Repsol YPF retrocedió con la medida de suspender tarjetas

La firma anunció que volverá a aceptar tarjetas de crédito y débito como medio de pago en sus estaciones de servicio para la carga de nafta, gasoil y GNC.

La compañía de combustibles resolvió dar marcha atrás con la polémica medida de rechazar las tarjetas de crédito y débito, y volverá a aceptarlas como medio de pago en sus estaciones de servicio para la carga de combustibles.

Según fuentes del sector, después de una negociación entre el Gobierno y la petrolera, se determinó esta mañana que la medida no se aplicará como se había anunciado.

El Gobierno intimó a la empresa para que ésta desista de su intención de suspender los pagos con tarjetas de crédito y débito, debido a que gran parte de la población se maneja con estos medios y la medida produciría grandes reclamos.

Repsol YPF había anunciado que a partir del domingo ya no se podía pagar el combustible que uno compre en las estaciones de servicio de la Argentina con tarjeta de crédito o débito.

Según la visión de la compañía, las compras con tarjeta encarnan la molestia de diferir ingresos. Son 18 días hábiles en las de crédito y 72 horas en las de débito.

El cobro con tarjetas incluye un costo que ronda el 1,5%, sobre un 6% de rentabilidad.

Las otras firmas que operan en el país también analizaban la medida pero, tras la decisión del Gobierno, la opción estaría descartada.

Repsol YPF había anunciado que a partir del domingo ya no se podía pagar el combustible que uno compre en las estaciones de servicio de la Argentina con tarjeta de crédito o débito.

La petrolera había decidido esta medida para evitar los altos costos de comisión que debe abonarle a cada empresa de financiación de pagos.

Repsol YPF tenía pensado hacer extensiva la disposición a unas 110 estaciones de servicio propias, acción que sería seguida por los locales expendedores de nafta, gasoil y GNC de particulares.

Las otras firmas que operan en el país también analizaban la medida pero, tras la decisión del Gobierno, la opción estaría descartada. La implementación guardaba relación con la posibilidad de favorecer la rentabilidad de cada local.

Los costos de comisión para VISA son de 1,25%, para Mastercard, 1,3% y para American Express, 1,5 por ciento.

Medida

El por qué de la decisión de Repsol YPF radica en que, según la visión de la compañía, las compras con tarjeta encarnan también, para el estacionero, la molestia de diferir ingresos. Son 18 días hábiles en las de crédito y 72 horas en las de débito.

Un operador que tiene una estación mediana en la Capital Federal explicó anoche, a La Nación, que la naturaleza del negocio le permitía tener unos $ 600.000 por mes diferidos. La nueva medida, en cambio, podría haber engrosado el flujo de caja.

Las ventas con tarjeta suponen hoy entre el 30 y el 60% de las operaciones. En algunas empresas explicaban anoche por qué todo el sector cree que el fin de las tarjetas será una decisión general: «El que permita compras con tarjeta va a recibir una lluvia de clientes».

Empresas

La alternativa comenzó a germinar entre las principales compañías del mercado local, esto es, Repsol YPF, Esso, Shell y Petrobras.

De acuerdo con los dueños de estaciones, el cobro con tarjetas incluye un costo que ronda el 1,5%, sobre un 6% de rentabilidad.

A ese valor se le suman cargas. Entre ellas, la utilización de la línea telefónica al momento de hacer el cobro, cargos operativos y tiempo de los empleados, entre otras cosas.

Rentabilidad

Las estaciones de servicio apelaron a la creatividad para sortear el escollo de la baja rentabilidad.

A principios de año, sorprendieron a propios y ajenos con el cobro de un extra en concepto de servicio de playa. «Es similar al cubierto que se factura cuando uno va a un restaurant», graficaban los estacioneros.

Este adicional, que consiste en un plus de entre 5 y 15 centavos sobre el litro de combustible que se expende, chocó con dos barreras: por un lado, la ira de los clientes y, en segundo término, el revés en la Justicia, que en muchos casos dio por tierra con la esperanza de los estacioneros, a pedido de asociaciones de consumidores.

En paralelo, comenzaron a suspender el turno nocturno, sobre todo en el interior del país, como una medida para reducir sus costos en un horario en que se despacha menos combustible.

La demanda de naftas y gasoil comenzó a caer desde finales de la década pasada. Ese fue el inicio formal de la crisis del sector.

Sin embargo hoy, con ventas que van en aumento, las estaciones se quejan de que no ganan dinero debido a los precios controlados.

Aumento

El panorama se complicó aún más a partir de abril, cuando las cámaras del sector acordaron con el gremio un aumento de un 19% correspondiente a 2006.

A eso se sumará un incremento cercano a un 15% por 2007 que deberán negociar en lo que resta del año.

El Gobierno tomó cartas en el asunto a principios de este año a través del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien en una reunión organizada en febrero reclamó a las petroleras dar una solución al problema de la rentabilidad. Pero las estaciones dicen que aún no llegó ayuda concreta.

Entre los dueños de los locales, en tanto, recuerdan que unas 2.500 bocas de expendio cerraron en los últimos años, y amenazan con cruzar sus mangueras otras 1.500 estaciones. (Infobaeprofesional).

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