Choferes de media distancia pararían por atrasos salariales

Pese a haber subido 25% las tarifas en noviembre pasado, empresarios aseguran que la rentabilidad es baja, lo que les impediría pagar mejores sueldos. La huelga empezaría después de Semana Santa. Varias de las empresas de transporte interurbano reconocieron que no están pagando el aumento acordado el año pasado El aumento de tarifas de 25 por ciento, otorgado en noviembre pasado a las prestatarias del servicio de colectivos de media distancia de la provincia no fue suficiente para descomprimir la tensa relación que mantienen las empresas y el sindicato de los choferes. La posibilidad de un paro en reclamo del cumplimiento del aumento salarial acordado en junio pasado ya se planteó en las asambleas gremiales y de no mediar respuestas de la parte empresaria, una nueva huelga no se haría esperar demasiado.

Si bien desde la delegación local de la Unión Tranviarios Automotor (Uta) todavía no confirmaron una fecha para la eventual medida de fuerza, vale recordar que los dirigentes de este sindicato adoptaron la modalidad de «paro sorpresivo» para sus últimas huelgas y teniendo en cuenta que esa mecánica fue considerada «apropiada» por los gremialistas, habría sobrados motivos para esperar que se repita la forma de protesta que tanto rechazo generó en los usuarios.

Como un gesto de «buena voluntad» por parte del gremio, no habría medidas de fuerza hasta después de la Semana Santa, período en el que aumenta fuertemente la demanda del servicio.

El conflicto comenzó a principios del año pasado, cuando los choferes reclamaron que se aplique en la provincia el aumento salarial de 19 por ciento que había sido acordado a nivel nacional, planteo que fue rechazado por las empresas que aseguraban que el sector estaba en una «crisis terminal» por causa de una «fuerte caída en la rentabilidad».

Luego de varios paros, el últimos de ellos por tiempo indeterminado, las compañías cedieron y se acordó el incremento de sueldos que reclamaban los trabajadores, aunque aclararon que firmaban «bajo presión» y adelantaron que serían muy pocas las que podrían pagarlo.

Según reconocieron desde la cámara empresaria del sector (Cametap), solamente las empresas más grandes cumplieron con lo acordado con sus choferes. Pese a los incumplimientos, desde el sindicato no recurrieron a medidas de fuerza sino que optaron por esperar que un inminente aumento de tarifas venga a equilibrar las cuentas de los empresarios y facilitar el pago de los incrementos salariales.

La suba de las tarifas llegó en noviembre pasado y fue de 25 por ciento, pero -según lo reconocieron desde las compañías- no fue suficiente para que el grueso de las empresas cumplieran con los salarios acordados, ni siquiera después de cuatro meses de vigencia de las nuevas tarifas.

Desde la Cametap aseguran que el incremento en los precios de los boletos fue insuficiente porque al momento de aplicarse, el transporte interurbano venía de tener sus tarifas congeladas por 13 años, tiempo en el que los costos aumentaron un 185 por ciento, sin contar el último aumento salarial.

Los directivos de la cámara empresaria consideran que para equilibrar la ecuación de ingresos y egresos de las empresas, sería necesario aumentar al menos un 45 por ciento el valor de los boletos o aplicar un mix de suba de tarifas y subsidios para las empresas.

Más allá de los planteos del sector privado, desde el sindicato ya emitieron las señales para dejar en claro que de no cumplirse con los sueldos acordados, no pasará mucho más tiempo antes de que se convoque a un nuevo paro.

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