Sospechas de sobornos pesan sobre la cúpula de la Ceml

Apuntan a su presidente Reinaldo Kayser de haber sobornado supuestamente a un contador público de Eldorado, a cargo de un peritaje judicial Un manto de sospechas acerca de manejos turbios involucra por enésima vez a la Cooperativa de Electricidad de Montecarlo Limitada (Ceml). Esta vez, su presidente Reinaldo Kayser, está acusado de haber sobornado supuestamente a un contador público de Eldorado, a cargo de un peritaje judicial, para que «acomodara» los resultados y así poder presentar «pruebas concretas» en la causa judicial que el Consejo de Administración entabló en 2004 contra dos ex directivos de la entidad acusándolo como los responsables de un millonario faltante que salió a la luz a fines de 2003.

Los que revelaron el resonante caso fueron los abogados defensores de los supuestos responsables de la desaparición de casi un millón de pesos, Günter Dörper, quien durante varios años estuvo al frente de la gerencia, y Carlos Rubén Ebert, mano derecha de Dörper, en los años que la Ceml fue presidida por el ex intendente montecarlense, Héctor «Pelado» Acosta.

Los abogados denunciaron por medio de un escrito elevado la semana pasada al Juzgado de Instrucción 2 de Eldorado, a cargo de la jueza María Teresa Ramos, que el contador asignado por la justicia para llevar adelante el peritaje, Vicente Molina, habría recibido ciertos favores tanto él como su familia a cambio de profundizar las investigaciones que llevarían a levantar «pruebas certeras» contra Dörper y Ebert, contra quienes Kayser inició una millonaria demanda judicial responsabilizándolos «de la desaparición de una suma cercana al millón de pesos».

El hecho que levantó las primeras sospechas fue un viaje todo pago para la familia Molina a San Carlos de Bariloche, un gesto que fue agradecido por el propio Vicente Molina, un reconocido profesional del Alto Paraná y que por muchos años se desempeñó como profesor en la Escuela Provincial de Comercio 19 de Eldorado, por medio de una nota remitida al Consejo en el 2005.

Los abogados de los acusados también presentaron como elemento de recusación la relación laboral que entabló simultáneamente en la cooperativa, la hija del perito, Fabiana Molina, también contadora. «Consideramos que los resultados del peritaje llevado adelante por el contador son tendenciosos por la vinculación afectiva que habría entre ambas partes», plantearon los abogados.

Con el pedido de recusación en manos, la jueza Ramos ordenó secuestrar las actas de la Ceml y la primera gran sorpresa con la que se encontró fue la desaparición de varios folios.

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