La empresa Hidroenergía sería la encargada de llevar adelante el proyecto. Las usinas permitirían generar 50 megavatios. En tres años estarían terminadas las dos primeras centrales que operarán en los arroyos Parana-í Guazú y El Saltiño.
La empresa brasileña Hidroenergía proyecta la ejecución de diez pequeñas represas en Misiones, que tendrían una capacidad de generación de un total de 50 megavatios. Las mini-centrales se emplazarían en cursos de agua interiores de la Provincia y tendrían un leve impacto ambiental.
La firma ya está avanzando en el proyecto y las dos primeras usinas se instalarían sobre los arroyos Parana-í Guazú y El Saltiño, en el departamento de 25 de Mayo, que generarían cerca de 12 megavatios. En las próximas semanas se iniciarían los estudios en la zona, previo al inicio de las obras, y se estima que podrían comenzar a operar dentro de tres años.
En tanto, la empresa señaló que los arroyos Tarumá, Piray Guazú y Miní, entre otros, también tendrían potencial para la instalación de este tipo de centrales eléctricas.
«Misiones tiene muchos arroyos que se podrían aprovechar para la construcción de pequeñas usinas. Estos es algo que se puede explotar teniendo en cuenta la demanda de energía existente en la región y además este tipo de emprendimientos tienen un bajo impacto ambiental, por lo que no sería necesario movilizar a muchas personas en las zonas afectadas», indicó el asesor comercial de la firma brasileña, Alceu Van Der Sand.
Para avanzar con los proyectos, la empresa tendría previsto instalar una planta industrial en Posadas, donde se armarían los equipos que se utilizarían en las centrales. «Tenemos firmes intensiones de desarrollar la generación de microrepresas, que es algo que no está muy extendido en la Argentina, y sin embargo en Brasil están ganando cada vez más espacio», explicó el directivo.
Alternativa
Van der Sand señaló que con los 50 megavatios que se obtendrían con la puesta en marcha de las microrepresas proyectadas, se abastecería cerca de diez por ciento del consumo energético de la Provincia.
Aún así, sostuvo que esto no representará una solución a la creciente demanda de la región, sino que una alternativa, mientras se evalúan otras salidas.
Bajo impacto ambiental
Las microrepresas tiene un tiempo estimado de construcción de dos años, y por su capacidad limitada, podrían aportar soluciones a las demandas puntuales de las distintas regiones productivas de la Provincia y servir de paliativo para sostener el consumo en las localidades.
Permiten el abastecimiento de energía no contaminante y de bajo impacto ambiental, porque son instaladas principalmente en ríos de pequeño y medio porte que posean desniveles significativos durante su recorrido, generando potencia hidráulica suficiente para mover las turbinas.
El área del embalse es pequeña al igual que las superficies inundadas, por lo tanto no invaden áreas productivas.
En ese sentido, Van der Sand remarcó que «cuando se habla de soluciones de fondo a la demanda energética nacional se hacen imprescindibles los emprendimientos como Corpus y Garabí, pero las pequeñas hidroeléctricas pueden complementar la generación y contribuyen al sistema de cada región».
