Se trata del establecimiento 781 de Villa Stemberg. La directora Ana Yaciuk pidió ayuda para poder seguir dictando clases. La matrícula es de 650 alumnos Oberá. En la Escuela 781 de Villa Stemberg, la directora a cargo, Ana Yaciuk, pidió ayuda para poder seguir dictando clases.
«Son muchísimas las necesidades que tenemos, infraestructura, mobiliario, no hay playón deportivo y el patio tiene una vertiente, cada vez se agranda más y éste puede ceder», dijo angustiada.
Agregó que «tenemos una población escolar de 650 alumnos en creciente aumento, entre 50 a 100 padres vinieron a pedir espacio pero no podemos contener a tantos. Sucede que no tenemos soluciones, nos dijeron que nos iban a construir 3 aulas nuevas que no llegaron, no hay ventiladores y para peor tenemos dos aulas en muy mal estado. Una de 2 por 2,50 metros que tiene 25 alumnos, con lo cual los chicos no tienen lugar ni para caminar, al lado de la cocina hay otra que cuando se hace la comida para el comedor se llena de humo».
Precisó que «los tiempos de los funcionarios no son los mismos a los nuestros, a los de los chicos, la idea es que los alumnos estén contenidos en la escuela y así es imposible.
Hay que arreglar el patio con piedras porque parte del mismo es de tierra y cuando llueve es un lodazal, solicitamos a la Municipalidad pero no logramos contar con ayuda», indicó Yaciuk.
La entidad educativa se encuentra en las afueras de la ciudad, entre barrios populosos como 100 Hectareas y San Miguel, con lo cual los alumnos que allí asisten son humildes y se presentan en gran cantidad.
Se solventa sola
Otra institución educativa que también reúne a más de 500 alumnos de barrios aledaños humildes es el Instituto Herrman Gmeiner a cuyos directivos el año pasado la Fundación Kinderdorf internacional le comunicó que no podría asistirlos más financieramente.
Ante esta noticia, la comunidad entró en alerta pero por suerte se consiguió ayuda y la escuela sigue funcionando de igual manera.
«Hablamos con la comisión directiva a nivel nacional para hacerles entender que el aumento de cuota era imposible ya que los alumnos que aquí asisten son carenciados, por suerte, pudimos recaudar de entidades y comerciantes ayuda», dijo Antonio Kibysz.
Señaló que a partir de allí «trabajaremos con el mismo aporte, esto es una cooperadora de cinco pesos hasta EGB 2 y de allí en adelante diez pesos.»
«Tenemos que seguir trabajando para lograr la autofinanciación, tanto a nivel nacional como local debemos trabajar en eso, pero este año vamos a estar un tanto más aliviados con esta situación», explicó.
Kibysz indicó además que la Fundación Kinderdorf internacional está dedicada a pleno a salvaguardar la integridad de los niños que están abandonados o sufren violencia, «por ello han dejado de lado como prioridad la educación y más allá de la construcción de escuelas ahora pretenden que la comunidad se haga cargo del mantenimiento de las instituciones».
Destacó el apoyo de padres y de la comunidad en general en estos casos que permiten tantos niños sigan estudiando sin costo alguno, ya que la entidad esta ubicada en el barrio de Tres Esquinas con mucha población humilde
