La energía necesaria para crecer

En su discurso de asunción, la Presidenta puso el tema como eje central de la futura gestión. Ayer, junto a varios gobernadores, Cristina Fernández de Kirchner volvió a hacer hincapié en la energía como clave para sostener el crecimiento de la economía del país. Anticipándose a una latente crisis energética, la Jefa de Estado presentó el plan de racionalización de la energía que incluirá el adelantamiento de una hora en los relojes desde el 30 de diciembre hasta marzo del año próximo. Aunque nadie en el Gobierno quiera usar la palabra crisis, es un hecho que el país necesita de más energía para sostener las tasas de crecimiento actuales.

Misiones no está ajena a esa problemática y tendrá mucho protagonismo en dos discusiones clave que se vienen en materia energética: la construcción de las represas de Corpus y Garabí. En el Gobierno provincial hubiesen preferido que el debate se postergue, pero el gobernador Maurice Closs, quien ayer dialogó sobre el tema con la Presidenta, sabe que será en su gestión cuando se discuta avanzar o no con las represas. Los funcionarios provinciales sostienen que el debate deberá ser más elevado que en 1996 y que deberá bajar mucha más información hacia la sociedad para que ésta cambie de opinión.

Los estrategas analizan las distintas variantes para encarar la situación y una de ellas será la determinación de los beneficios que recibirá Misiones si se hace Corpus, como una rebaja efectiva en el precio que pagan los consumidores o el incremento de energía para la radicación de nuevas industrias, lo que generará un efecto positivo en el empleo. También buscarán poner en primer plano los efectos negativos de no aceptar la construcción de la represa, que no es necesaria sólo para Misiones, sino para Paraguay y Brasil.

De hecho, es Brasil el mayor interesado en contar con más electricidad y por eso el proyecto Garabí podría despegar en cualquier momento, una realidad que puede colarse en Misiones y dejar sin beneficios directos a sus pobladores, ya que se construirá en Corrientes, provincia que en definitiva decidirá qué hacer con sus tierras. Pero Garabí inundará diez veces más territorio misionero que lo que lo hará Corpus y si no se participa en forma directa en los convenios, a la provincia puede quedarle nada más que el papel de actor de reparto y esperar una pelea posterior por regalías.

En cambio, con Corpus puede ser protagonista, marcar los tiempos y sobre todo, exigir compensaciones reales, como una determinada cantidad de energía para la provincia, regalías y obras complementarias que no deben repetir la experiencia de Yacyretá, que demora la concreción de lo mínimo necesario para elevar la cota a 83 metros y tiene una pésima relación con la sociedad, no sólo la afectada directamente, sino la que no siente haber ganado nada con la megarepresa.

Por eso uno de los puntos que el Gobierno no aceptará ceder será la energía que quede en la provincia, para poder a la vez bajar los costos para las industrias que ya operan en Misiones y las que puedan llegar a afincarse.

Como contrapartida, en el análisis de los funcionarios no escapa el hecho de que un nuevo no a la represa podría dejar mal parada a la provincia en su relación con la Nación y con la región. Si los misioneros rechazan la obra, Misiones quedaría aislada de la problemática regional y con menos peso para negociar beneficios para la provincia. Paraguay necesita la energía para industrializarse y la Argentina para sostener el crecimiento. Si pese a las nuevas condiciones y la nueva ubicación de la represa Misiones dice no, será como darle la espalda a una necesidad que sobrepasa las fronteras, lo que obviamente traerá consecuencias negativas.

Será trascendente la forma en que se logre manejar el debate, ya que ni siquiera un aparente consenso político garantiza que se pueda torcer el rumbo marcado hace poco más de una década.

En otros órdenes, hubo hechos que ponen en el tapete las políticas instrumentadas en los últimos años. Misiones marcó un récord nacional al recibir a la pareja italiana que eligió las Cataratas para concluir su luna de miel en la Argentina: Marcos Caspani y Mónica Longoni se convirtieron en el turista un millón -y 1.000.001-, objetivo largamente anhelado desde la puesta en marcha del Plan Estratégico de Turismo hace seis años. Ningún otro parque nacional logró alcanzar esa cantidad de visitas en un año.

El gobernador, quien recibió a los italianos con la caída de agua como escenario, redobla la apuesta y quiere alcanzar los 1,5 millones en el corto plazo, para llegar con una política sostenida a los cinco millones en algunos años. Aunque ambiciosa, no es una meta imposible, coinciden los empresarios del sector. Pero para eso hace falta más infraestructura vial, de comunicaciones y hotelera. La falta de vuelos es una traba concreta a la llegada de turistas y la Nación demoró más de lo esperado la habilitación a Aéro Iguazú para unir las Cataratas con Posadas y Buenos Aires. Recién en los primeros meses del año próximo podría llegar el tan ansiado permiso que permitirá contar con un servicio acorde para los numerosos extranjeros que eligen la Argentina como destino para vacacionar, alentados por una moneda devaluada que hace competitivo al destino.

Misiones ocupa el cuarto lugar entre las jurisdicciones que más crecieron desde 1997, según el Indicador Sintético de Actividad de las Provincias (ISAP), que elabora el estudio Federico Muñoz & Asociados. La provincia promedió un aumento de 66 por ciento en los parámetros tomados en cuenta para esta medición en la última década. Solamente la superan Santa Cruz, con un alza de 123 por ciento; Neuquén con 108 por ciento y San Juan con 96 por ciento. Para sostener ese crecimiento hacen falta nuevas inversiones y para que lleguen hacen falta energía, infraestructura y condiciones. Las políticas sostenidas en los últimos años se mantienen, por lo que nada hace prever que se detenga el ritmo.

Por otra parte, el grupo de productores que acampaba en la plaza 9 de Julio de Posadas decidió arriar sus banderas para pasar las fiestas navideñas en familia pese a no haber conseguido el objetivo de contar con la sanción de una ley de creación del mercado consignatario, el nuevo remedio elegido para sanar la disparidad en el negocio yerbatero. El debate de la ley pasó para el año que viene, pero el compromiso de los diputados nacionales y del Gobierno provincial logró destrabar la protesta que nació debilitada por su sostén político y terminó con apenas un puñado de manifestantes entrampados en un discurso belicoso.

Aunque el mercado consignatario podría convertirse en los próximos meses en una realidad, desde el otro eslabón de la cadena yerbatera descreen que pueda aportar una solución real a los problemas de los pequeños productores. Los industriales consideran que en realidad lo que debería imponerse es la cupificación acuerdo a un promedio de cosecha de los últimos cinco años. Así, se blanquearía la economía real de la yerba mate, ya que no se podría cosechar más de lo declarado en el último quinquenio. En cambio, sostienen que el mercado consignatario terminará por favorecer otra vez a los grandes industriales, que recibirán el pago por su yerba y así podría financiar otras actividades, mientras que el pequeño no tiene volumen para poder competir.

Asimismo, consideran que el control de precios instaurado por Guillermo Moreno para aplacar la inflación no es el remedio, sino instaurar precios máximos y que las yerbateras se muevan de acuerdo a la ley de la oferta y la demanda. El control de precios atenta contra la suba de los costos y genera pérdidas en los balances, con la consecuencia directa de poder perder el acceso al crédito.

De todas maneras, es alentador que se haya levantado la protesta en la plaza. Es tiempo de reflexión y de diálogo. Que el año que se iniciará la próxima semana mantenga esa premisa.

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