Según el nuevo eje doctrinario de la fuerza, se busca proteger los reservorios de agua dulce. Quien ocupará el rango de general en el Comando que se instalará en Curuzú Cuatiá, Corrientes, asegura que son amenaza «otros Estados» y «entes que sirvan a intereses de otros Estados».
El jueves comienza sus funciones operativas en Curuzú Cuatiá el Comando del II Cuerpo del Ejército y en el sur de la provincia mucho se ha vuelto a hablar por estos días, ya que se aproxima la fecha de la llegada del general de brigada Sergio Fernández. El traslado del cuerpo a Curuzú está ligado a nuevas hipótesis de defensa, que apuntan a conflictos previsiblemente ligados a las reservas de agua dulce como el Acuífero Guaraní y otros recursos naturales. Empieza una nueva etapa para los uniformados de la fuerza terrestre.
Todo en vista de posibles amenazas que puedan irrumpir en el escenario argentino hasta el primer cuarto del siglo XXI, una estrategia de defensa que incluye la preservación del sistema Acuífero Guaraní de otros Estados y de entes o personajes que puedan accionar en relación con intereses de otros Estados. Aquí muchos encuadran a Douglas Tompkins u otros grandes terratenientes que compran tierras en los Esteros del Iberá.
Con ese nuevo eje doctrinario, el Ejército prevé desarrollar organizaciones militares con capacidad para defender al país de enemigos «potencialmente superiores», un plan que incluye un cambio en la ubicación de los comandos de los tres actuales cuerpos del Ejército y la creación de unidades menores, metas que se esperan concretar hacia el final de esta década.
En una entrevista concedida a «El Ciudadano» de Rosario, el general de Brigada Sergio Fernández, nuevo comandante del cuerpo que se apresta a concluir con el traslado del asiento de la comandancia hacia Corrientes habló sobre la nueva doctrina.
«Los recursos naturales como el agua dulce, forman parte de todos los intereses representativos del territorio que permanentemente debemos defender, al igual que la vida de la población, los bienes y otros más difíciles de materializar en forma tangible como la soberanía y la libertad», explicó Fernández.
«El Ejército ha tomado estas ideas coherentes con este pensamiento fijado por el poder político y ahora se están definiendo los instrumentos de planeamiento para que las Fuerzas Armadas adopten los procedimientos para su defensa», refiere Fernández en relación con la necesidad de defender el acuífero Guaraní y otros recursos naturales tan vitales como el agua dulce, un objetivo que desde el gobierno nadie niega, sea civil o militar.
Luego amplía su definición sobre quiénes pueden amenazar esos intereses al advertir: «Cuando se evalúa estratégicamente, se sabe que hay actores que son estados que intervienen de determinadas formas, pero también se sabe que hay entes no estatales que manejan intereses y que a veces están respondiendo a un estado o a un conjunto».
Una nueva brigada
El Eército formará, además, una nueva brigada que reunirá a unidades ya desplegadas en Formosa y el Chaco, estrategia que no parece nada casual ya que implica una nueva cobertura en el área de frontera. Se sumará a los otros organismos que en la actualidad dependen del II Cuerpo como Infantería de Monte XII, el Batallón de Ingenieros de Santo Tomé y el Batallón de Arsenales 603 de San Lorenzo. (La República, Corrientes) .