáculos de 1,50 metros de ancho y 2,10 metros de altura paralela a la línea de edificación, sin elementos que constituyan barreras que pongan en situación de riesgo a las personas que tienen movilidad reducida. Es decir, que los dueños de locales no pongan maceteros, percheros, carteles, para no interrumpir su paso con obstáculos.»
Desde el Centro de Rehabilitación se busca concientizar a las personas con visión que dejen libres las veredas, que sean solidarios y no dejen estacionados motos o bicicletas que se puedan convertir en un inconveniente en el tránsito de una persona no vidente.
Para colaborar con una persona ciega aconsejan indicarle donde sentarse llevandole la mano al respaldo del asiento. En una parada de colectivos, puede preguntarle la línea que quiere abordar y ayudarlo a subir colocando su mano en el pasamano.
Así también, sugieren indicar con precisión la dirección si debe doblar a la derecha, la izquierda o seguir en línea recta.
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