Detectar trastornos de audición evitaría problemas en la escuela

Algunas de las señales de alerta son: gritar, escuchar la radio o televisión muy alto, dificultades para escuchar, pedido de reiteración de lo que se le dice, entre otros.

A tiempo. La detección y el tratamiento evita problemas mayores.

A tiempo. La detección y el tratamiento evita problemas mayores.

[su_note note_color=»#cdcdcd»]Las personas están expuestas por mucho tiempo a sonidos y ruidos que pasan los 85 decibeles[/su_note]La audición en edades tempranas, constituye un pilar fundamental donde se apoyarán los aprendizajes y el lenguaje en edades posteriores. Sin la audición o con poca de ella, los niños estarán limitados a poder detectar una gama de estímulos necesarios para su desarrollo general» aseguró Natalia Zajaczkowski, fonoaudióloga del Hospital de Pediatría de Posadas.

Agregó la especialista que las infecciones de oído (otitis), la cera en exceso y los cuerpos extraños no constituyen la única causa de pérdidas auditivas en los niños; el ruido es otro factor importantísimo.

Zajaczkowski señaló que se conoce que toda persona que esté expuesta por tiempos prolongados a sonidos y ruidos que sobrepasen los 85 decibeles deben usar protectores auditivos y muchas de ellas aún con los protectores, pueden padecer de alguna pérdida auditiva irreversible (hipoacusia inducida por ruido).

Resaltó la profesional que en la mayoría de las situaciones cotidianas los ruidos sobrepasan éstos niveles de intensidad. El promedio del nivel de ruido en una clase se encuentra alrededor los 85 decibeles (intensidad superior al nivel de habla normal: 60 decibeles promedio). Si esto se compara con una situación cotidiana sería como estar aprendiendo y conversando en una habitación donde hay una sierra (de cadena) funcionando constantemente.

La fonoaudióloga manifestó que esta situación se observa en muchísimos salones de clase tanto de guarderías, jardines de infantes, preescolares como en escuelas primarias y secundarias.

Así mismo, la especialista remarcó que los juguetes que utilizan los niños muchas veces son productores de ruidos intensos, por este motivo pueden constituir un peligro directo para la audición de los pequeños.

Preocupación

Según un informe publicado por la agencia Pro Salud, la pérdida de audición es una condición que aqueja a muchos chicos provocando retrasos en el aprendizaje. Y aseguran que por lo general, los problemas auditivos son detectados durante los primeros años de escolaridad, cuando los niños muestran fallas en la incorporación del lenguaje. En cada caso de hipoacusia resulta de vital importancia el respaldo de los maestros.

Síntomas

La fonoaudióloga destacó que si el niño presenta malestar en el oído, tocándolo o rascándose, es motivo de consulta. También si hay presencia de fiebre, llanto, irritación ó drenaje del oído.

Aunque resaltó que son los padres los que generalmente descubren la pérdida de audición en general a los dos años o más tarde.

Enumeró algunos puntos a tener en cuenta para detectar anomalías:

El niño necesita que le repitan las cosas, es muy distraído, escucha el televisor muy fuerte, tiende a mirar los labios de quien le habla, grita mucho al hablar, presenta algún trastorno del lenguaje, como dislalia, ausencia, alteración o sustitución de algunos sonidos ó tiene mal rendimiento escolar.

Consultas

«Actualmente la edad promedio que vemos en el Hospital de Pediatría para detección de un problema es a los 2 – 3 años porque el nene no habla o lo hace con dificultad y entre 6 y 7 años se presentan casos de niños con problemas en un solo oído, hipoacusia severa ó profunda unilateral» señaló la fonoaudióloga Natalia Zajaczkowski.

La etapa preescolar es, por lo general, el momento ideal para detectar inconvenientes en el aprendizaje pues en las «salitas» la cantidad de alumnos suele ser reducida y por ende los maestros tienen más facilidad para darse cuenta y determinar por qué razón un chico está aislado o no participa de los juegos.

La detección es una cuestión fundamental porque si un niño tiene un cuadro de hipoacusia preexistente, aunque sea moderada o de un solo oído, la situación se puede magnificar.

Por otro lado, en los ambientes de ruido, como por ejemplo las aulas, cuando hay una patología se genera una dificultad muy importante para que el chico logre una buena performance en el colegio. Si esta situación se detecta y se trata correctamente, quién padece el problema puede continuar su escolaridad con total normalidad.

El artículo sostiene que el inicio de clases es clave en la vida de cualquier niño, como también de la familia en general. El Nivel Inicial: jardín y preescolar, son herramientas que paulatinamente ayudan a moldear la personalidad y la vida social del pequeño, brindándole conocimientos.

Sin embargo, hay diversos obstáculos que pueden ir apareciendo durante los primeros años de la vida escolar y que manifestándose por lo general dentro del aula, complican el acceso a los conocimientos. Entre los más popularizados se encuentran las afecciones oftalmológicas que dificultan la visión, los llamados trastornos de hiperactividad o déficit de atención y los problemas auditivos.

Prevención

En este sentido, el otorrinolaringólogo Vicente Diamante advirtió que deberían realizarse audiometrías antes de empezar el colegio para detectar este tipo de problemas, con la misma asiduidad con la que se realizan exámenes de agudeza visual.

Según el especialista la audiometría constituye un «método de diagnóstico eficaz, rápido y poco invasivo que tiene muy buenos resultados y cuya utilización es de vital importancia para detectar problemas auditivos que tienen que ver, por ejemplo, con el verano que estamos terminando y siempre deja secuelas». Además, expresó que debido al permanente ingreso de agua durante la temporada de verano, existe la posibilidad de que se produzca una pérdida de audición moderada y reversible que a menudo pasa desapercibida no sólo por la maestra, sino también por la familia y el entorno del pequeño.

Diamante aseguró que por lo general son las maestras las que advierten determinadas fallas en el aprendizaje y en la atención de los niños hipoacúsicos. Por lo general no levantan la vista cuando se los llama pero además suelen tener inconvenientes para la concentración.

La etapa preescolar suele ser el momento ideal para detectar estos inconvenientes en el aprendizaje, ya que en las «salitas» la cantidad de alumnos es reducida y por ende los maestros tienen más facilidad para darse cuenta y determinar por qué razón un chico está aislado o no participa de los juegos.

Accionar

Una vez detectado el problema, será el momento de que, con ayuda de un equipo interdisciplinario de profesionales, tanto los padres como el niño acepten la dificultad y comiencen a abordarla.

En el año 2000 un estudio de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos (MAH) determinó que el ruido ambiente de las aulas de una gran cantidad de escuelas primarias de Capital y Gran Buenos Aires, está unos 20 decibeles por encima de lo recomendado a nivel internacional. Esta situación generada no sólo por el ruido externo, sino también por el propio bullicio de los niños, la voz de la maestra y el rebote de las ondas sonoras en las paredes no favorece el desarrollo de los chicos que padecen alguna dificultad.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas