Balances

El año que se termina fue jugoso en materia política. Sin embargo, hubo más peleas que debates. La elección de convencionales constituyentes para reformar la Constitución y darle al gobernador la posibilidad de ser reelecto cuantas veces quiera acaparó la atención y postergó otras discusiones relevantes. En materia legislativa, por el clima de campaña que enrareció todos los niveles, prácticamente fue un año perdido y lo demuestran los pocos proyectos presentados. Pero el gran hecho de la política misionera con repercusiones en todos los rincones del país fue sin dudas el pronunciamiento de la sociedad misionera que terminó afectando seriamente a la Renovación y al Gobierno, generando un escenario incierto de cara a las elecciones del 2007.

Un Gobierno que puede exhibir como pocos resultados concretos de su gestión, termina el año de manera introspectiva, hurgando en infinitas posibilidades la manera de recuperar la confianza y la adhesión de la sociedad que la había acompañado con contundencia a la hora de votar, al punto tal que hace sólo un año, había logrado la mayor diferencia de la historia en comicios misioneros.

Aunque las primeras espadas de la Renovación hablan hasta el cansancio de profundizar la gestión como método decisorio para sumar adhesión social, fuera de los micrófonos los mismos funcionarios reconocen que además deben recuperar la iniciativa política y generar un concepto que refresque la esperanza que supo introducir en la percepción de la gente la idea fundadora de la Renovación.

Esos mismos funcionarios mascullan desconfianzas hacia fuera y hacia adentro, y maldicen las torpezas propias que no terminan de acumularse.

Además de defenderse del permanente ataque del que es blanco el Gobierno desde sectores políticos, empresarios y mediáticos interesados en desestabilizarlo, deben atender y disimular groseros errores como el creciente escándalo generado por el actual titular de la Entidad Binacional Yacyretá , Oscar Thomas, que en plena licitación de obras y consultoría por 500 millones de pesos, inscribió una sociedad comercial que despertó todo tipo de sospechas y , hasta donde se sabe, una fuerte irritación en el ámbito nacional y local.

Los que saben de negocios, apuntan al aspecto de consultoría de la flamante sociedad, con una afirmación imposible de retrucar: nadie abre una sociedad para trabajar dentro de dos años.
Y los que hacen política, reiteran que ni Misiones ni la Renovación merecen ser expuestos al escarnio ni soportar otra batería de acusaciones por semejante torpeza.

El desafío más grande en el último año de gestión de Carlos Rovira será recuperar el crédito de la sociedad. El oficialismo conservó y sumó más electores en las elecciones de convencionales constituyentes, pero la oposición, unida, demostró que puede ser determinante, en una perspectiva que se extiende más allá de la tierra colorada.

El problema de la oposición, es que ya no está unida, y que las desmedidas ambiciones personales amenaza con abortar sus pobilidades antes de arrancar. Eso, y la falta de una idea constructiva, ya que hasta ahora, sólo los une la ira contra Rovira y la Renovación. Y la sociedad percibe ese encono desmesurado.

El efecto Misiones golpeó también al Presidente Néstor Kircner, y se replicó en otras provincias que también buscaban sumarse a la ola si triunfaba el SI. Siempre es importante leer bien la demanda de la sociedad.

Hasta en la oposición reconocen que si Rovira buscaba solo un tercer mandato, ganaba sin demasiado esfuerzo y, lo más importante, no iba a aparecer el ex obispo Joaquín Piña como principal rival de peso.

El NO también debería poder leer detenidamente a las urnas. Si piensa que el resultado se repetirá automáticamente en las elecciones a gobernador, cometería el mismo error que el Gobierno. Puede sostener el caudal en la unidad, pero el problema radica en cómo mantener la cohesión, no solo por las ambiciones personales de cada uno de los dirigentes que se sintieron vencedores, sino, y principalmente, porque no piensan lo mismo. Sumar fuerzas sin ideas comúnes ya demostró ser un fracaso con la Alianza de De la Rúa y son pocos los que pueden mostrar que son mejores que el Gobierno actual.

Pase lo que pase, está claro que en el año que se inicia, oficialismo y oposición deberán pulir sus discursos para convencer a la sociedad, que ha demostrado que el poder está allí y no en las arengas de los palcos de campaña. Lo demostró en 2003 cuando se jugó contra el poder del justicialismo y 2005 ante la guerra sucia planteada por la oposición y lo ratificó este año cuando parecía que la suma de poder del Gobierno era invencible, rodeado de la mayoría de los intendentes y algunos sindicalistas que -estos ultimos -, a juzgar por su poder de convencimiento, deberían ya considerar la posibilidad de disfrutar del ocio que da la jubilación.
Lo que venga, deberá ser distinto. Ni los candidatos del oficialismo podrán repetir el discurso que utilizó la renovación para llegar y ganar una elección, ni los de la oposición tendrán su cruzada a la que sumar fanáticos.

En el Gobierno, el empeño está en demostrar la existencia de una fuerte unidad, en superar el desconcierto poselectoral y en recuperar la buena senda, apoyados en redoblar el esfuerzo en la gestión.

Fuera de la política, la economía es un poderoso tren que cada vez toma más fuerza. La encuesta realizada a los cien empresarios líderes de Misiones difundida ayer por este diario, demuestra que los hombres de negocios ven el futuro con esperanza, más allá de las naturales disputas que ocurren en democracia. El Gobierno tiene mucho de mérito en ese campo, al haber generado condiciones para el desarrollo de esos negocios.

El Producto Bruto Geográfico alcanzó este año los 18.240.000.000 de pesos, con una suba de 14 por ciento con una fuerte incidencia del sector agrario, el forestal y el comercio. La estrategia del Estado de buscar el blanqueo de la economía a través de la bancarización de toda la actividad productiva genera resistencias, pero aunque sea pasible de modificaciones, la intención es buena, ya que obligará a todos los sectores de la cadena a cumplir con los precios pactados para el pequeño productor, que era el más desprotegido. La ley es una herramienta clave para lograr también combatir la evasión impositiva.

La revelación hecha por el ministro de Educación Hugo Passalaqua, que de 250 mil niños que se alimentaban en comedores escolares en verano descendió en sólo tres a 30 mil, es también un mérito que la Renovación en su búsqueda de recuperar adhesiones deberá aprender a explotar comunicacionalmente en el año que se inicia. La oposición no dará tregua. En general, es liderada por peronistas, y ya se sabe, cuando huelen sangre, como los tiburones, atacan sin piedad. Nada promete que en materia polìtica, el próximo año sea menos encarnizado que este que termina.

Al margen. Que sea un mejor 2007 para todos.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas