Los principios activos de la yerba mate resultan muy apropiados para combatir una de las patologías de mayor crecimiento en las últimas décadas: el sobrepeso y la obesidad ¿Sabía usted acerca de estas propiedades medicinales?
La yerba mate es un árbol que crece en las cuencas de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay, en una región sudamericana que abarca la zona tri-limítrofe entre los países de Argentina, Brasil y Paraguay. Los indígenas de esa zona, los Guaraníes, usaron este vegetal por sus propiedades alimenticias y curativas.
Hoy, la yerba mate se usa en forma muy extendida no sólo en esos países, sino en otros como Chile, y en torno de ella se ha forjado una fuerte tradición cultural. Casi el 90% de los argentinos toma la infusión. El mate es parte de nuestra identidad nacional. El acto de convidar un mate es una forma de comunicación, símbolo de compartir. Este simbolismo se pone en evidencia en la forma que se prepara el mate. El mate amargo simboliza la fuerza, el valor y la vida, y el mate dulce (y espumoso) significa amistad, cariño, por citar dos ejemplos.
A diferencia de los indios Guaraníes, se ha dejado de lado su uso como infusión curativa y alimenticia, aunque se ha comenzado a conocer que en realidad estos indígenas no estaban errados.
Amplias y rigurosas investigaciones científicas señalan que la yerba mate es un muy buen antioxidante, diurético y laxante natural. También tiene una poderosa actividad estimulante como tónico y hasta resulta preventiva de las caries dentales. Sus principios activos resultan muy apropiados para combatir una de las patologías de mayor crecimiento en las últimas décadas: el sobrepeso y la obesidad.
Se están estudiando científicamente sus propiedades para quemar calorías y grasas. Los investigadores se sienten atraídos por la relación entre alto consumo de yerba mate y el bajo porcentaje de obesidad, por lo cual están estudiando las propiedades lipogénicas y termogénicas del mate.
Un grupo de especialistas argentinos que integran la Fundación Científica del Sur, identificaron una nueva propiedad de la yerba mate: mejora la precisión de las imágenes del páncreas y la vesícula captadas por la resonancia magnética, al «apagar» el efecto que provocan los líquidos presentes en el resto del aparato digestivo. Una taza de mate cocido con azúcar, o sin ella, antes de acostarse sobre la camilla del resonador magnético evita tener que repetir alrededor del 30% de los estudios debido a la preparación inadecuada de los pacientes.
Existen productos disponibles en el mundo para opacar o borrar por contraste negativo durante la resonancia las imágenes del estómago y el duodeno, que suelen tapar el árbol biliar, pero cuestan unos 60 dólares la dosis, y no están disponibles en nuestro país.
Hasta el momento, este tipo de estudios resultaban muy invasivos para los pacientes, sin mencionar su alto costo. Suponía «sedar al paciente» para hacerle «una endoscopia hasta el duodeno e inyectar en la vía biliar un medio de contraste radiológico yodado. La resonacia mágnética solucionó parte del problema, pero los líquidos presentes en el estómago y las vías biliares interfieren con las imágenes. El alto contenido de manganeso de la yerba mate permite usarla como medio de contraste y así solucionar este problema. Hay productos en el mundo para este mismo fin, pero resultan caros.
Perdición de los argentinos y los uruguayos, vemos que la yerba mate no sólo es un símbolo y un patrimonio cultural, sino que además es un producto con importantes propiedades medicinales y diagnósticas. (Viernes 29 de diciembre de 2006, por Santiago Cortesi, médico, www.buenafuente.com)
