El ministro de Ecología, Luis Jacobo anticipa el envío a la Legislatura de dos proyectos de ley para modernizar la de Tierras y exigir estudios de impacto ambiental para la radicación de nuevas inversiones. Habrá participación ciudadana en la evaluación de los proyectos. Sostiene que Misiones no necesita otra industria pastera, sino darle valor agregado a la industria forestal.
De pronto, el Ministerio de Ecología y Turismo está en el centro de todos los debates. Tierras, medioambiente, papeleras, desarrollo sustentable, todos temas que de alguna manera atañen a la cartera conducida por Luis Jacobo.
El ministro anticipa que éste será un año de reformas legislativas que apuntarán a modernizar las leyes ambientales, de tierras y de explotación para hacer más sustentable el uso de la riqueza natural misionera.
Aclara que Misiones no está en contra de la ley de Presupuestos Mínimos que se debate en el Congreso -conocida como la ley Bonasso- aunque pondrá condiciones para su aprobación, como la garantía de conseguir recursos para los productores forestales que podrían ver frenada su producción.
«Este ministerio siempre fue importante y clave, porque de alguna u otra manera, está relacionado con pilares de la economía misionera, como la forestoindustria y el turismo, que entre los dos motorizan el 60 por ciento del Producto Bruto Geográfico de la provincia. La diferencia es que en los últimos tiempos hemos recuperado la presencia y el poder regulador.
Duplicamos la cantidad de guardaparques -de 38 a 98-, tenemos una flota de 40 vehículos, logística y comunicaciones, estaciones biológicas, la biofábrica. Estoy satisfecho con lo actuado, en la tendencia de un mayor control», dijo en una entrevista concedida a Misiones On Line.
¿En qué consistirán los cambios legislativos?
La ley de Bosques es vieja y acepta procedimientos que hoy son inaceptables por los nuevos parámetros del cuidado medioambiental. Antes, para entrar a una tierra, se aceptaba que se tale todo un bosque, pero hoy la madera tiene otro valor, aparecen servicios ambientales o la tala sustentable. De hecho, el problema con la intrusión es que para regularizar la tierra, por la ley de Tierras, los ocupantes estaban obligados a talar los árboles para demostrar la ocupación. Hoy no podemos hacer eso. Por ejemplo, no estamos en contra de la ley Bonasso, pero sí exigimos que haya una compensación económica por el no uso de la madera. Estamos a favor de un presupuesto mínimo. Somos una provincia vanguardia en ese sentido, pero no podemos aceptar una ley que por inaplicable se vuelva un boomerang y nos cree una situación compleja con un fuerte impacto económico. Debemos discutir un fondo compensador en el que las provincias incluso pueden aportar y Misiones debería hacerlo.
¿Habrá otros cambios en las leyes?
Sí, estamos ultimando los detalles de un proyecto de evaluación de impacto ambiental, que será presentado en la Legislatura para su tratamiento en las sesiones ordinarias, que tendrá mecanismos de participación ciudadana con controles y que se aplicará a proyectos de inversión por instalarse en la provincia. Debemos garantizar mecanismos de participación amplios y que el Estado no sólo pida un estudio de impacto ambiental, sino que esté comprometido con su evaluación y que cualquier persona que tenga interés, pueda participar de la evaluación de los proyectos y que el Estado no apruebe porque sí una inversión, sino porque realmente cumple con los parámetros.
Misiones es una provincia forestal. ¿Tiene una dimensión del impacto causado por el debate entre la Argentina y Uruguay por la instalación de las pasteras?
No abro juicio de valor sobre las razones de los entrerrianos, pero sí debo decir que no es un debate local. Tuvimos tres pasteras que no se preocupaban por el cuidado ambiental, pero mejoramos sustancialmente en dos -Alto Paraná y Papel Misionero- y con la tercera -Benfide-vamos por un camino de solución sin dejar gente en la calle.
¿El Estado se haría cargo?
No, no directamente, pero sí podríamos facilitar líneas de crédito, financiamiento para que la empresa pueda mejorar su tecnología. Hay un acuerdo con la Nación para esto y ya hay líneas de créditos blandos para Pymes, que aunque no es éste el caso, podemos avanzar en conseguir financiamiento.
¿Cree que el debate nacional alejó la posibilidad de nuevas inversiones forestales en la provincia?
Gualeguaychú creó la sensación de que solo las pasteras contaminan y no es así. Pero Misiones no necesita otra papelera. Lo que necesita es agregar valor a la cadena forestal, con industrias de muebles. Para eso será fundamental el cluster aprobado por la Nación, el mayor de la Argentina, que podrá poner en marcha toda la cadena de la madera. En todo caso, Corrientes necesita la instalación de una industria pastera por el ritmo de la forestación que lleva, que en pocos años puede alcanzar a Misiones. Corrientes será más atractiva para los inversores, por las facilidades que presenta y porque se promociona como provincia que puede albergar a una industria. Pero Misiones ahora tiene materia prima que debe utilizar.
¿Cuál es la potencialidad del cluster forestal?
Con el cluster tendremos la oportunidad de conseguir recursos económicos y financieros. Se juntarán en la misma mesa el Estado, las empresas, los productores forestales. Y vamos a sumar a Corrientes. Ya me reuní con el ministro del Agro, Alfredo Horacio Aún, y haré lo mismo con el director de Recursos Forestales, Luis María Mestres, para firmar el convenio. Todo lo que hagamos en materia forestal, para un crecimiento económico, debe ser pensado con el norte correntino, porque ellos tienen un desarrollo similar al nuestro y podemos complementarnos para alcanzar nuevos mercados.
A Alemania
