Se abren oportunidades para la producción ovina en Misiones

Es una alternativa integrable a los cultivos de yerba mate y té. La idea es que los colonos críen ovejas en las mismas superficies de las plantaciones. Los animales no dañan las plantas y comen las malezas. Después de tres proyectos presentados en la Comisión de Cooperativas, Forestales y Agropecuarios, la Legislatura provincial aprobó la adhesión a la Ley Ovina Nacional, lo que implica que los productores de Misiones podrán acceder a parte de los veinte millones de pesos que la Nación distribuye en todo el país para la promoción de esta actividad. Entre los beneficios previstos en la promoción se incluyen créditos y programas de apoyo y capacitación.

El requisito más importante que plantea la Ley Nacional para aceptar adhesiones al programa de promoción es la exención de impuestos provinciales a los productores, cuestión que en Misiones ya estaba resuelta de antemano porque los productores primarios no tributan Ingresos Brutos.

Luego de la promulgación de la ley -el 9 de enero fue publicada en el Boletín Oficial- el Ejecutivo cuenta con un plazo de 60 días para reglamentarla. El Estado provincial también debe garantizar que se «exceptuará el cobro el cobro de guías u otro instrumento que grave la libre circulación de la producción obtenida en los planes de trabajos o proyectos de inversión». Además se deberá «respetar la intangibilidad de los planes».

El organismo de aplicación de la ley será el Ministerio del Agro y la Producción, quien deberá conformar una Unidad Ejecutora Provincial (UEP), que organizará el destino del dinero que habrá que gestionar en la UEP nacional los fondos y habilitaciones necesarias.

Cordero Yerbatero

El potencial de la producción ovina en Misiones se centra en la producción de carne, sobre todo con el uso múltiple de las superficies de las unidades productivas, con la cría de las ovejas en los yerbales o en los teales.

Existen experiencias de productores de la zona Noreste provincial, donde ingresaron los primeros corderos de la mano del Programa Social Agropecuario (PSA) hace más de 10 años. La ventaja radica en las ovejas comen la maleza, pero no las hojas de la yerba mate o té .

Hasta el momento se conocen solo experiencias empíricas de los productores ya que desde el punto de vista técnico no se realizaron investigaciones sobre la carga animal por hectárea, tipos de pasturas que podrían asociarse con el cultivo de la yerba o el té y mejorar la alimentación de las ovejas.

La cría de los animales no le significa mayor trabajo al productor, ya que si se realiza un alambrado eléctrico ella «va sola al yerbal y vuelve sola a la tardecita» aseguran los productores. Además no tienen que realizar la limpieza de las plantaciones ahorrando en combustible, movimiento de tractores, mano de obra, o compra de herbicidas.

Los productores también aseguran que la cría de ovejas entre las plantas de yerba mejora el rendimiento en kilos de hojas, ya que se produce un abonado con las heces de los animales. En cuanto a la sanidad, las ovejas no tienen mayores inconvenientes en la alimentación, solamente en el invierno se debe complementar.

En lo referente a las razas, cuando el PSA introdujo las ovejas en los yerbales importó algunos machos de la raza Santa Inés desde el Brasil, que se caracteriza por no tener lana, pero es muy buen productor de carne llegando a pesar 100 kilos. Hoy en día «la Santa Inés» se cruzó con las otras ovejas «lanudas» traídas de Corrientes.

Panorama

A pesar del potencial expresado Misiones cuenta con sólo 7. 519 cabezas, según el Censo Nacional Agropecuario del año 2002; la cantidad es reducida, sobre todo si se compara con los 3 millones y medio de Chubut, el primer productor nacional.

La escasa actividad en la provincia se debe principalmente a que nunca hubo un programa de incentivo -excepto el del PSA que se dejó de ejecutar- que facilite asistencia técnica y mejora genética de la actividad ovina.

Con la adhesión a la ley 25.422, se abre una posibilidad de aumentar las existencias y así dar otra alternativa al pequeño productor que esté buscando trabajar en forma diversificada y sustentable en su chacra. Las posibilidades comerciales son innumerables sólo en el mercado local, más aún si se crea una marca o cualidad que identifique al producto. Así como lo hicieron los del sur con el «Cordero Patagónico», estrategia que podría ser imitada con el desarrollo de un «Cordero Yerbatero».

El plan nacional

La Argentina cuenta con 12 millones 500 mil cabezas de ovinos distribuidos en su mayoría entre las provincias del sur, Buenos Aires, Corrientes y otras en menor medida, que en total suman 21. El estado destina 20 millones de pesos anuales que deben ser distribuidos entre las provincias adherentes de acuerdo a la cantidad de cabezas con las que cuentan. A estos fondos se le deben adicionar los recuperos de los créditos de cada una de las provincias.

El plan prevé la entrega subsidios y de créditos que deben ser aprobados por una Comisión Asesora Técnica. En cuanto a los créditos son a valor producto, sin interés, a siete años de plazo con hasta dos de gracia. Los créditos pueden ser destinados para la creación de banco de ovejas y retención de vientres, mejora genética, sanidad animal, proyectos productivos y prefinanciación comercial.

En tanto que los aportes no reintegrables están destinados al conjunto de los productores con el objetivo de apoyar los emprendimientos, crear condiciones de sustentabilidad en el tiempo, que difícilmente pueden ser encaradas por beneficiarios individuales. Están previstas las capacitaciones a los productores, la asistencia técnica, la adopción de protocolos, la información estratégica o el fortalecimiento de los status sanitarios.

Mercados

Los últimos informes de la Secretaría de Agricultura de la Nación aseguran un incremento en el volumen de faenas ovinas, que atribuyen a la aplicación de la ley 25.422. De acuerdo a ese informe «España sigue siendo el principal destino de las exportaciones argentinas, especialmente de carcaza, carne con hueso, paleta, pierna y bife. España, Gran Bretaña y Portugal concentran el 73 por ciento del volumen de las exportaciones». A partir del año 2001, año de entrada en vigencia de la ley «Para la recuperación de la ganadería ovina», se incrementó la participación argentina en el mercado mundial. Según datos de la FAO, somos el quinto país exportador de carne junto con Uruguay, después de Nueva Zelanda, Australia, China e India.

En lo referente al consumo interno, Argentina el consumo en promedio es bajo. Es de 0,22 kilogramo/habitante/año. Sin embargo, en zonas productoras como la Patagonia, se registran niveles de 15 a 26 kilogramos/habitantes/año.

De acuerdo a estos datos las alternativas de venta de la carne ovina se centra en la exportación, o el mercado exigente mercado tipo «gourmet», consumido por los estratos de ingresos medios a altos.

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