El sábado, antes de oficiar la misa por su celebración, se descompuso. Fue internado de urgencia y dejó de existir ayer a la madrugada. Dolor entre los fieles.
La comunidad posadeña se vio conmovida ayer por la repentina muerte del padre Francisco Vogel. El sacerdote cumplió la semana pasada 55 años como misionero y falleció tras sufrir un infarto. Ayer a las 18 se ofició una Misa de cuerpo presente en el templo de Fátima y hoy a las 10 se realizará el sepelio en el mismo predio.
«Actualmente me dedico al hospital como voluntario hace doce años y hago mi vida a mi manera porque soy libre, no tengo un compromiso así oficial, ni nombramiento, ni sueldo, nada. Y trabajo por los enfermos, para juntar dinero para comprar cosas para los chicos. Porque los chicos cuando ven regalitos se alegran, es como que la enfermedad se le hace más suave», comentó el religioso en la última entrevista realizada por este medio el viernes pasado.
El cariño con el que se paseaba por los pasillos del Colegio Roque González y las misas que oficiaba en la capilla quedarán gravadas por siempre en la memoria de quienes lo conocieron.
Tanto su calidez y su entrega por los más necesitados serán su legado para el recuerdo de sus hermanos de la congregación Misioneros del Verbo Divino.
«En mis 55 años con el sacerdocio en primer lugar doy gracias a Dios porque me gusta la vocación que tengo. Nunca me arrepentí. Los 55 años pasaron con mucho trabajo y me siento bien, gracias a Dios. El trabajo es la vía principal de satisfacción que tengo, el poder ayudar a la gente que está peor que yo», decía en su último reportaje.
