«Si no estás capacitado, quedás afuera».

Marcelo Osaki, un productor intensivo de tomate y pimientos, recibió en su chacra a este diario, y mostró cómo trabaja. Considera que la actividad tiene mucho margen para crecer, pero falta capacitación entre los productores. Proyecta llegar a una hectárea de invernáculos. A escasos 20 kilómetros de Posadas, en la zona de Santa Inés en Garupá está la chacra que Marcelo Osaki heredó de sus abuelos. Allí, hace 12 años se dedica a la producción de hortalizas, y en los últimos se especializó en producción de tomates y pimientos bajo cubierta. Todo lo que sale, de los 20 invernáculos, se vende en el Mercado Central de Misiones. Tras cursar algunos años de la carrera de Ingeniería Agronómica en Corrientes, las cosas de la vida, volvió a Misiones donde comenzó producir y vivir de la horticultura.

La última temporada fue muy buena «tuvimos buen volumen y estuvieron bien los precios. Este año le pegamos a todo. Por eso estamos creciendo otra vez» comentó. Con miras a seguir progresando el plan es «llegar a fin de año una hectárea de invernáculo» Los plantines ya están creciendo, esperando a que los invernáculos a construir estén listos. «Nos retrasamos un poco por la lluvia» comenta.

En cuanto a los precios dijo que «generalmente el producto de Misiones se paga mejor que el de afuera». Trabaja con un vendedor al que se le paga una comisión, y otra pequeña parte de su producción se comercializa en la verdulería que maneja Roxana, la esposa de Osaki, sobre la avenida San Martín de Posadas.

¿Que falta para crecer?

Ante la evidencia de que hay quienes pueden vivir exclusivamente de lo que produce la tierra, se le consultó a Osaki que está faltando para que la actividad se desarrolle con mayor ímpetu en Misiones, a lo que respondió: «falta información. En el rendimiento, si no estas realmente capacitado, y no sos competitivo, quedás afuera», aseguró.

Explicó que en el tiempo que lleva en esta tarea ha cometido muchos errores «y eso que yo soy un tipo que se informa y que lee, por ejemplo en la parte de fertilización que es la más fina». En cuanto a experiencias que vió en otros productores indicó que «cuando una planta se afecta de una enfermedad muchos van a la agropecuaria con la plantita en la mano», para que allí hagan el diagnóstico. Según Osaki esto es grave porque «si no sabe identificar la enfermedad, menos va a saber curar. En la agropecuaria te van a decir cualquier cosa y te van a vender por 5 mil pesos».

Dónde están los técnicos

Para un productor que esté interesado y desee conseguir asesoramiento, de acuerdo a la experiencia de Osaki, «no hay técnicos capacitados para asesorar. Debe haber, yo no conozco», aseguró.

Pasen, que hay lugar

También se le preguntó a Osaki, si queda margen para que otros se dediquen a la actividad, y sea rentable para todos, a lo respondió con un «¡Sii, si!». Haciendo números gruesos estimó que «debe entrar más de 15 mil cajas de tomate por semana al Mercado Central, de Misiones creo que entra mil. Yo espero aportar 400 cajas por semana».

En cuanto al trabajo que significa manejar un invernáculo el productor dijo que una persona «con dos invernáculos trabaja seis meses al año. Una sola persona puede cuidar de 8 a 10 invernáculos trabajando 8 a 10 horas diarias». En cuanto a los rendimientos de una nave se obtiene cerca de 250 cajones de tomate para arriba de 8 kilos», que este año el precio promedio fue de 20 pesos. «Nosotros anduvimos en 370 cajas de tomate por invernáculo. Este año aspiramos a 400 cajas, vimos donde estaba nuestro error y es fácil corregir» puntualizó.

Podemos competir

En contra de lo que se cree, de que los tomates, pimientos y verdura en general, que viene de otras provincias son mejores que las locales y que no se puede competir contra esa calidad, Osaki no se achica y asegura que «le podemos competir, en calidad, no tienen nada que hacer las que vienen de afuera» No sabe bien si es el suelo, o el clima pero asegura que los tomates misioneros «tienen más brillo, más firmeza». Además de los miles de kilómetros de ventaja. «hoy voy y miro la plaza, veo que no hay pimiento y voy y cosecho». Es una ventaja, ya que el producto de la provincia esta recién cosechado y es fresco.

Mirar afuera

Generalmente estamos acostumbrados a mirar otros mercados, pero para traer mercadería a venderla a Misiones. Cuando debería ser al revés. De acurdo a lo explicado por Osaki l»a mercadería que comemos los argentinos de diciembre a marzo es de Mendoza y Alto Valle, después llegan de Salta en mayo, junio, julio. En esos lugares hacen tomate perita y pimiento, producen todo a campo, en un 80 por ciento.

Misiones entra al Mercado con Corrientes, que le da de comer tomate a los argentinos en agosto, septiembre y octubre.

Ante este panorama, Osaki reflexiona que «si Misiones tuviera un producto de calidad lo desplaza a Corrientes, por que el porteño es muy exigente». Tampoco deja de lado el mercado local, el Posadeño específicamente. «Estamos cerca de Posadas, con la bicicleta podés salir a vender» indicó. Además aseguró que «cuando vale la mercadería te están esperando afuera» para comprarla.

Agro tecnificado

En la chacra de Osaki hay 20 invernáculos, una perforación con el sistema de riego, que es fundamental para que la actividad funcione.

En este momento se están haciendo las tareas de transplante de los primeros pimientos que espera entren en producción en mayo. En las naves todavía se pueden ver algunas plantas del año pasado que, con menor rendimiento, todavía están produciendo. Ese lugar se destinará a la producción de tomates, que serán transplantados en junio.

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