En un momento, un requisito en la elaboración de la tesis, se averiguó si era tan inédito el método, para que sea novedoso y se justifique como trabajo de evaluación de posgrado. Se busca en las bases de datos más importantes en el tema de patentes y «lo que hay son las publicaciones hechas por nuestro grupo de estudio», comentó la investigadora. Al querer registrar el descubrimiento como propio «en el organismo de patentes en Buenos Aires, resuelven que no es factible de ser patentable, porque al haber tantas publicaciones se pierde la novedad científica y no tiene sentido registrarlo, aunque esas publicaciones sean mías», explicó.
Como experiencia de los resultados que obtuvieron en pacientes reales, Medvedeff relató el caso de «hace diez años, una dermatóloga tenía una paciente que poseía una lesión en el brazo que cada vez se iba extendiendo más. Le trataron con todo sin resultados y seguía extendiendo la lesión llegando a la región subcutánea. Se le hizo un análisis para ver que era. Y dio un hongo que es muy común». Ante esta situación la dermatóloga propuso «probar con el azúcar o la melaza. Se hacen las topicaciones y en tres meses cicatrizó totalmente la lesión, lo único que quedó es una cicatriz como si fuera una quemadura».
De todos modos la profesional aclaró que el producto aún «no está habilitado para la venta. Se debe tomar conciencia que ante una patología se debe consultar al médico».
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