Plaza 9 de Julio: Niños rehenes en grupos vulnerables y vulnerados

Un trabajo de investigación local plantea el análisis de la problemática social que se presenta en la Plaza 9 de Julio. Se trata de un post grado en Bioética, de la dra. Lilian Tartaglino, secretaria de Calidad de Vida de la Municipalidad de Posadas.

La pediatra Lilian Tartaglino habla de la "utilización" de los menores por parte de los adultos.

La pediatra Lilian Tartaglino habla de la "utilización" de los menores por parte de los adultos.

En Misiones y en casi todo el mundo los niños son utilizados por los mayores como sujetos sensibilizadores sociales, en busca de mejores oportunidades, más equitativas e inclusivas, un tema que resurge cuando se habla de la situación reflejada en la Plaza 9 de Julio.

Se encuentra en este espacio público un factor común con la mayoría de las manifestaciones, reclamos o protestas sociales: los niños. Éstos sin posibilidad de ejercer autonomía son incluidos en forma inconsulta en el medio de protestas callejeras, piquetes, campamentos en espacios públicos, ollas populares, etcétera.

El presente análisis -contado en pocas palabras- es el resultado del trabajo final de post grado de Bioética de la dra. Lilian Tartaglino, secretaria de Calidad de Vida de la Municipalidad de Posadas. Observación que puede servir como para empezar a charlar de otras cuestiones y abordar la problemática planteada desde otro punto de vista.

En Posadas, en el transcurso del año 2007 familias enteras se trasladaron desde sus chacras a la plaza central de la ciudad en reclamo de subsidios para sobrellevar los meses en que no se cosecha yerba, mate, té o tabaco.

«Esto representó un hecho histórico en nuestra provincia, ya que su falta de capacitación en otras fuentes productivas en los meses en que no se cosechan los cultivos tradicionales generó junto a agrupaciones ajenas a Misiones y con un franco trasfondo político opositor, el traslado de decenas de hombres de las chacras hasta la Plaza, quienes a su vez arrastraron a sus mujeres, niños y ancianos», comenta la profesional. Estos géneros vulnerables fueron sometidos por los hombres-jefes de familia a las inclemencias del tiempo: el frío y las lluvias, la falta de agua potable, baños, higiene y alimentos de consumo habitual. A todo esto se sumo que los niños dejaron sus escuelas y fueron inducidos a mendigar por las calles de la ciudad.

Tartaglino coincide con la postura de Heller que indica que para realizar un juicio correcto, para actuar correctamente o distribuir con justicia, deben conocerse los hechos, las circunstancias y las personas pero no puede dejar de recordar lo que se vive en la Plaza.

«Quienes vivimos el tractorazo, el asentamiento de la comunidad mbya en la Plaza 9 de Julio y los cortes de rutas (piquetes), vemos una película ya conocida. Son hombres que arrastran a sus familias en sus manifestaciones populares como una forma de presión social y política, y además como una manera de conseguir mantener a sus familias mientras dejan de producir en sus tierras. Lo hicieron cada vez…. Mediante la mendicidad, generando un nuevo modelo de supervivencia a niños que previamente, siquiera conocían la ciudad».

La población vulnerada en sus derechos humanos, soportó el desarraigo, se enfermó, sufrió el robo de sus documentaciones, en el deambular extravió parte sus escasas pertenencias de valor y perdió la posibilidad (durante meses) de estudiar, crecer y desarrollarse, producir e imaginar un nuevo horizonte.

Bioética Social.

Existe una disciplina llamada bioética social. Bios: vida, el bios es el saber a quien, individual o colectivo y Ethos: ética, valores, saber ser el saber hacer. Ésta aborda un marco en el que se desarrolla un tipo de intervención socioeducativa y la conecta con la finalidad ética de todo profesional; es decir con el servicio de éste a la sociedad.

La bioética social debe posibilitar: -el ejercicio de la autonomía: capacidad para ser soberano, -el ejercicio del poder: capacidad para transformar y -el ejercicio de la creatividad: capacidad para crearse como sujeto del colectivo y de la persona, mediante un proceso de aprendizaje, en su proyecto biográfico.

La bioética social es un intento teórico por reconocer y posibilitar el poder de la persona, mediante la toma de decisiones, en torno a cuestiones que le afecten a ella directamente, pasando de ser objeto-receptivo a ser sujeto-activo o de acción sobre su propia realidad, circunstancias, necesidades y limitaciones.

La bioética debe desarrollar, con sabiduría, el programa para la suipervivencia que la naturaleza nos ha dado. «La especie humana es el único producto de la evolución que sabe que ha evolucionado y que quiere continuar evolucionando. En este sentido, la bioética es el desarrollo de una sabiduría biológica que nos permite usar el conocimiento para sobrevivir, generación tras generación. Los Niños son el sustrato Activo de esa evolución, a través de quienes se realizan los aprendizajes que posibilitan el mejoramiento de la especie humana.

¿Es moral la libertad que no reconoce límites en las afectaciones a terceros?, ¿es correcto reclamar mediante la sensibilización social que generan personas sin autonomía?, ¿debe la sociedad y la justicia quedar inerte ante el sometimiento de menores que arriesgan su vida y su futuro en medio de reclamos (no siempre legítimos) de adultos?.

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