Hay 350.000 afectados por falta de agua en el Chaco

Serios trastornos sufren los chaqueños por estas horas a raíz de la falta de agua en el Gran Resistencia, donde viven unas 350.000 personas que están siendo agobiadas por un verano que en los últimos días ha resultado inclemente por las altas temperaturas, con sensaciones térmicas que llegaron a 50 grados.

Ayer, a las 8, la temperatura ya había trepado hasta casi 40 grados en esta ciudad, y la gente, especialmente en la zona oeste, no sabía cómo lograr un poco de alivio.

Por el aumento de residentes registrado aquí en los últimos años, los servicios han quedado saturados en esta capital, sobre todo el suministro de agua –esencial en esta época– y el tendido cloacal.

El Gran Resistencia está conformado además de esta ciudad capital, Puerto Vilelas, Puerto Barranqueras y Fontana. Esta última recibió recientemente una importante inmigración de personas provenientes del interior de la provincia.

La situación se ha tornado grave porque colapsó el acueducto provincial que llega hasta la ciudad de Villa Angela, a 260 kilómetros de esta capital, y, en consecuencia, las poblaciones que recorre no tienen un adecuado servicio: hay cortes de agua durante varias horas por día y baja presión durante buena parte de las jornadas.

El panorama resulta preocupante al saber que la solución que podría aportar la construcción de un nuevo acueducto no llegará este año, por lo que continuará el déficit. Ante la emergencia, hubo reuniones entre los funcionarios del gobierno provincial. El resultado fue poco alentador, ya que la responsabilidad para evitar penurias mayores fue depositada en la gente.

Ante la imposibilidad de que la empresa provincial que provee agua, Sameep, pueda aumentar la provisión, las autoridades hicieron un llamado para que la comunidad hiciera un uso racional del agua.

«De lo contrario -se advirtió- la red no aguantará un tiempo mayor de altas temperaturas y se sentirá la baja de presión en las canillas», como ya comenzó a ocurrir.

El Gran Resistencia y la provincia, paradójicamente, están rodeados de grandes ríos como el Paraná, el Paraguay y el Bermejo. Pero, por falta de objetivos prioritarios, no cuenta con este vital servicio y tampoco con balnearios habilitados. La población debe trasladarse a Corrientes para encontrar alivio a la situación.

El intenso calor reinante últimamente, sumado a la escasez de agua y los problemas por la turbiedad con que llega a las viviendas, hicieron que los habitantes se vieran obligados a buscar alguna alternativa válida para proveerse de ese vital elemento.

La salida más sencilla fue apelar a la compra de agua envasada, lo que ya provocó no sólo el incremento de las ventas sino también de los precios.

En el campo, la última lluvia se produjo el 2 de enero y fue beneficiosa para el interior, pero por las altas temperaturas reinantes la mejora se fue diluyendo y la escasez de agua se hizo sentir nuevamente.

Los chaqueños tienen una esperanza: que hoy o mañana se produzcan lluvias como anticipa el pronóstico. Pero… sólo es un pronóstico.

Desde principios de año no cae una lluvia importante en la zona del Gran Resistencia y los registros de temperaturas no bajan de los 38 grados.

Este es uno de los comienzos de verano más crudos que se recuerda y, desde hace 72 horas, la sensación térmica en horas de la siesta supera los 50 grados en la zona céntrica.

Animos caldeados

Pero al calor se le suman los constantes cortes de energía eléctrica que, si bien no se prolongan por más de una hora, contribuyen a caldear los ánimos de la gente.

Como si este panorama no fuese suficiente, incluso en el centro de esta capital ayer comenzó a sentirse la falta de agua.

Mientras que en algunos edificios se bombea desde la red directamente, pese a que no debería hacerse así, en otros lugares la caída de presión deja los domicilios sin agua en sus tanques.

Al mismo tiempo, la falta de conciencia solidaria hace que se vean muchas piscinas en pleno proceso de llenado en las zonas suburbanas.

La situación se torna más dramática aún cuando a la precaria higiene se le suman los cortes de energía de un sistema que llegó a su pico de capacidad.

Y no pocos recuerdan que a sólo 180 kilómetros se encuentra la central hidroeléctrica de Yacyretá, cuyo tendido de alta tensión pasa por la provincia sin que se pueda hacer usufructo de esa energía. (noticiasparana.com.ar)

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