El Paraná no para de crecer y la inundación afecta a muchas familias

Más de 50 familias ya sufren el flagelo que perjudicó tanto las viviendas como sus fuentes de trabajo. Diferentes organismos esperan que el flujo de agua registre los 6 metros de altura para declarar el alerta hídrico mientras muchos correntinos ya solicitaron ayuda. Según lo publicó el diario Época, sucedió lo inesperado y unas 50 familias capitalinas ya sufren la llegada de la creciente del río que se apoderó paulatinamente de sus casas y que ayer trepó hasta los 5.36 metros en creciente aproximándose al nivel de alerta en Corrientes. Este fenómeno desata el pedido de ayuda de cientos de familias que día a día rezan para que el Paraná no se revele en su contra.

Mientras el río sube diferentes organismos tanto municipales como provinciales controlan el medidor que indique los 6 metros de altura para declarar la situación de alerta hídrica y esperan a que la situación no obligue a la evacuación. Para que esto suceda el nivel del río deberá llegar a los 7 metros. Desde las costas capitalinas unas 50 familias de diferentes barrios fueron perjudicadas por el efecto de la creciente que continúa.

La altura del río damnificó la zona de obraje de cientos de ladrilleros y en algunos casos perjudicó directamente su producción dejando sin posibilidad de trabajo a varios fabricantes que viven de esta actividad. Los barrios más agraviados son los que se encuentran a la vera del río entre Molina Punta y Costanera Norte, como así también Quilmes, Santa Marta, entre otros.

Angel López es ladrillero y contó a «época» que «el río está detrás de mi horno de ladrillos, espero no venir mañana y encontrar mi trabajo bajo agua». López como tantos otros subsisten de la fabricación ladrillera y si esto continúa deberán pensar en otra alternativa. «Si no podemos producir ladrillos vamos a tener que pensar qué hacer para darle de comer a nuestros hijos», expresó el trabajador.

En la mayoría de los hogares las necesidades son notorias y ahora se agravan con la falta de trabajo. El pedido de esta gente se acentúa en la falta de tierra solicitando que la Municipalidad les brinde ayuda y que les facilite tierra para continuar con la producción de ladrillo. «Nosotros para vivir dos meses necesitamos alrededor de 15 camiones de tierra, con eso estiramos», dijo López.

Asimismo están a la espera de que la Subsecretaría de Desarrollo les brinde un subsidio de $200 y mercaderías para paliar la urgencia producida por la falta laboral. Desde la entidad que nuclea a los ladrilleros informaron que la actividad disminuyó un 60 por ciento, pero que los cambios hídricos perjudicarán por casi dos meses a la producción.

Desde la Municipalidad se realizarán durante esta semana nuevos relevamientos en los barrios ribereños para actualizar el informe y especificar la cantidad de familias afectadas por esta suba del Paraná. El agua continúa amenazando a cientos de familias que tienen de fondo la vista del río y por el momento la situación no es alarmante, aunque la preocupación persistirá por lo menos hasta fin de mes.

Crece despacio

Si bien estos niveles no declaran el estado de emergencia hídrica desde Prefectura Naval Argentina con sede en Corrientes informaron que los registros dependerán de la situación en la zona del alto Paraná. Para que se manifieste la situación de alerta el registro deberá llegar a los 6.50 metros de altura y para declarar el estado de evacuación el río debe pisar los 7 metros.

«Por ahora no es alarmante, para que esto se agrave tendrá que llover en Yguazú y luego comience a bajar los niveles en esa parte del Paraná, recién ahí comenzará el estado de alerta» expresaron desde el organismo. Aunque el río continuará creciendo estiman que la situación no será alarmante.

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